Extraño

Meraki

Pete

Tú, en mi imaginación...

Una linda canción para despertar, prefiero canciones como esta... hace tiempo intente poner wannabe de un grupo de pop... solo diré que una vez me orine por lo mucho que me asusto esa canción.

-¡Peter!- Los gritos de mi padre y sonidos de las ollas hacen que poco a poco abra un poco mis ojos, pero duelen un poco por todas las lagañas y residuos de lágrimas de la noche anterior.

Porque obviamente fue buena idea quedarme despierto hasta las tres de la mañana viendo capítulos de una sería coreana. Si, lo admito, pero yo no me iría a dormir hasta saber si él moriría. Por mi sorpresa si murió, pero lo que me da vergüenza admitir es que llore más que la protagonista.

Exploro mi campo de visión, está totalmente oscuro, solo puedo sentir el olor de mis almohadas y mi pelo, también una combinación de huevo de la cocina...

No seas así, pete.

¿Soy el único? Lo siento, pero no soporto comer huevo cuando mi estómago está tan revuelto, tal vez soportaría agua o un sándwich, pero huevo...

Reconozco que tengo mi estómago tan revuelto que podría escupir toda mi cena de anoche solo con respirar. No es algo nuevo de mi estar tan nervioso por un evento como el primer día, pero ya sabes... Mi única solución para estos momentos sería o fingir una gastritis e ir de urgencias al hospital o simplemente decirle a mi hermano que me patee en la cara.

Recuerdo que la noche anterior ajuste mi alarma justo a las seis en punto, así que debe estar cerca de esa hora, pero lo dudo un poco, pues abajo escucho a mi padrastro peleando con Alex por su tazón de cereal.

Edgar suele levantarse al rededor de las cinco de la mañana, así que me hace pensar que tal vez son casi las seis... Pero esto no me da ninguna motivación a levantarme.

Es más, si de verdad fueran las seis y estaría aún dormido, esto sería escusa para levantarme más tarde para la escuela. Le diré a mi papá que no puedo ir porque ya no me dejaran entrar.

Ser de esta forma para tu primer día es para sobrevivir, no destacar.

El frío me recorre totalmente cuando quito mi suave cobertor de todo mi cuerpo, solo traigo puesto unos shorts azules, así que el frío de la madrugada me viola. Ni siquiera mis decisiones de pijama son buenas.

Estoy sentado ahora mismo en mi cama...

Analiza tus movimientos, pete.

Primero lavarte los dientes, bañarte y bajar a desayunar.

Si lo pongo en mi mente suena tan fácil, pero... No lo estoy haciendo.

-Aahhh-Suelto un suspiro tan largo que hace que mi pecho duela, acaricio y peino un poco mis chinos antes de tomar mi celular y quedarme ciego por el brillo de la pantalla.

Mi fondo de Draco Malfoy aparece en la pantalla con un gigante número seis en medio... Como deduje son las seis con tres minutos.

No es tarde... Ni modo.

Después de pensarlo mucho me levanto de mi cama para ir rápidamente a prender la luz.

Así es mi cuarto, solo es una cama con un cobertor rojo y muchas almohadas. Por parte izquierda hay una ventana que da a la calle y junto a esa ventana un pequeño escritorio. Y la verdad es todo lo que necesito, ni siquiera paso tiempo en mi habitación, si no es para dormir o llorar a escondidas. De hecho, puedo decir que paso más tiempo en el cuarto de Alex o en el jardín que en mi propia habitación. Así que mi cuarto está abandonado la mayoría parte de mi tiempo.