¿Sabéis lo maravilloso que es levantarte con la persona que quieres a tu lado durante una semana entera?
Exacto, una semana.
Mimi y yo nos íbamos turnando. Un día en su casa y otro en la mía. Quería aprovechar todos y cada uno de los días aquí, sin separarnos a poder ser.
Quedábamos con los chicos por la tarde y todas las noches y las mañanas las pasábamos juntas.
Pero esta semana iba a ser algo distinta.
Una de esas tardes, hablamos de ir a la playa con la caravana de Alba, unos cuatro días. Nosotras, sin dudarlo, dijimos que nos apuntábamos.
Y bueno, pues con las maletas en la mano y de camino a casa de Alba nos encontrábamos.
-¡Las mariconas! - gritó Ricky al vernos.
-Hola, petardo - contestó Mimi dándole un abrazo.
Los saludamos a todos y Alba nos abrió la puerta para ver la caravana por dentro.
Nada más entrar pude divisar a mi izquierda una puerta que llevaba al pequeño baño, el cual tenía lo básico : una pequeña ducha, un wc y un lavabo.
Justo en frente de mi había una litera, cada cama con una pequeña ventanita.
A la derecha había una cocina, también con lo básico y un par de armarios arriba. Más adelante habían 4 asientos con una mesita en medio y justo al lado un sofá cama.
Detrás de los cuatro asientos había una escalera que llevaba a la parte de arriba de los asientos del piloto y copiloto donde había una cama de matrimonio.
Era una caravana familiar, muy grande y perfecta para nosotros.
-A ver qué antes de venir ya he hecho la distribución de como vamos a dormir - nos explicó Alba. - Roi y Ricky a las literas, vosotros decidís si arriba o abajo, Ana y yo vamos al sofá cama porque aquí a la señorita le da miedo dormir en un sitio alto, pero tranquilos, no sufrais por nuestras espaldas porque yo he dormido en todas estas camas y la más cómoda es esta, sin duda alguna.
Bueno, Miriam y Mimi a la de arriba.-Pues perfecto todo ¿no? - dijo Roi colocando la maleta encima de su cama.
-Si, pero vamos a hacer una cosa. Hay un armario al lado de la litera. Un estante para cada uno y luego hay tres cajones justo debajo de los estantes y dos cajones debajo del sofá cama por si a alguien no le cabe algo. Dejamos las maletas en casa - asentimos y cada uno comenzó a preparar lo suyo.
Creo que no hace falta decir que fue un absoluto desastre organizarnos. Pero con un poquito de trabajo y esfuerzo lo conseguimos.
-Joder, una puta hora hemos tardado - se quejó Ana sentándose en uno de los cuatro asientos.
-Pues creo que sería hora de ir tirando - dije mirando la hora en mi móvil y sentándome junto a Mimi.
-Pues venga, que alguien se siente a mi lado y me haga compañía mientras conduzco - la Canaria se levantó como un resorte y se sentó corriendo en el asiento de copiloto haciéndonos reír.
Roi y Ricky se sentaron en frente nuestra.
-Madre mía esas dos... - comentó Roi mirándolas.
-Yo me sé de otras dos también - Ricky clavó su mirada en nuestras manos, las cuales estaban entrelazadas.
Mimi y yo nos miramos y sonreímos ¿Había algo que negar?
-Ricky ¿Y si nos liamos tu y yo? - echamos a reír ante la propuesta del gallego. - Me siento mal, soy el único hetero aquí, me voy a cambiar de acera hasta que volvamos.