III. Hargreeves

22 1 0
                                    

No quería llegar a ese tema, el de la familia. Independientemente si hablaba de su familia o la mía. Cinco me preguntaba si sabía algo acerca de sus hermanos, cualquier dato. Evitaba el tema diciéndole que debíamos buscar pistas de que causó el Apocalipsis.

Ben Hargrevees había muerto en una misión, lo sé porque mi madre le tenía un altar y me hablaba de lo triste que se sentía por él. Nunca entendí porqué mi madre estaba tan obsesionada con la Umbrella Academy. Pero de cierta manera ahora lo agradecía y maldecía. De otra forma no habría reconocido a Cinco y seguramente dudaría de lo que me contaba de viajes en el tiempo de no ser por ello.

- Del Apocalipsis, solo tengo esto -Cinco me enseñó un ojo, receloso lo guardaba con él, como aferrándose a él siendo su última esperanza.

Mire el objeto, reconocía la empresa, mi tío Tom se había comprado una prótesis en aquel lugar. Aunque ilegalmente, por lo que sabía ese lugar estaba cerca de donde solía estar mi escuela. Claro que con toda la confusión de las calles a saber exactamente dónde quedaba.

- Creo saber dónde está, podemos ir a ver -Sugerí, Cinco asintió emocionado no como un niño por los dulces, pero se veía animado-. Iremos mañana, prepararé mochilas.

- ¿No podemos ir ahora?

Su rostro cayó en picada, como sino fuera justa con él por no llevarlo en ese instante.

- Cinco, tu mismo lo haz dicho, es peligroso no ir preparado.

De mala gana Cinco me escucho. Cuando fuimos a dormir, estaba temblando, hace mucho que no hacemos expediciones más lejanas. No quería ni siquiera imaginar el aroma de los cuerpos en putrefacción. Los hemos estado quemando, para evitar las enfermedades, estuve llorando cuando quemamos a una niña de no más de cuatro años. Y seguía llorando mientras dormía, siempre soltaba lágrimas silenciosas. Bueno quizás no tan silenciosas.

Nos levantamos más temprano el día siguiente. Cinco se había puesto creativo y mejoro nuestro vehículo. Ahora podíamos llevar más cosas. Ambos pedaleamos la bicicleta que lleva diferentes partes juntas. Llegamos al lugar al anochecer, pero se veía tan claro el fuego que temí lo peor.

Cinco estaba destrozado, me observo con odio y me empujo. Cae en el suelo, mis manos se sostuvieron en el suelo y algunas piedras se me enterraron en las palmas.

- Es tu culpa.

Creo que ahora me odia. Sus orejas están rojas y parece que quiere llorar por la desesperación. Hasta pienso que también me detesto, si hubiéramos venido ayer. Habríamos llegado.

Él se fue del lugar, se llevó un poco de comida. Yo me quedé mirando el paisaje. Había algo extraño en todo esto, el fuego parecía recién iniciado. Como si alguien quisiera evitar que viéramos algo, como si nos vigilarán. Era raro. O tal vez es mi paranoia hablando, siempre he tenido una obsesión con las conspiraciones.

De todas maneras me sentía culpable, porque de no haberme negado, habríamos llegado a tiempo para ver a quien pertenecía ese ojo. Teníamos una lista de los posibles dueños, recolectamos todas las identificaciones de los cuerpos cercanos a Luther Hargreeves. Pero, había un cuerpo carbonizado que no identificamos, no traía identificación y su rostro no se podía reconocer de nada. Así que la lista del dueño del ojo era la pista que nos pudo haber resuelto muchas dudas.

Me quedé cerca del lugar, sin aproximarme demasiado al fuego, también juntaba lo que resultaba útil alrededor.

Cinco está detrás mío, lo sé porque sus pasos son llamativos, lo hace a propósito, quiere que sepa que regreso. Él es muy hábil para no hacer ruido, así que sé que el ruido es para que lo mire. A fin de cuentas no podemos separarnos, somos los únicos humanos. Nos necesitamos para mantenernos cuerdos.

- Lo siento -murmura.

Continúe recogiendo cosas. Creo que es de las pocas veces que lo escucharé pidiendo una disculpa. Algo dentro de mi me lo dice.

- Debemos regresar.

Le entrego algunas cosas que recogí, las acomodamos en nuestro vehículo.

- Claro.

Estamos de camino a nuestro "hogar" o el lugar que nos resulta familiar. No obstante, algo llama la atención de Cinco, una biblioteca que parece estar de pie todavía.

Observa un libro específicamente, lo reconozco. Es "Extra-Ordinaria" de Vanya Hargreeves. Tragó saliva, Cinco descubrirá porque no podemos hallar el cuerpo de su hermano Ben. No quiero estar ahí, he estado muy sensible desde que mi vida aquí comenzó. No paro de llorar en las noches. Me pondría muy mal si le tengo que contar a Cinco la verdad. No nos conocemos mucho, pero me pone triste verlo mal.

Yo busco otros libros en el lugar, voy por algunos de botánica. Recuerdo a Rafael, él me mencionaba acerca de como algunos árboles pueden funcionar como analgésicos. Si nos enfermamos, necesitaremos todas las herramientas necesarias.

Cinco aún no lee el libro, se queda mirando incrédulo la imagen de Vanya en la portada y contraportada. Supongo que está procesando todo, no debe ser fácil. Este no es su tiempo.

Yo anoto algunos datos importantes en una libreta gruesa que conseguí. Son datos de supervivencia. La voy llenando poco a poco.

Han pasado 6 meses y Cinco aún no lee el libro. Parece estar indeciso. Dejo mis cosas en el suelo, tragó saliva mientras me acerco hasta él para darle su comida del día. Hemos estado comiendo frijoles, arroz, lentejas en su mayoría. A veces la acompañamos con una cucaracha, para tener suficientes proteínas.

- Cinco -Le hablé despacio, él solo asiente-, debo hablarte de algo.

Él me mira desde abajo, me señala un espacio a su lado con la cabeza mientras come su plato. Quedó a su lado, rozando nuestros hombros, hace mucho que no tocó a otro humano. Cinco parece ser alguien a quien no le agrada que lo toquen, así que nunca lo hago.

- Es algo delicado, no sé si lo quieras leer. Ella, Vanya lo menciona en su libro...si prefieres leerlo, lo entiendo...

- ¿Qué es?

Me siento a su lado, despacio pongo una de mis manos en su hombro, para mantener cierto apoyo moral. Él no se mueve, así que creo que no le desagrada.

- Mi madre me lo contó, sucedió por el 2004 más o menos -Respiré profundamente para decir lo siguiente, el aire huele a quemado aunque el aroma casi no lo siento por lo acostumbrada que estoy-, Ben Hargreeves, él murió en una misión...

Cinco se tensa, me voltea a ver, tiene los ojos rojos sé lo que viene. Se encoge en su lugar, comienza a llorar, son pequeñas lágrimas primero. Nunca veo a Cinco llorar, sé que él sabe que yo lloró. Aunque nunca se queja, simplemente no comenta nada.

- Lo siento.

Le digo, el sujeta mi mano que está en su hombro. Nos quedamos así un buen rato. Debe ser horrible, perder todo lo que amas, pasar de tener todo a nada, comprendo el sentimiento. Además, si él viajo en el tiempo es seguro que se cual de las muertes de sus hermanos. Sé que mantiene la esperanza en que Ben y Vanya sigan vivos, porque no hallamos sus cuerpos.

- Lo leeré mañana.

Ya estaba oscuro, la noche llega muy pronto siempre, al menos la oscuridad. Porque nuestro reloj nos indicaba que a penas eran las 5 de la tarde.

Ambos caminamos hasta la tienda de acampar, anote el número de día en mi pequeña libreta, llevamos una cuenta para tener cierta organización.

Me acuesto al lado de Cinco, ahora cada uno tiene su saco para dormir, pero sé que él no estará bien. Así que abro su saco con cuidado, tratando de no hacer ruido. Él se remueve un poco pero no dice nada. Estiró mis manos para abrazarlo por detrás sin verle el rostro, no solamente porqué él necesite un poco de afecto, sino porque yo también necesito expresiones más allá de nuestros saludos con las manos o asentamientos. Hace mucho que no tengo contacto humano, sé que a él no le gusta no obstante no se queja. Termino llorando sobre su camisa, resulta que iba a darle apoyo pero el terminó ayudándome a mi.

Al despertar, notó que sigue a mi lado. Cuando despertamos actuamos normal. Volvemos a la rutina. Y me alegra, ya que me siento un poco mejor después de ese día.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 17, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Delores [Five x Oc] Uᴍʙʀᴇʟʟᴀ AᴄᴀᴅᴇᴍʏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora