Extraño

Habla Por Ti Mismo

Pete

La clase de coro avanzó tan rápido, en cuanto termine de cantar, note que Lisa se fue inmediatamente.

La verdad, sentí un poco de tristeza en mi corazón cuando ella se fue, pero en mis mejillas aún seguía el rastro de sonrojo, solo puedo culpar a los ojos de Lisa y su extraña manera de hacerme sentir.

Sé que es tonto, me sonrojo tanto por unas pocas palabras.

¿No es malo tener estas esperanzas?

¿No?

— Pete, vamos.

Sofía toma sus cosas para salir, yo la sigo en silencio.

Descubrimos que Sofía y yo tenemos el mismo horario, menos mal. Tener una amiga me da un poco más de seguridad, sin embargo, aún no estoy del todo cómodo.

O bueno...

¿En qué momento nos hicimos amigos?

Tal vez esté entendiendo mal... ¿Hay alguna ley o contrato para definir amigos? ¿Le tengo que preguntar?

Al menos sigue hablándome después de mi escena.

Muchas personas han notado mi existencia como el chico que quería llorar en clase, no es una buena imagen para mi primer día.

De verdad, no quiero sonar pesimista, pase toda mi vida en un ambiente lleno de burlas y acoso, en este lugar quiero ser alguien normal, no quiero meterme en chismes, peleas o algo así.

Tuve suficiente con toda mi vida.

—Tú... ¿Conoces a Lisa?

Sofía me pregunta, caminamos lentamente para subir dos pisos, así que su pregunta me sorprendió un poco, pues llevábamos un rato en silencio.

— Mmm... No... — Le respondo. No sé por qué me pregunto eso, pero la verdad es que nunca he visto a Lisa, así que le contesto de forma natural.

Sofía se queda en silencio antes de preguntar de nuevo.

— Ella... Parece conocerte— Sofía me responde con un tono un poco vago.

— ¿Conocerme? Solo hablamos un poco— Le respondo un poco confundido.

— Bueno... Conozco un poco a Lisa, hemos hablado, debes en cuando — Me mira y sigue hablando —De hecho toda la escuela sabe como es... Ella... Es un poco apartada.

No logro entender a lo que se refiere, la miro sin entender sus palabras.

— No lo pienses mucho... Solo se me hizo extraño que hiciera eso.

— Además, me encanta el chisme, Pete.

Continuamos caminando en silencio.

Pienso en las palabras de Sofía, aun sin entender nada. Yo no siento que Lisa hiciera algo raro, después de todo, solo la conozco un día y ella ha sido tan amable conmigo, de hecho, quiero la oportunidad de agradecerle.

Llegamos al último piso de salones, puedo ver que en la sotea, hay un comedor, pero no le presto atención. Sofía y yo caminamos hacia el salón donde está nuestra clase de solfeo, es la última clase, pero tenemos media hora para comer o descansar.

— ¿Por qué hay tanta gente?— Miro hacia donde señala Sofía, el salón de solfeo está repleto de chicos sentados en el piso. Nos acercamos un poco, apara preguntar qué pasa.

—¡Karen!

Sofía saluda a una chica, se llama Karen.

Obvio que se va a llamar Karen.