Esto me hace recordar el JyuIchiviembre, ya para este momento se me estaba friendo el cerebro x'D :''v
Desde que tengo uso de razón, mi padre me ha metido en muchas clases para así tener muchas aptitudes y talentos, buenas calificaciones, música, entre otros aspectos. Una de las clases que más solía odiar era la pintura, debido a que se me dificultaba por alguna razón. Solía confundirme sobre dónde colocar el sombreado, tampoco era bueno combinando colores, sin mencionar que dibujar con carboncillo lo sentía como una tortura y mis manos quedaban completamente negras. La única razón por la que me esforzaba era porque a mi madre le gustaba que la retratara en mis clases, siempre me premiaba jugando básquet conmigo, pero cuando ella falleció, no pude volver a pintar nunca más.
Tanto al terminar la primaria, como toda mi secundaria, fueron sólo huir del pincel. No hubo sentido en haber practicado tanto, si al final perdería lo único que me gustaba retratar en mis pinturas... O eso pensé.
Cuando el equipo de Kuroko nos ganó en la final, una sensación que no sentía hace años regresó. Quería y deseaba pintar a ese chico de cabello café que temblaba al pararse frente a mí. Una necesidad que por un segundo casi se vuelve obsesión, pero pude manejarla, sin embargo, llamé a mi ex compañero de Teiko al poco tiempo para que me ayudara con ello.
No tomó mucho tiempo de reunirnos los tres, Furihata Kouki temblaba ante mi presencia, en parte me hacía cierta gracia, porque según lo dicho por Kuroko, él era como un mes mayor que yo. Aunque ahora eso no es lo importante, lo tengo de frente nuevamente y necesito por cualquier medio pedirle esto.
— Furihata Kouki. — No pude evitar que mi tono de voz sonara tan serio.
— ¿¡S-SÍ!? — Parece que lo he asustado.
— Akashi-kun, asustes a Furihata-kun o me lo llevaré. — Kuroko cuida mucho de él.
— Tengo una petición que hacerte, por supuesto que tienes la opción de rechazarme, pero espero no lo hagas: Me gustaría hacer un retrato de ti.
Él comienza a tartamudear, no puedo entenderle nada de lo que dice, así que no sé si se está negando o está aceptando, lo bueno que mi antiguo compañero sirve como un intérprete de ese extraño lenguaje que ni si quiera suena japonés. Me pregunto si este chico será así todo el tiempo o sólo es tímido y temeroso con la Generación de los Milagros.
— Furihata-kun acepta que lo retrates, siempre y cuando no sea algo extraño.
— No soy ningún pervertido o sinvergüenza como para pedirte que te desnudes para pintarte.
— No, él se refería a que lo hicieras usar algún traje muy sofisticado o elaborado. Sabía que Akashi-kun era un ser humano, pero no alguien que quisiera ver a mi compañero de equipo desnudo. — Dice mientras se acerca a Furihata como si lo estuviera protegiendo de un depredador.
Finalmente tuve el consentimiento de ambos para poder retratar a Furihata Kouki bajo ciertas condiciones: Debo hacerlo en presencia de Kuroko, dejarlo usar su uniforme escolar regular y no salir de Tokio. El único lugar donde se me ocurre poder retratarlo es en algún parque, pero terminamos por hacerlo en las instalaciones de la preparatoria Seirin, en el patio, donde Furihata sólo debía quedarse sentado en una banca.
Ya llevaba un par de horas desde que terminé el trazado y comencé a pulir detalles para pintarlo, nunca creí que volvería a hacer esto, pero comenzaba a sentirme satisfecho, no sentía esta sensación desde que mi madre dejó este mundo. Sus retratos fueron todos guardados y no sé dónde están o si siquiera estarán en la casa, pero lo que ahora quiero es terminar esto. Quiero retratar a Kouki y poner todo de mí en esta pintura.
El tiempo seguía corriendo, la luz del sol ya casi se ocultaba, Kouki ya estaba cansado y Kuroko había ido por unas bebidas, así que aproveché este momento para conversar con mi modelo.
— ¿Te gusta pintar, Akashi-san? — No pensé que se adelantaría a mí.
— No precisamente. Es de la cosas que mi padre me obligó a aprender desde pequeño para tener diversos talentos.
— Entonces... ¿Por qué quisiste pintarme?
— Para serte franco, en mi infancia sólo pinté a una persona: A mi madre. Cuando ella murió, decidí dejarlo, sin embargo, cuando te vi en el partido, una necesidad de retratarte nació en mi interior. Físicamente no hay nada a lo que pueda conectarte con mi madre, pero aun así, siento que tu aura es similar a la de ella. — Le hablo mientras mi vista sigue intercalándose entre él y la pintura.
— Ya-Ya veo... — Noté un ligero sonrojo en sus mejillas, ¿Habré hecho mal en decirle eso?
Apenas termino el retrato, Kuroko se aparece detrás de mí con las bebidas y mira de reojo la obra recién hecha.
— Akashi-kun, eres bastante bueno.
— Aprecio el comentario, Kuroko. — Vuelvo a tener este sentimiento de cuando hacía un dibujo de mi madre.
— ¿Puedo verlo?
— Por supuesto, fuiste mi modelo.
Kouki miró el retrato que hice de él, parecía que sus lágrimas casi se desbordan de sus ojos, por un momento pensé que no le había gustado o que cometí algún error, pero no tuve tiempo a preguntarle cuál era el problema.
— Estoy feliz... — Dijo a la par que sus lágrimas caían por sus mejillas. — Me siento muy bien de haberte podido ayudar. — Oh, ya veo... Recuperé este sentimiento... Amaba ver la sonrisa de mamá cuando terminaba un retrato de ella.
Tienen una expresión distinta al sonreír, pero sus sentimientos son los mismos. Espero tener la oportunidad de volver a pintar a Kouki. Por uno u otro motivo, quisiera volver a verlo sonreír así.
Lo importante es ser constante, aunque termine las cosas tardes xD
ESTÁS LEYENDO
AkaFurivember 2020
De TodoSoy participe de la actividad "31 días AkaFuri". Así que todos los días, dependiendo el tema que se haya dado, tengo que hacer un drabble o one-shot~ Disclaimer: Los personajes no me pertenecen a mí~ Son de autoría de Fujimaki Tadatoshi y también pr...