Chico malo (adaptada)

me perteneces

¿Para dónde vas? –le preguntó la pelinegra al ver a la castaña tomando sus llaves.

–Por favor si mi hermano viene a buscarme dile que no me tardo –le pidió.

Hoy a terminado el amor de los dos Quizás amarte tanto, ese fue mi error Hoy no sentirás nada, pero pronto verás Que el amor que te di nadie lo igualara

Necesitaba ver a Joel, por lo menos por última vez hasta que su bebé naciera, la noche anterior luego de su discusión con su hermana, él se había ido y ella no supo más de él y en la mañana tampoco lo había visto. Estaba preocupada, no había ido al departamento en todo el día.

Lo buscó en todo lugar que se le ocurrió, pero nada, era como si la tierra se lo hubiera tragado, ¿cómo había ido tan lejos si había dejado su auto en el edificio?. La noche había caído sobre la ciudad y no le quedó de otra que volver al departamento.

Te marchas para siempre sin explicación Y entre tus maletas, mi corazón... Te vas sin decir nada sin importarte mi dolor Pero sé que algún día sentirás lo que yo.

"Joel" pensó con tristeza. Se acarició su abultado vientre mientras sentía los ojos humedecérseles, tenía bastante que no lloraba por el comportamiento y los malos tratos que le daba el pelinegro pero ya no lo soportaba, sentía mucho dolor. ¿Por qué él tenía que ser así? Al pasar por el parque no le quedó que entrar y taparse de las gruesas gotas de agua que empezaban a caer.

Y llorarás... Y te recordaras... De aquellos bellos momentos que solo conmigo as de pasar

Y llorarás... Y te arrepentirás..., si Cuando te sientas solo, con ganas de amar Llorarás...

Mientras ella estaba recostada sobre el árbol y silenciosas lágrimas caían por sus mejillas en ese mismo árbol pero del lado contrario estaba el pelinegro con una profunda tristeza en sus ojos. Un fuerte trueno la hizo estremecer. No quería irse del departamento de Joel sin por lo menos darle las gracias.

Te marchas para siempre sin explicación Y entre tus maletas, mi corazón... Te vas sin decir nada sin importarte mi dolor Pero sé que algún día sentirás lo que yo

Una solitaria lágrima se deslizó por la mejilla masculina y se la apartó con enojo. Maldita mujer, mil veces maldita, todo era su maldita culpa, nunca tuvo que empezar a sentir cosas hacia ella, era un idiota, se prometió que nunca sería como su padre, que nunca se iba a enamorar de ninguna mujer, que solo las usarías cuando quisiera pero nunca habría amor. Estaba condenado. Ahora ella se iba, lo dejaría, la niñata estúpida como él la llamaba se marcharía. Las punzadas de dolor en su pecho les incomodaban, como fue tan gilipollas y fijarse en esa mujer. La lluvia caía con fuerza colándose entre las hojas del árbol y empezándolo a mojar, fuertes truenos se escuchaban y el parque solo era iluminado por las escasas luces.

Y llorarás... Y te recordaras... De aquellos bellos momentos que solo conmigo as de pasar

Y llorarás... Y te arrepentirás..., si Cuando te sientas solo, con ganas de amar Llorarásss...

Unos sollozos provenientes del lado contrario del árbol llamaron su atención, con cautela rodeó el árbol y vio una figura femenina.

Ahogó un sollozo, no quería llorar, ya no más. Su corazón dio un vuelco cuando abrió los ojos y se vio acorralada contra el árbol por el pelinegro.

–Joe...–pero los labios masculinos se apoderaron de los de ella de manera posesiva.

La besó demandante, tomando sus labios y acariciando su boca con la lengua, no la quería perder. Jadeó contra sus labios por la falta de aire, la besó con maestría.