Extraño

Besos a cambio de conocimientos

Peter

Las clases de música han transcurrido sin ningún tipo de problema por dos semanas. En este tiempo mis amigos y yo hemos tenido más tiempo de conocernos, o bueno, al menos de yo a ellos. Intento no hablar mucho acerca de mi familia, todavía no estoy seguro como lo tomaran y prefiero que no sean curiosos sobre ese tema.

Es la mitad del año y también el inicio de semestre, pero por mi parte es un constante sufrimiento por entender que demonios es la música, mi escuela y muchas escuelas que conozco no ponían la música como prioridad, así que estoy en un ambiente en el que no entendía nada.

Las primeras clases que tuve eran simples y fáciles en mi opinión, a todos nos habían dado un libro que trabajaríamos todo el semestre; el libro tenía todos los temas y trabajos que se hace en iniciación. Eran cosas sencillas que todos tenían que saber, aparte de eso yo recibí un libro con algo que le llamaban partituras. Era como se leía la música y donde venían todas las canciones que debía aprender a tocar.

Nada como un Feliz cumpleaños y martillo.

Las clases teóricas eran las que más odiaba. En el momento que recibí mi instructivo había empezado a memorizar todos los contenidos, estudie por todo un día lo que eran las notas y qué demonios era una escala. Pero, por más que me repetía lo que era un intervalo, jamás logré entender.

— Pete.

Mi mejor amiga, Sofí ha llegado.

— ¿Puedes tomar esa maceta y matarme, por favor?

En este punto considero a Sofí una gran amiga, lo sé porque puedo hablar perfectamente con ella después de dos semanas que ella me animó a hablar. Suele hablarme todos los días por la tarde para que no me sienta solo o porque está aburrida.

— Sigues odiando esta clase.

— Jamás odie algo tan profundamente— Suspiré.

— ¿Seguro?

— Cierto, ayer odié el jugo de guayaba.

Simplemente desagradable.

— Ayer estuvimos estudiando por más de dos horas los temas, no entiendo como no entendiste.

— Eres una horrible maestra.

— Simplemente dejaré de ayudarte.

Rápidamente, me colgué del brazo de Sofí como un bebé, haciendo pucheros y sacudiendo su brazo.

Así es cuando entro en confianza, soy insufrible.

— Mi bonita amiga, Sofí es la mejor maestra que yo jamás he tenido, sus conocimientos superan a todos los de esta escuela.

—¿Todos?

— Con una excepción.

Por supuesto, Mi Lisa es la más lista.

Y no es mentira, no es como si todos los días por cada minuto me meta a la página de la escuela para revisar todos los conciertos, clases y cursos que Lisa da. Ella solo ha dicho que lo hace por diversión, pero simplemente es demasiado perfecta para ser modesta. Pero yo no, soy desagradable, Lisa es la más inteligente de toda la escuela.

Todos los saben, sus clases son tan codiciadas por todos aquí que incluso se hizo un negocio para comprar horarios donde Lisa ayudaba a los maestros. Por supuesto, ella no daba las clases y no daba particulares, pero cuando ayudaba a los maestros se lo tomaba en serio y respondía a cualquier pregunta de la clase, e incluso los ayudaba a como hacerlo. Obviamente, los conciertos que daba ni siquiera eran grandes; según la página de la escuela, hace cinco o seis años dejo de hacer recitales y ahora solo se limita a tocar unas canciones de vez en cuando. Debes ser muy afortunado o tener buenos contactos para poder ver a Lisa practicar.