—¿Se te quito el frío tan rápido?.—Dijo con esa voz tan perfecta, pude sentir que sonrió y yo solo asentí hundida en su pecho, sus manos estaban en mi espalda abrazándome como si me protegieran de los monstruos del armario, como recordaba con mi padre las noches de lluvia y truenos, pero lo que vino luego no me recordaba a él, ya que sus manos tomaron camino de nuevo y tras pasar por mi cintura comenzaron a subir recostándome sobre la mesa de madera de nuevo, otra vez mi cuerpo me jugaba una mala pasada y comencé a temblar
—Tranquila...—Susurró en mi oído y luego lo mordió dejándome algo atontada, su tono y su voz eran tan suaves y angelicales a pesar de la edad que allí tendría.
Cuando comenzó a acariciar mis pechos, mi cuerpo se tensó e irguió, pero poco a poco fui dejando que el placer me poseyera y dejé caer mi espalda sobre la fría mesa. Las manos de Chris tomaron rápidamente otro rumbo y sus labios abandonaron los míos, aprovechando que le costaba desabrochar mi pantalón corto comenzó a bajar sus besos por mí garganta acercándose a mis pechos, pero yo ya no era la niña de 16 años, o al menos no pensaba como ella, quizás si era un sueño, ¿que más da si lo hiciera si cuando despertara solo sería un sueño de una chica de 21 años con hormonas alteradas?
Al contacto de sus labios con mis delicados pechos, eché la cabeza hacía atrás gimiendo locamente agarrando su cabeza para que no se detuviera, era como si se tratase de un vampiro que tuviese sed, como si una especie de frenesí recorriera mi cuerpo entero junto con mi sangre, pero mis instintos se liberaron cuando sentí el clip en el botón de mí pantalón soltarse y el comenzaba a bajarlos, entonces giré y con mis pies yo misma deje que cayera de la mesa.
—Estás más animada ¿no mi amor?.—Dijo besando mi mejilla, casi no más que rozándola, yo asentí en silencio.
Deje caer mi cuerpo sobre el de él, notando sorprendentemente su miembro cobrando vida, y por el contacto, Chris gimió cerrando los ojos con fuerza.
—Dios.—Gritó él colocando las manos en mi cadera, me había olvidado de ese detalle
¿Y que esperabas? me pregunté a mi misma
—Yo no te provoco tanto como tu a mí.—Me reprochó
¿Qué pensaría si le dijese que tal vez me había olvidado de como todo hombre tendría su cosa? Me ruboricé y sonreí a la vez que pensaba en nada más su cara.
—Lo siento.—Dije
—Claro que lo vas a sentir.—Dijo él poniéndose sobre mí nuevamente provocando que el rojo de mi cara aumentara.
—Ya estamos aquí.—Gritó alguien desde la sala, solo una habitación más allá. Chris y yo nos miramos pasmados.
—Mierda mi madre venía a comer.
—¿Que?¿Cómo...? mejor ni me lo digas.—¿Cómo se le había olvidado que su madre venía a visitarnos? Quise preguntar, pero seria estupido ya que yo misma había perdido la noción de el tiempo con sus caricias.
Él se separó de mí y yo me coloqué sobre la mesa, de nuevo se acercó a mí y me robo un beso
—Vístete rápido.—Dijo dejando en mis pies mis prendas.—Te amo, no lo olvides.
—Yo también.—Dije cuando él caminaba hacia la puerta de espaldas, de pronto al oírme se detuvo y me miró, yo soló sonreí.
—Voy a entretener a tu querida suegra.—rio.
—Que amor por tu madre.—rei de igual manera.
ESTÁS LEYENDO
Careful what you wish 1 ᶜʰʳⁱˢᵗᵒᵖʰᵉʳ ᵛᵉˡᵉᶻ
Romance"Los deseos son el primer paso para que suceda la magia"