Dilema 12

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Deseaba moverse, comenzar a correr hasta poder envolverlo con sus brazos, sumergiéndolo en su aroma. Su lobo se sentía terriblemente territorial, un síntoma más que se presentaba en conjunto con el maravilloso y sutil aroma de una Omega.

Olfateó un poco más la habitación, su nariz arrugándose levemente mientras aquel dulce perfume ingresaba en su sistema, el lobo Alfa volviéndose loco al notar su procedencia. Resultaba un poco denigrante que ni siquiera pudiese molestarse con Hoseok por dedicarle sus días a la mujer con la que se enlazaría en un futuro. Yoongi simplemente lo sabía: el momento había llegado y no se encontraba preparado para ello.

El dolor de cabeza quedó relevado a un segundo plano al momento en que el Alfa delante de él, aquel que conocía desde que tenía memoria, levantó la mano con algo de temor, mostrándole una sortija enrollada en su dedo anular, un trozo de metal que brillaba con intensidad.

─¿Vienes a que te felicite? ─no deseaba sonar tan frío, ni siquiera era culpa de Hoseok que la sociedad continuase siendo tan opresiva con la relación que ellos dos habían intentado llevar─ ¿O vienes a que te ayude a elegir tu traje de boda? Porque no me encuentro en mi mejor momento para darte lecciones de moda.

─Lo siento mucho, Yoongi, papá terminó enviándome un tiempo fuera para pasar tiempo con... mi prometida ─las palabras ordenadas de forma surreal, no terminaba de comprender el verdadero peso de cada pequeño sonido que escapaba de entre los labios de Hoseok.

─¿Vienes a contarme sobre tu prometida? Bien, increíble, solo permite que Taehyung me dé una taza de café antes o no podré otorgarte una buena reacción para tu relato, ¿sí? ─una excusa pobre para ganar tiempo mientras se dejaba caer de regreso sobre el sillón, sin palabras adecuadas para dirigirle a quien fue su amor por más de diez años.

Hoseok apenas consiguió alejarse unos cuantos torpes pasos del sillón al lado contrario del escritorio de Yoongi antes de que este lo mandara de regreso con un ademán veloz. Sería mejor que se mantuviese a distancia, ambos sabían lo que podría causar en él percibir el aroma de la Omega con la que Hoseok había pasado tanto tiempo últimamente.

Resignados, ambos conectaron sus miradas, anhelando la cercanía del otro que no podrían obtener por más que se encontraran en un lugar tan privado como la oficina de Yoongi.

─Apestas a alcohol ─murmuró entonces Hoseok para romper el incómodo silencio.

Refunfuñando, Yoongi cruzó los brazos sobre el pecho, importándole poco o nada si el traje se echaría a perder por ese simple gesto.

─Jungkook me presentó a su amigo Yugyeom ayer, bebimos de más sin pensar en que hoy los tres debíamos trabajar ─dijo con voz cantarina, falsa alegría cubriendo sus palabras mientras sonreía.

Entrecerrando los ojos, la expresión de Hoseok denotó divertida curiosidad mientras sus labios formaban un corazón al reír sin moderación.

─¡Esperaron a que Jimin y Taehyung no estuvieran! ¿Qué tenían planeado hacerle al pequeño Jungkookie? Son unos perversos.

Cogido con la guardia baja, Yoongi se sobresaltó desde su asiento, los ojos abriéndose con sorpresa al comprender aquello que Hoseok proponía de forma tan indecorosa. Si la situación fuese diferente, incluso podría haberse reído con su mejor amigo.

─No digas ese tipo de cosas, Jimin y Taehyung van a creer que es en serio ─le riñó con algo de diversión real colándose en su tono.

Aunque sonase extraño, Yoongi había sido amigo de Hoseok antes de amarlo de forma romántica. Llevaban años sin ser más que simples amigos pasando el rato molestando al otro con propuestas como aquella y Yoongi solo sabía que extrañaba la energía resplandeciente que Hoseok desprendía allá donde fuese.

𝐃𝐢𝐥𝐞𝐦𝐚𝐬 𝐝𝐞 𝐮𝐧 𝐀𝐥𝐟𝐚 ×𝐘𝐨𝐨𝐧𝐊𝐨𝐨𝐤×Donde viven las historias. Descúbrelo ahora