El tiempo había pasado encima de la ciudad testigo del inicio de todo.
Harry y Louis habían conseguido hacer que su relación funcionara durante sus años de universidad, obviamente encontrándose con constantes trabas que los habían hecho hartarse el uno del otro en varias ocasiones, pero siempre acababan en lo mismo: refugiados en los brazos del otro, teniendo extensas sesiones de besos que en ocasiones podrían evolucionar lentamente hasta llegar a algo más, y en otras culminaban con ellos dormidos sobre la cama, con Louis pegado al pecho de Harry como si de una almohada se tratase.
Los cambios en el chico de ojos cian fueron impresionantes, especialmente después de que, al término de una discusión, su adorado novio consiguiera hacerlo aceptar que necesitaba ir a terapia. Anne consiguió el contacto de una psicóloga conocedora de lenguaje de señas, así que al final no había excusa válida para no tomar esa ayuda. Progresivamente, Louis logró sanar el trauma de haber perdido la audición; junto con el apoyo de su familia, Harry y la familia Styles, los días pésimos se volvieron cosa del pasado y los días malos mucho menos recurrentes hasta que, después de cierto tiempo, también se las ingeniaron para desaparecer.
En ese tiempo, los Styles también se dedicaron a aprender lenguaje de señas, pues habían adoptado como protegido al chico que tenía a su integrante menor bebiendo de los vientos. Gemma, en particular, se había vuelto muy apegada a él, y había adquirido el hábito de llenarlo de abrazos siempre que tenía la oportunidad de verlo, ignorando a su ceñudo hermano que también demandaba los mimos de su chico. Por otro lado, las hermanas de Louis no podían apartar las manos de los rizos de Harry.
El único reto verdaderamente preocupante al que tuvieron que enfrentarse más tarde fue cuando Louis se graduó y le ofrecieron un excelente trabajo como editor en Birmingham, siendo esa una ubicación a dos horas de distancia de Londres, y aunque no fuera demasiado, los hizo tener que ajustarse a un calendario de visitas más complejo durante los años restantes de carrera para el menor. Las cosas se facilitaron cuando Harry, meses después de su graduación, consiguió trabajo en uno de los juzgados de la misma ciudad, y más tardaron en darle la noticia que él en hacer maletas para mudarse.
Quienes se habían enfrentado a mayores dificultades habían sido Niall y Zayn. La singular dupla inició una inestable relación un año después que sus amigos, y aunque a ratos podrían ser la pareja más pasional y cariñosa, en otros también podían discutir a gritos por la más simple de las pequeñeces, y terminar acudiendo cada quien a su respectivo mejor amigo para informar que su relación había tocado fin cuando no les llevaba más de una semana volver a las mismas andanzas. Uno de los principales motivos de sus peleas era que Niall sospechaba que Zayn no había superado a Perrie y seguía viéndose con ella a sus espaldas; la realidad era que el moreno, en efecto, no había olvidado del todo su primer amor, mas no había sido incentivo para una infidelidad.
No pudieron arreglar sus diferencias hasta que Harry y Louis los convencieron de ir a terapia de pareja, y aunque al inicio se negaron rotundamente, acabaron haciéndolo. En tanto Zayn terminó la universidad sus padres se negaron a seguir haciéndose cargo de él, y como Niall acababa de convencer a su divorciado y adinerado padre de comprarle un apartamento, recibió a su novio ahí. Supuestamente era un acuerdo temporal, pero al final ambos se adaptaron tan bien juntos que decidieron permanecer así incluso cuando Zayn consiguió trabajo como profesor y podría haberse costeado su propio piso.
Las reuniones entre ambas parejas se volvieron recurrentes, y Niall también terminó aprendiendo lenguaje de señas.
Para ese punto, habían pasado ya dos años desde que Harry se había mudado al departamento de Louis, y la vida parecía sonreírles cada vez más.
Harry era el encargado de despertar a Louis en las mañanas después de escuchar su alarma, usualmente ya estaba levantado, pero ese día en particular había decidido pasar más tiempo en la cama, por lo que se sobresaltó al escuchar el espantoso pitido a su lado. Lo apagó después de refunfuñar y vio la hora.
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Golden Words| L.S
RomanceEntre las amplias paredes de una panadería de Londres, oculto sin el afán de esconderse, un chico de caireles color hojas oscuras de otoño se dedica a obsequiar su sonrisa y hasta trozos de su corazón a los clientes, en consecuencia caen por embeles...