Alyssa
Es extraño, ver como los colores del atardecer se vuelven tan hermosos, pero el saber que después solo hay oscuridad, eso es extraño.
No te mentiré, estoy tan acostumbrada a ver ese atardecer que ya nada me sorprende, lo veo todos los días, es lo único cambiante en mi vida así que me aseguro de siempre verlo.
¿Por qué?
Bueno, algunas veces el cielo se nubla, a veces me sorprende con un rosado potente, otras veces con un naranja . . . que incendia las nubes. Sin embargo, mi favorito es cuando el cielo se relaja con un morado pastel, ocultando el sol.
Estar sentada, justo como todos los días, viendo el atardecer, en un camión con gente desconocida, yendo a un lugar al que siempre voy, es mi rutina.
Odio eso. Tengo diecisiete años, la mayoría de las personas dicen que soy muy intensa, yo solamente me pregunto.
¿Por qué mierda soy la única que piensa en esto?
Ellos están tan tranquilos en sus rutinas que jamás han intentado romperla; desde que tengo razonamiento mi meta ha sido romper la rutina, supongo que lo hacía para así distraerme de la mierda de vida que tengo. Pero después de un tiempo, romper la rutina se volvió en una obsesión.
¿Cuál es tu rutina?
Creo que la rutina es como un auto que maneja en círculos; no importa si alguien empuja el auto para otra dirección, simplemente el auto se moverá de lugar, pero siempre irá en círculo, será un círculo vicioso hasta que el auto se quede sin energía de seguir.
Pero, ¿qué tal si alguien lo tira?
Consideré que la respuesta era esa, pero pronto llegue a la conclusión de que si alguien tira el auto, este solo se quedará ahí.
Cuando pude entender mi rutina, intenté de todo para romperla.
Hice de todo, en serio, todo.
Tenía seis años, ya sabía mi rutina; levantarme y vestirme, ir a la escuela, volver a casa, jugar y eventualmente dormir. Puede sonar normal, pero si lo ves desde mi punto de vista, todas esas acciones me hacían sentir atrapada en una burbuja, sofocándome y creyendo que el universo (o sepa dios, cuál mierda es la que nos atrapa) nos estaba controlando como si fuéramos personajes de un videojuego de simulación.
Tomé clases de varias cosas. Sé patinar en hielo, ballet, pintar, tomé clases de arquería, gimnasia, baile. Es importante no aburrirse, además mi lado de ser engreída me dio fuerzas para presumir que tenÍa clases de algo todos los dÍas después de la escuela. Tú sabes, daba mucha satisfacción que todos supieran que tenía algo relevante que hacer después de la escuela, aunque solamente era una aburrida clase de tejido.
Básicamente, cualquier actividad a la que pudiera ir, la hacía. Sé hablar cinco idiomas e incluso sé tejer con gancho. Estoy segura de que si no fuera por mi terquedad o escasa salud mental en estos momentos de mi vida estaría preparándome para alguna competencia de nivel internacional, e incluso con mi propio comercial de champú.
Al final, en serio creía que había roto mi rutina. Pero, solo me engañaba con el cansancio que tenía al final del día.
Era la misma mierda.
Despertar, estudiar, comer, estudiar más y luego dormir.
El único cambio era que hacía más cosas, eso me reconfortaba. Sin embargo, después de un tiempo, incluso esas actividades eran triviales y llegó un punto en que solo las hacía por obligación. Puede pasar, siento que estoy en una conferencia explicando a los jóvenes que la vida es dura y que el celular es un extraterrestre, pero en serio que la vida es así, las cosas pueden durar un breve tiempo, y los pasatiempos pueden convertirse más en una obligación que en un gusto.
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Extraño
RomanceUna linda melodía y unos ojos cafés, solo eso basto. Ella se encontró y amo de verdad, amo a su familia, amo la amistad, amo al amor y lo amo a él. "Si tuviera que explicar cómo se siente, diría que es igual que respirar, estar enamorada de Pete...