Día 31: Traumas/Placer

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¡¡ÚLTIMO DÍA!! ¡YAJUU!


El viaje hacia Kioto se sentía angustioso. Esa incertidumbre sobre lo que el padre de Akashi quería hablar con Furihata provocaba diversos miedos y posibles escenarios imaginarios en ambos chicos. Akashi conocía muy bien a su padre, sabe el tipo de persona que es, no quiere ni si quiera permitirle conocer a su pareja. La familia de Akashi no es sólo Furihata, Kou y Akai, también la misma familia Furihata es quien lo recibió felizmente con los brazos abiertos, aceptando todo de él y haciéndolo sentir querido, como esos días de la infancia junto a su madre.

El pelirrojo nota las manos de Furihata temblar, se le ve nervioso, aunque intente ocultarlo, resalta a la vista.

— Podemos negarnos. — Le dice para calmarlo. — No tienes que hacer esto, Kouki.

— Pero lo haré. — Sonríe al responder, pareciendo que en realidad el más intranquilo es Seijuuro y no Furihata.

Habiendo llegado a Kioto, se tomaron unos minutos antes de caminar a la mansión. La última vez que estuvieron allí juntos fue para el día de su boda. A veces Akashi iba para buscar cosas necesarias o porque su padre quería hablarle, pero de resto simplemente no iban.

Por muy largos que esos minutos se hayan sentido, el trayecto fue todo lo contrario, sintiéndose sumamente corto. En un momento ya estaban parados frente al gran portón enrejado. Akashi tocó el timbre, pronunció su nombre y rápidamente le abrieron. Llegados a la mansión, los recibe una sirvienta distinta a la ama de llaves habitual, quizás era su día libre o tal vez no quería estar ahí para ese momento.

— Bienvenido a casa, Seijuuro-sama. — Recibe la joven con voz calmada. — Según indicaciones de su padre, sólo requiere la presencia de Furihata Kouki en su despacho.

— AKASHI Kouki. — Recalca enfadado. Es difícil hacerlo perder los estribos de esa forma. — Iré con Kouki al despacho de mi padre. Le dejé claro que no los dejaría solos.

— Son órdenes de él. — Esa actitud imperturbable ponía todavía más furioso al pelirrojo.

— No me interesa.

Yendo en contra de ello, Akashi tomó la mano de Kouki y ambos se dirigieron camino al despacho, donde se encontrarían por fin con el padre de Akashi.

Viéndose frente a la puerta, Akashi ni si quiera toca para pedir permiso, sólo llega y entra, desafiando a su padre desde el primer momento. Si es por defender a Kouki, hará todo lo que esté a su alcance.

— No recuerdo haber criado a un hijo tan irrespetuoso, capaz de entrar sin siquiera llamar antes. — Responde el hombre sentado en el centro del despacho.

— No recuerdo haber tenido un padre cariñoso que me enseñara buenos modales sin llegar a los gritos.

Unas imaginarias chispas surgieron entre ellos, Furihata había quedado completamente en blanco al entrar, pasó del miedo a literalmente desmayarse de pie por unos instantes, pero se recompuso rápidamente cuando vio a Akashi tan molesto.

— Seijuuro, te quiero fuera, ahora. Con quien quiero hablar es con él. — Dice mientras apunta a Furihata.

— Sei... — Furihata aprieta la mano de Akashi, sin embargo, termina por soltarla. — Estaré bien. Puedo hacerlo.

Akashi decide confiar en Furihata y sale de la habitación sin protestar más, no sin antes mirar con odio y desprecio a su padre antes de salir.

— Mi-Mi nombre es... Aka-Akashi Kouki...

— Jamás permitiría que alguien como tú portara el apellido "Akashi". Tu apellido es Furihata. Te llamé luego de haberte investigado lo suficiente: Furihata Kouki, actualmente estudias para ser veterinario. Conociste a mi hijo cuando iban en su primer año de preparatoria y derrotaron a su equipo, aunque no es como que hayas hecho mucho.

Cada palabra era como recibir una puñalada, la presencia de ese hombre era incluso más grande que la de Akashi. Si se compara a Furihata y Akashi con un chihuahua y un león, Furihata y el padre del pelirrojo son básicamente un chihuahua y una temible bestia. Es una sensación difícil de describir para el castaño.

— Escucha, mocoso. — Ese tono de voz serio hace que Furihata se paralice. — Dame un número de catorce cifras, cualquiera. Escribiré esa cifra en un cheque y te lo daré con la única condición de que no volverás a acercarte a mi hijo. Cuando te alejes de su vida, le conseguiré una esposa digna de él.

Furihata cerró sus ojos y agachó la cabeza. El miedo lo tenía controlado completamente, quería hablar, moverse, pero le parecía imposible. Nunca se había sentido así en su vida. En aquel partido, estaba acompañado de sus compañeros, no obstante, ahora, está solo...

No... — Susurra con debilidad. — No... — Aclara la voz. — ¡NO! — Levanta la cabeza y vocifera. — ¿Una esposa digna? ¿Un cheque y mucho dinero? ¡Todo eso no me importa! ¡Estoy aquí porque soy el esposo de Akashi Seijuuro! ¡Y él es MI esposo! — Furihata no estaba solo y lo sabe. Akashi está afuera de esa puerta, esperándolo. Kou-chan y Akai-chan esperan por ambos en casa. — ¡Lo único que usted hizo fue llenarle la cabeza sobre que todo en su vida debe ganarlo y ser el mejor! ¡Como si eso fuera lo único importante! ¡Esos traumas que él creía permanentes...! ¡¡Sus amigos y yo le hicimos superarlos!! ¡Sei vive conmigo, Akai-chan y Kou-chan! ¡Es feliz jugando básquet, viviendo conmigo, haciendo cosas que antes creía prohibidas! ¡Él no necesita ser perfecto, porque nadie lo es! ¡Y si usted, Akashi Masaomi-san, es incapaz de ver eso! ¡NO MERECE SER PADRE!

Cuando terminó de gritar, respiro profundo, su habilidad de hablar rápido le fue verdaderamente útil esta vez. Akashi entró nuevamente al despacho y abrazó fuertemente a Kouki, nunca se había sentido tan dichoso de que alguien le protegiera, porque en primer lugar, jamás había necesitado de que alguien le cuidara, siempre trató de hacerlo todo solo, pero ahora tiene a Furihata con él. La felicidad y amor que los une, nadie podría destruirlo o separarlos.

— Ya escuchaste, padre. — Akashi aprovecha esta oportunidad para también desahogarse. — Tu bendición en nuestra relación es innecesaria. Me basta la familia de Kouki, quienes, por cierto, son unas personas muy amables y generosas. Me aceptaron en su familia el día que me presenté a ellos. No les importó ni mi estatus, ni el negocio, ni nada. Sólo velaban por nuestra felicidad.

— Bien. Hagan lo que quieran. — Parece que Masaomi decide rendirse por esta vez. — Sigo sin aceptarte en la familia, Furihata Kouki.

— AKASHI Kouki. — Recalca esta vez el castaño. — Otro día vendré a visitarlo de nuevo. Sólo espero pueda ser una mejor persona, Masaomi-san.

Furihata toma la mano de Akashi y salen juntos del despacho. Despidiéndose también en el camino de la sirvienta joven.

— Kouki puede ser muy sorprendente a veces.

— Se sintió tan placentero decirle todas sus verdades a tu padre. — Lanza una risilla por lo que dijo, pero también hace carcajear a Akashi.

— Tienes razón. — El pelirrojo le da un beso en la mejilla a Furihata. — Te amo, Kouki.

Furihata no se queda atrás, besa a Akashi en los labios, le sonríe y dice orgulloso.

— Te amo mucho, Sei. Volvamos a casa. A nuestra casa.


Disfrute mucho escribir todo este Akafuri <3 <3 <3 Es una pareja que de verdad amo con locura, no sé por qué tanta gente la odia, sobre todo por la gente que shippea MuraAka o MidoAka. O sea, sí, que buenas interacciones, pero no por ello deben odiar el AkaFuri, sólo porque tienen "menos interacciones". O sea, imaginen que sólo fueron como 3 o 4 interacciones en toda la seria (Según el manga 1 o 2) y aún así tiene una gran fanbase y muchos bellos Fan-Arts <3 <3 <3 EL AKAFURI ES TODO PARA MÍ Y SOY FELIZ SHIPPEÁNDOLOS <3 <3  

AkaFurivember 2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora