✑Cuando Taehyung es obligado a casarse con el gobernante de reino vecino, sin alternativa, sin ningún otro camino más que resignarse a aceptar el cortejo del Rey Namjoon, sin embargo al llegar al reino de Busan y finalmente conocer cara a cara a su...
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La palabra furiosa era poco a comparación de la ira que sentía la reina madre en esos momentos. Había una sola razón por la que no dejaba salir nunca a sus hijos, y cada que sus hijos la desobedecían, ella explotaba de la ira; Taeyeon no era una mala madre, al contrario había sido una muy buena madre, pero había temas que la sacaban de sus casillas, entre ellos, que sus hijos salieran del palacio sin su consentimiento.
¿Por qué era esto?
Simple, Taeyon no quería que sus hijos encontraran sus almas gemelas. Y eso podría sonar muy feo, pero había una razón detrás de eso.
¿Que había pasado para que Taeyon odiara a las almas gemelas?
Eso también era fácil de responder. Una alma gemela le había robado al amor de su vida... desde pequeños JungWoo siempre había sido el amor de su vida, y creía firmemente que él era su alma gemela... Pero no fue así, JungWoo se enamoró perdidamente de la princesa menor de el reino de Daegu, ambos eran almas predestinadas... Pero ella no se rendiría tan fácilmente.
Mihyun era una chica muy bonita, pero ella podía serlo más. Si había algo en lo que ella era buena, era negociando para conseguir lo que deseara, recordaba muy bien como era que Siwon (el Rey de Seúl) veía con amor a Mihyun, por lo que no dudo en tomar cartas en el asunto, si ambos tenían dos amores platónicos ¿Por qué no unirse para conseguir el amor de quién querían? O tal vez solo lograr casarse con ella.
Siwon aceptó su oferta y juntos lograron casarse con su respectiva pareja, y ellos solo aceptaron por el deber real, fue así que logró separar una alma gemela, por lo que si tenía que separar a las almas gemelas de sus hijos para su conveniencia real lo haría.
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Desbordando enojo se dirigió con total ira a la habitación de su hijo menor, si bien su hijo mayor había logrado evitar que fuera directamente con Jungkook y Taehyung y enfrentarse a su hijo enfrente de su yerno, no iba a lograr evitar que se enfrentara a Jungkook en su habitación, por qué si duda alguna ya estaba harta de que su hijo menor no obedeciera sus órdenes que claramente había impuesto en ellos.
Tocó la puerta repetidas veces sin molestarse en ocultar lo muy enojada que estaba, cruzó los brazos, golpeaba repetidas veces el piso de mármol con su pie, ya un poco desesperada de que su hijo estuviera tardando tanto en abrirle la puerta, ella no era alguien muy paciente y la tardanza que tomaba su hijo en abrir, la estaba molestando más de lo que estaba (si eso era científicamente posible, claro)
—¿Qué necesitas? —dijo el pelinegro una vez abrió la puerta, ignorando por completo el muy notable enojo de su madre.
—¿¡Cómo que "qué necesito"!? —explotó con enojo y un tono de voz más alto de lo que esperaba. —¡Saliste del palacio sin mi consentimiento! ¡Sabes muy bien que no puedes hacer eso Jeon Jungkook! ¡Estoy harta de que no me hagas caso! —exclamó tan alto que seguro cada persona en el palacio lo había escuchado, pero en ese entonces eso no le importaba a Taeyon.
