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- ¿Como dejé que eso pasara?
Es mi culpa... Eres un hermano de mierda... Te mereces lo peor Sans..

Se decía en susurros mientras intentaba vomitar más.

"Das asco~"

Dijo esa voz en su cabeza.

- Te odio Gaster... Odio no tenerte...

Se repetía en un consuelo extraño.

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Mientras tanto Papyrus...

- Creo que me excedí... No debí haber dicho eso...
Tenía una mirada preocupada.

La manera en la que le habló fué como si realmente quisiera decir algo pero no lo dijo.

- Sans siempre sonríe cuando estoy cerca...
Pensó en voz baja el menor.
- Por una vez... Me gustaría que fuera sincero conmigo...

Esa misma noche, tocó la puerta de su habitación.

- ¿Sans? ¿Hermano estás ahí? -
El más alto rogó porque no su hubiera escapado, pero por suerte el contrario estaba durmiendo en su cama.
Al verlo, una paz se desató en Papyrus quien suspiró aliviado. Con cuidado se sentó a su lado y revisó que estuviera bien, acercando su mano al rostro de su hermano, permitiéndose sentirlo: estaba cálido, bastante...

- Oh no.. Tienes fiebre.. -
Dijo en un susurro preocupado, y enseguida se fué a buscar lo necesario para atenderlo.

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Al despertar, sintió su cuerpo caliente pero su frente estaba helada. Estaba un tanto mareado pero podía moverse, miró entonces a su alrededor y vió a su hermano sentado a los pies, apoyando su espalda contra la pared, parecía dormido.
Sans no tenía mucho que decir, y tampoco se sentía bien pero... ¿Cuando si lo estuvo? Solo se acomodó de nuevo e intentó dormir.

- ¿Estas bien? -Preguntó Papyrus frotándose los ojos y bostezando.

- uh.. Mn si.. Estoy mejor.. Gracias Paps-
Sonrió cálidamente.

- Me alegra... Déjame cambiar el trapo.. Debe estar caliente.. -Dijo el más alto, levantándose de la cama y acercando la mano para tomar el trapo.

De repente la vista de Sans se nubló y no vió a Papyrus intentando acercarse, era otra persona.. Era...¡¿Gaster?!

— ¡Tú! - Gritó con rabia Sans, y pronto lo tomó por la muñeca, acercandolo con fuerza y una vez cerca, lo tomó por el cuello comenzando a asfixiarlo poco a poco. —Te devolveré al infierno de donde saliste, basura inmunda. Todo de ti me repugna, espero que te quede en lo más recognito de tu puta cabeza psicópata, loco de mierda! —Decía mientras sus lágrimas comenzaban a salir.

- ¡S-Sans! -.

Abrió los ojos y miró de vuelta, era su hermano quien lo veía aterrorizado, luchando por su vida para quitarse sus manos.
Enseguida lo soltó y se alejó, viendo al mayor con miedo.

- No... Papyrus.. Yo... Lo siento... No quise... - Sans estaba asustado, no sabía que decir.

-Voy... Voy a llamar a Alphys... - Dijo en un susurro Papyrus pues su garganta estaba lastimada. Rápidamente salió del cuarto y cerró la puerta detrás de él.

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Luego de haberla llamado, Alphys llegó con su maleta de "artículos especiales".

- ¡Alphys! Gracias por venir... -Dijo el más joven, abrazandola.

La chica se sonrojó por el abrazo repentino pero se preocupó cuando sintió el cuerpo tembloroso del más alto.

- Papyrus... Estas temblando.. ¿Que sucedió? -Cuando lo separó un poco, notó las marcas en el cuello ajeno y se horrorizó.
- ¿S-sans te hizo ésto? -Lo veía y no lo podía creer.

- N-no lo hizo a propósito... Él se sorprendió... Fué mi culpa.. -Hablaba entre susurros pues su garganta aún estaba herida.

- ¿Donde está él ahora?- preguntó seria.

- Está en su cuarto... Despertó con fiebre y fuí a cuidarlo... Pero cuando quise cambiar el trapo de su frente... Él... -Miró al suelo un tanto inquieto, sus manos temblaban y su rostro se veía asustado.

- Está bien Papy... -Acercó una mano a la suya y la acarició con gentileza.
- Sans no lo hizo a propósito... Sabes que él te ama -Le sonrió para tranquilizarlo mientras hablaba bajito para él.

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Escuchó que tocaron la puerta y luego entraron.

Solo entró ella, Papyrus se quedó afuera por recomendaciones de Alphys.

Este no dijo nada, solo la miró un tanto incómodo pues seguramente Papyrus le contó lo que pasó.

- Bien Sans... Lo que voy a hacer ahora es acercarme y examinarte ¿Bien?

Éste solo la veía en silencio, asintiendo ante la advertencia.

Una vez cerca, ésta procedió a revisarlo en todos los aspectos físicos, recibiendo varias respuestas que a sus oídos sonaban falsas.

- ¿Haz estado vomitando? -
Fué la primera pregunta.

- No... -Dijo sin hacer mucho gesto.

- ¿Haz Bebido alcohol recientemente? -
Esperó la respuesta mientras usaba el estetoscopio en su pecho.

- No.. -Cada vez sonaba más creíble.

- ¿Haz tenido pesadillas recurrentes? -
Preguntó, viéndolo directamente esta vez.

Sans se incomodó un poco pues no podía mentir si lo veían directamente a los ojos.

- Solo algunas... -Desvío la mirada al terminar de responder.

- ¿Podrías contarme sobre esas pesadillas? —No terminó de retirar el estetoscopio y sintió una mano sujetandole el brazo.

- Alphys... Estoy bien, solo es un poco de fiebre y alucinación provocada por la fiebre... Lo de Papyrus fué un accidente... Nunca pensaría en hacerle daño, es mi hermano...

La Dragona, sin inmutarse, se quitó lentamente la mano de Sans— ¿Que pasó con Papyrus? -Decidió indagar como si no supiera.

Éste se sintió un tanto presionado.

- Yo... Yo pensé por un momento que él era otra persona y...—Desvío la mirada unos segundos, quedándose en silencio.

- ... Y...? —Acentuó ella esperando.

- ... Y yo intenté... Asfixiarlo... -Dijo como pudo pues un nudo en su garganta se estaba formando.

- ¿Quien pensaste que era? ¿De quién te defendiste?

Éste se quedó mirándola fijamente, en silencio, rehusandose a contestar.

Alphys detuvo las preguntas y solo esperó a que respondiera pero la charla no continuó.

Buen chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora