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Sujetando un destornillador con la boca y, teniendo las manos ocupadas en el torso del robot, Alphys tenía el rostro algo manchado de aceite.

- Mnn~ nnh~
Metatton se retorcía, soltando pequeños jadeos y gruñidos suaves.
- Si sigues tocandome así creo que voy a.. Aah~
Cerró los ojos, echando un poco su cuerpo metálico hacia atrás ligeramente.

- No de nuevo Metatton!
Se quejó un tanto preocupada la científica, recibiendo el pequeño squirt de aceite en el rostro otra vez.

- Ups~ sabes que se siente bien cuando tocas esos circuitos.. No puedo evitarlo, darling~
Balanceaba suavemente las piernas de lado a lado, a veces sujetándose de las caderas de la científica.

- Metatton quedate quieto... Como voy a terminar si sigues así? Acaso quieres que te reinicie?
Decía mientras limpiaba su cara con un pañuelo.

- N-no!~ tardaré mucho para afinar mi voz si me reinicias!~
Luchaba por no gemir pues le gustaba que le tocaran los cables.
- Oh Darling~ que cruel eres mn~
Sonreía, relamiendo sus colmillos.

- Dejame masajearte el cuello, Metatton~
Dijo Undyne, aguantandose hace rato que le dijera Darling a su novia, rodeandole entonces el cuello, haciendo presión sobre éste.

- Nhhg! E-eso no es un masaje..!
Comenzó a moverse un poco, impidiendo que la científica siguiera.

- Si siguen así voy a reiniciar a ambos..
Dijo en un tono firme.

.

Sentada en una esquina, de espaldas a ellas, Undyne mordía un pañuelo para desahogar su frustración.
En tanto a Metatton, mejor dicho su cabeza, se hallaba en la otra esquina de la habitación, cantando y practicando sus notas.

Una vez que Alphys terminó, juntó las piezas del robot y lo dejó ir, quedándose a solas con la guardiana.

- Oye.. Que tiene sans..?
Preguntó entre susurros.

La científica caminó hacia su estante para guardar sus herramientas y limpiar algunas otras, intentando hablar bajo.
- Realmente no lo sé... Pero sospecho que se trata de algo muy malo... No come, duerme mucho, quiere estar solo siempre y siento que casi siempre está mintiendome sobre sus síntomas..
Miró su reflejo en un pequeño espejo de su escritorio, sintiéndose triste por no encontrar una cura rápida.

- Eres la científica más genial que conozco..
Dijo Undyne, acercándose para abrazarla por la espalda.
- Se que le encontrarás un diagnóstico muy pronto.. Además, nos tiene a nosotros, podemos ayudarlo... No nos daremos por vencidos hasta estar seguros de que el esta bien.
Frotó suavemente su mejilla sobre la de ella.

La dragona solo sonrió, posando una mano sobre la contraria para acariciarla.

.

En el silencio de esa habitación, seguía dando vueltas sin poder encontrar su comodidad.

"me pregunto si sans estará bien..."
Pensaba Papyrus, viendo el techo de su cuarto.
"Lo extraño tanto... Apenas se fué hace dos días..."
Acariciaba su mejilla, sintiendo una pequeña estrujada en su pecho.

"Él nunca me había levantado la mano... Que le habrá pasado por la cabeza? De quien se defendió? "
Seguía pensando.

("— Gaster y yo JAMÁS tuvimos nada. Solo era su ayudante ¿Bien? ")

("— Gaster me necesita... No podemos jugar ahora.. ")

("— No puedes dormir conmigo, Papyrus...lo siento...")

"¿Por qué siempre que quería estar a su lado, ponía a Gaster como excusa? "

Cerró los puños y apretó la mandíbula, intentando recordar más.

"¿Por que llorabas esa noche?"
Pensó mirando la pared, volviendo a acomodarse.

- No puedo recordar más... Ni siquiera recuerdo cuando llegamos aquí...
Dijo en un pequeño resoplido frustrado.

En un leve silencio, cerró los ojos y se cubrió con la manta.

Después de tres campanadas del pequeño reloj, se levantó de golpe, quedando sentado en la cama, con el rostro claramente confundido.

-¿Por qué no recuerdo cuando llegamos aquí? ¿Cuando llegamos aquí? ¿Que pasó con Gaster?
Se preguntó, mirando sus manos. Rápidamente se puso de pie y fué hacia el armario, buscando el álbum de fotos.

Buscó hasta dar con una foto que lo hizo recordar algunas pocas cosas borrosas.

("TÚ, PEDAZO DE MIERDA!")

El álbum de fotos cayó al suelo, el esqueleto se quedó inmóvil.

- Yo.. Creí que.. Solo fué un sueño..
Sus pupilas temblaban y su respiración se aceleraba.

("—Nunca lo supe con claridad pero... Tú y.. Gaster... Ustedes... ¿Tenían algo..?")

Recordó entonces aquella charla, la noche que escuchó vomitar a su hermano, el cansancio en el que se encontraba siempre, y cuando los encontró teniendo sexo en la cocina.

Su cuerpo débil desvaneció ligeramente contra el armario, poco a poco iba cayendo al suelo. Llevando sus manos a los lados de su cabeza, comenzó a llorar, su nariz sangraba y su cuerpo temblaba.

Hiperventilandose, recordó:

- No has visto a mi hermano?
Preguntó con una mirada dulce el pequeño esqueleto.

- Tu hermano? De seguro está descansando en el laboratorio~
Respondió la tétrica voz del mayor.

- Iré con él a ver si puedo ayudar!~
Respondió sonriente y enérgico.

- Oh.. —Lo sujetó el hombro de repente.
- Puedes ayudarme, necesito ayuda con una cosa.. Pero pensándolo bien.. —Llevando una mano a su mentón, soltando al pequeño— no creo que puedas.. Necesito a alguien fuerte y capaz... —Dijo en un tono intrigante.

El pequeño volteó a él y se acercó.
- Yo puedo ayudar! Yo soy capaz!
Daba saltitos eufóricos alrededor del sujeto.

El mayor sonrió por lo bajo y, posando sus ojos en el pequeño, lo Miró desde arriba, notándose su sombra cubriendo todo el cuerpo del pequeño.

- Si quieres ayudarme, acompañame.
Ofreció su mano.

- De acuerdo!~
Sonrió el pequeño, tomando su mano.

.

- N-no.. No me gusta ésto...
Decía en un tono bajo y temeroso.

- Pero si es normal~ somos hombres, no tienes nada de que avergonzarte~
Siguió tocandolo.
- Además tu aceptaste en ayudarme... O prefieres que le diga a Sans que me ayude?~

El pequeño volvió su vista a él y negó rápidamente.

- Eres un buen niño, Papyrus~
Continuó.
- Si le dices a tu hermano, los mataré a ambos... ¿Bien? ~

Veía al mayor frotarse contra él mientras en silencio derramaba sus lágrimas. Cuando intentaba alejarlo, sentía que apretaba sus manos hasta hacerle daño, así que evitaba abrir los ojos, sintiendo de repente un mareo.
Al despertar estaba en su propia cama, fué entonces cuando al dar el primer paso fuera de la cama, sintió un ardor y dolor fuerte en su zona baja. Comenzó a llorar y enseguida corrió al cuarto de Sans pero no había nadie, entonces volviendo a su cuarto escuchó a su hermano en el baño.

.

- Gaster...
Comenzó a llorar el menor, se cubrió el rostro sollozando y jadeando lleno de miedo.

Buen chicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora