Décimo

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Dos años completos, ninguno era el mismo.

Todos en la comisaria 66 sabían que Ace no estaba bien. Ya no sonreía como antes, no hacía bromas junto a Thatch y solo se centraba en su trabajo, el cual ahora mismo no era mucho.

Y Luffy... Él sí que había cambiado. Era como si la pérdida de su marca se hubiera llevado de paso todos sus sentimientos. Entrenaba hasta desfallecer, ya no sonreía ni reía con nada. Rayleigh estaba preocupado, pero no podía hacer nada.

Ya estaban de camino hacia Japón tras el entrenamiento. Luffy no decía ni una palabra, solo mirando por la ventana del avión con expresión aburrida.

--Luffy --llamó el peliblanco. --Después de aterrizar y que dejes tus cosas de vuelta en casa hay una reunión con Trafalgar y Eustass.

--¿Torao y Dentado ya han vuelto? --devolvió la vista a su entrenador.

--Sí, todos quieren saber como os fue en el entrenamiento.

--¿Y Sabo?

--Ya está allí junto a Koala comenzando a organizar todo para cuando llegues.

Ahí terminó su conversación.

(...)

--¡Vamos, póngase los chalecos antibalas! --ordenó Shirohige.

Todas las comisarias estaban poniéndose en acción. Dentro de un par de horas más los clanes Ryû, Punk y Heart se reunirían en el territorio este, a plena luz del día. Era la mejor oportunidad que tenían.

Todos se movilizaron y en tiempo récord ya estaban rodeando el lugar de reunión. Los francotiradores en lo alto de los tejados. Lo malo es que había muchos, tal vez demasiados, civiles de por medio, los cuales parecía no importarles lo que estaba a punto de acontecer en ese lugar en apenas unos minutos.

--¿No podemos retirar a los civiles? --preguntó Izo, quien estaba escondido en un callejón.

--Sería muy sospechoso --respondió Marco, quien estaba de francotirador en el tejado de un edificio cercano. --Los civiles del territorio este no le temen a los clanes ya que los protegen, por eso sería sospechoso.

Izo tronó la lengua mientras vigilaba el perímetro con su automática.

Todo parecía como cualquier día normal, hasta que algunos pasos de multitud comenzaron a sonar por diferentes direcciones. Todos tensaron su cuerpo al ver como empezaban a llegar los grupos. El clan Ryû con sus máscaras de dragón, liderado por uno con la máscara azul oscuro a quien su cabello no se llegaba a ver. El clan Heart con su máscara de oso polar, todas blancas y sin poder distinguir el cabello de ninguno por sus diferentes sombreros. Y por último el clan Punk con su máscara de lobo. La gente que andaba por la calle se acercó al clan Ryû y estrecharon la mano de todos, quienes no se negaron a aceptar ese saludo mientras seguían caminando.

--¿Por qué son tan amigables con ellos? --gruñó Haruta.

--Porque ellos los protegen mejor que nosotros --también gruñó Jozu.

Los Oyabun se encontraron en el centro de la plaza, estrechando sus manos.

--¿Cómo os fue en el entrenamiento? --empezó Sabo.

--Todo correcto, la mayoría aumentó su habilidad --contestó Trafalgar.

--Perfecto, no volveremos a fallar --se cruzó Kidd de brazos.

--¿Las cosas en el territorio norte cómo están? --miró al de máscara de oso.

--Todo listo para que el clan Ryû intervenga para terminar de tomarlo --devolvió la mirada.

Mi otra mitadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora