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En la noche, cuando todos dormían, o al menos eso creyó el pequeño Papyrus, se levantó para dirigirse al baño, en eso, escucha ruidos extraños. Entonces se acerca a la puerta para escuchar mejor.

Se escuchaba el ruido de las arcadas retumbando en el W.C. Era Sans, podía reconocer la voz de su hermano a donde fuese.

-¿S-sans? -Preguntó, tocando la puerta tímidamente.

El otro esqueleto rápidamente y como pudo, se puso de pié, cosa que no fué fácil ya que sus piernas estaban muy débiles. Al llegar a la puerta, la abrió suavemente, recibiendo al pequeño con una sonrisa lo más alegre posible.

-Hey, Paps~ ¿Que sucede?~

El pequeño esqueleto miró a su hermano con preocupación en sus ojos.

-Sans ¿Estas bien? Te oí vomitar... ¿Que te ocurre?
Sus manitas se aferraron a la ropa de su hermano mayor, viéndolo desde abajo, con ojitos dulces.

El mayor dirigió una mano a la cabeza del pequeño, acariciandolo con suavidad.
-Hehe~ no es nada, es solo que comí mucho hoy y ahora estoy liberando espacio.. Pero estoy bien~ es más ¿Que haces tú despierto a ésta hora?
Intentó cambiar el rumbo de la conversación, sin dejar de sonreír a pesar de que estaba muy adolorido.

-Oh.. Sans ya te dije que no comas mucho, debes cuidarte..
Retractó de manera tierna el menor, enfadandose un poco por lo que le dijo el mayor.

-Hehe~ tranquilo, no volverá a pasar~
Frotó su nuca suavemente, riendo de manera suave.

-Sans ¿Puedes dormir conmigo? Es que.. Tuve una pesadilla...

Pidió dulcemente el menor, aferrándose aún a la ropa del mayor.

-ham... No creo que pueda.. Mañana tengo que levantarme temprano a ayudar a Gaster en.. Unos asuntos..

Mintió para protegerlo, ya que Gaster interrumpía siempre en el cuarto de Sans, si lo encontraba con Papyrus, él también saldría lastimado.

-Entonces yo también te ayudaré. Mañana me levantaré temprano para ayudar y-

-No.

Papyrus volteó rápidamente hacia él, sorprendido.

-¿uh?..¿Por qué no? Yo también quiero ayudar, no es just--

-Papyrus.
Interrumpió Sans, a lo que el pequeño calló.

-Obedece a tu hermano mayor... Tu eres un niño.. Tu deber es salir a jugar y hacer lindos dibujos de tu genial hermano ¿Si?
Dijo con una energía positiva y una gran sonrisa, alentándolo.

El pequeño papyrus se sorprendió y sonrió ante tales palabras.

-¡Esta bien~! ¡Abrazo!~
Dijo para luego rodear la cintura de su hermano en un firme abrazo. Aquel abrazo no era fuerte ya que el pequeño era débil, pero debido al estado en el que se encontraba Sans, ese abrazó lo lastimó bastante, aún así aguantó el dolor y le correspondió con gusto.

En la mañana siguiente, el primero en despertar fué Papyrus. Con sigilo, se escabulló por el pasillo hasta el cuarto de Sans.

-nyehehe~ espía~
Dijo en voz baja mientras lentamente intentó abrir la puerta pero ésta parecía estar cerrada con llave, entonces intentó otra vez.

Del otro lado, se encontraba Gaster sentado en la cama de Sans con el jóven entre sus piernas, haciendole un oral.
El esqueleto se alarmó cuando escuchó la voz de su hermano llamandolo.

-¿Sans? ¿Estas ahí?

Gaster levantó la mirada hacía la puerta y luego bajó otra vez la mirada al jóven.

-¿No vas a contestarle?
Preguntó en un susurro siniestro.

Sans lo miró con cierto terror y luego, sacando suavemente el miembro de su boca, preguntó
-¿Puedo?

Luego de unos segundos parado frente a la puerta del cuarto de su hermano, escuchó su voz.

-¡Hey, Papy~!

El pequeño se alegró y rápidamente contestó.
-¡Sans!~ ¿Puedo pasar? ¿Te estás cambiando?

El jóven iba a contestar nuevamente pero su cabeza fué tomada y el miembro volvió a entrar de golpe.

-Estoyghh..!

El pequeño se quedó en silencio, algo asombrado por lo que escuchó.

-¿Sans? ¿Estas bien?

Cuando Gaster liberó la boca del jóven, éste intentó recuperarse rápidamente.

-¡S-si! ¡Estoy bien!~ E-es que estaba tomando agua y me ahogué por un instante...

-Nyehehe~ ten cuidado hermano~
Soltó una pequeña risita dulce.
- Iré a desayunar, te espero abajo.
Dijo la vosecita esperando respuesta.

Buen chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora