ℰ𝓍𝓉𝓇𝒶 𝐈

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Se sentía incapaz de poder hacer algo, desesperado por hacerlo.

Llevaba bastante tiempo escuchando a su dulce Omega llorar todas las noches y rogarle que despertara, Pidiéndole a algún ser poderoso a qué lo trajeran de vuelta, el quería volver, quería abrazar a su Omega y oler su dulce aroma de felicidad, pues al estar en ese estado solo sentía un leve olor a tristeza, siempre.

Incontables veces trato de abrir los ojos, de mover la mano, de hablar, pero nada, su cuerpo se sentía pesado y el no tenía fuerzas.

Muchas veces escuchó a Alonso peleando con las enfermeras, diciendo que nada iba a cambiar su opinión y que no insistieran en desconectarlo.

Alonso era tan fuerte, su Omega era único.

Un día, mientras Alonso le hablaba de todo y de nada a la vez, como lo hacía constantemente para mantenerlo al "día" sintio las fuerzas necesarias para abrir los ojos, y así lo hizo, los abrió, sintiendo una mano sujetar la suya y sonrió la saber que era su Alonso, siempre siendo un soporte para él.

Fue cegado por una luz blanca al inicio, después de enfocar bien pudo ver a su chico con lágrimas en los ojos, pero no duró mucho, a su campo de visión llegó una señorita vestida de enfermera y luego un señor que lo saludaba.

Estaba de vuelta.

Ⓜ︎Ⓘ︎Ⓝ︎Ⓔ︎.  || 𝒥.𝒸. 𝒴  𝒜.|| ᵉⁿ ᵉᵈⁱᶜⁱᵒ́ⁿ.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora