Desperté por el dolor en la herida del lomo y con la vista de ese horrible cadáver que tenía en frente y que desprendía un hedor que me invadía con fuerza. En ese momento fui haciendo memoria de todo lo que me había pasado con aquel combate y poco a poco reincorporándome en mi nueva postura a 4 patas sin quitar la vista del cuerpo del ciempiés. Fue algo que realmente me tenía impactado por lo real que había sido y por lo rápido del conflicto que perfectamente me hubiera podido haber quitado la vida en mi ignorancia. Realmente nunca fui un gran deportista ni mucho menos un luchador, pero en ese par de minutos que duró la pelea los movimientos fluyeron por mi cuerpo con una gran naturalidad y reaccione casi por instinto pues mi pequeña práctica de ninguna forma me habría podido haber preparado para esquivar así las embestidas. De cualquier manera, me había pegado con un balde de agua fría lo real de todo esto y lo estúpido que fui por buscar un conflicto en el que arriesgué mi vida sin que fuese realmente necesario.
Adicionalmente a todo eso también se sumaba esa herida que, si bien parecía ya no sangrar, sí que me dolía y entorpecía mi movimiento. Y sobre todo está el tema de lo poco cauto que fui con el veneno, sin lugar a duda la sangre de ese monstruo tenía alguna clase de toxina que nunca consideré y que de haber sido letal ya hubiese cobrado mi vida. Esta es una consideración muy importante que tengo que tomar en cuenta de ahora en adelante, pues soy muy susceptible a este tipo de peligros cuando muerdo, acción que probablemente sea mi mayor arma. Afortunadamente esa toxina solo había conseguido desmayarme, pero incluso eso en sí mismo es un gran peligro pues en ese estado soy completamente vulnerable y proteger mi vida debería ser mi prioridad número uno en este momento.
Desde mi primer despertar ya había llegado a la conclusión de que todo esto era real y de que tenía que tomármelo en serio, pero esta situación me acaba de enseñar de que realmente no lo había comprendido ni interiorizado, no estaba realmente consiente de que no es una historia más de las que me encanta consumir ni un juego, se trata de mi vida. Esto es algo que tengo que tomar en cuenta para mis decisiones a partir de este momento pues, aunque no se debe convertir en un miedo que me paralice de actuar, si que es vital para mi supervivencia si es que quiero salir adelante en este nuevo mundo. En si mismo servía como una confirmación pues, entre las sensaciones, las emociones, el dolor y despertarme por segunda vez en este nuevo cuerpo todo no hacía sino que remarcarme que la situación era en verdad muy real.
Tras pensar en todo esto me fije especificamente en el cadáver del monstruo que tenía delante al mismo tiempo que volvía a agradecer de que si estuviese realmente solo. Me acerqué a revisarlo a pesar del dolor y empecé por examinar las tenazas con mis garras. Tras ver lo fuerte que eran me lamente un poco, pues en otras circunstancias tal vez podría utilizarlas para algo al crear alguna herramienta, cosa que ahora me resultaba imposible. También revise la herida que había logrado hacerle y con la que lo derrote, viendo como seguía escurriendo la sangre que efectivamente parecía toxica y la causa de mi desmayo, lo que me hacía darme la idea de que tampoco seria buena idea probar su carne.
«Vaya desperdicio...»
Mientras seguía observando fijamente su cadáver, pensando en cómo de tener manos podría darles tantos usos a sus materiales desde aprovechar las tenazas para un arma o herramienta, el pelaje para armadura, la sangre como veneno y alguna otra cosa más, mis ojos volvieron a sorprenderme esta vez mostrándome como de una parte del abdomen del monstruo se emitían esas mismas ondas de colores que me habían sorprendido antes en el túnel con una intensidad mayor que destacaba por sobre el resto del ambiente. Con la sorpresa cerré los ojos rápido para evitar el dolor de antes y me decidí a revisar que había sido lo que había visto. Al acércame a esa parte del cuerpo empecé a rasguñar con mis garras, pues ni loco volvía a morder a ese bicho, tratando de cortar el abdomen y consiguiéndolo tras un par de minutos. Una vez vi lo que había dentro me sorprendió que se trataba de una piedra brillante de tamaño no mayor a un puño y de un color verde lima bastante llamativo.
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Karion: Reencarnación en lobo
FantasiTras reencarnar en un lobo en lo profundo de una cueva, Elder Albertsen aprenderá a sobrevivir en un mundo de fantasía épica donde se enfrentará a increíbles aventuras, una intervención en su futuro que dejará una marca en su destino guiada por el a...