mareos y vómitos

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¡Sal del maldito baño!- el grito del pelinegro se dejó escuchar por toda la habitación.

No era para menos, esa niñata tenía hora y media encerrada bañándose. Maldiciendo por lo bajo decidió entrar, todo el baño estaba cubierto de vapor. Estaba tan concentrada y relajada debajo del chorro de agua que no notó cuando el pelinegro entró al baño y mucho menos cuando este entró a la regadera. Una sonrisa maliciosa se posó en sus labios cuando la miró debajo del chorro de agua, de manera caliente observó todo su cuerpo húmedo.

-Niñata estúpida- bramó.

Al escuchar la voz de Pimentel abrió los ojos con sorpresa, giró sobre sus talones y ahí lo vio.

-¿...Qu...qué haces...aquí...?- trató de taparse al ver la mirada masculina sobre su cuerpo.

-¿Por qué coño tardas tanto?- le preguntó con enojo.

-Me estaba lavando el pelo- con una mano se tapaba los pechos mientras que con la otra su parte intima.

-La próxima vez te duchas en el baño de la sala-

El chorro de agua caía entre ambos cuerpos.

-Podrías salir para continuar con mi ducha- le dijo.

-No me da la gana- su mirada se deslizó desde sus húmedos cabellos hasta sus pequeños pies.

-No me mires así- se sonrojó.

-¿Cómo quieres que te mire?- ninguno de los dos movía ni un músculo.

-Cierra los ojos- le pidió ella.

-No- dijo.

-Quiero salir.

-Zorrita- sonrió mientras se le acercaba.

-No me llames así, mi nombre es Tn- trató de retroceder pero al hacerlo resbaló.

Él la tomó con rapidez de la cintura.

-Estúpida- le dijo.

Ambos quedaron debajo del chorro de agua, lo miró a los ojos y su respiración se detuvo al ver lo cerca que estaban, se mordió el labio inferior.

-La próxima vez dejo que te caigas- llevó unas de sus manos a la húmeda cabellera femenina.

-Déjame- le pidió. -¡Me estás lastimando bruto!- se quejó.

Le jaló el cabello hacia atrás con brusquedad. Estaba con la cabeza inclinada hacia atrás y la espalda arqueada.

-Quédate quieta zorrita- le dijo.

-¿Qué pretendes?- le preguntó cuando lo vio sonreír.

-Todavía no te perdono que no quieras abortar-

-¿Qué me harás?- cuando sintió su boca sobre la piel de su cuello su cuerpo se calentó de manera inconsciente.

-Te enseñaré que con Joel Pimentel nadie se mete- le mordió el cuello hasta que ella gritó de dolor.

-¡Déjame!- trataba inútilmente separarse de él. -Mise...- las palabras quedaron en su garganta, él la había besado.

La apretó contra su cuerpo mientras la besaba, un jadeo se le escapó de los labios cuando sintió su erección contra su vientre. Se odiaba, se odiaba a si misma por permitir que él la besara, que la tocara como en esos momentos estaba haciendo. Con unas de sus piernas le pego en su bajo vientre haciendo que automáticamente se separara de ella.

-N...no...me...me vuelvas a tocar- su respiración era agitada.

-Maldita- se quejó. -Cuando te ponga las manos encima te arrepentirás estúpida- le advirtió.

Chico malo (adaptada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora