Besos con sabor a fresa y sangre
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El dulce sabor de sus labios... un sabor frutal... Creo que se debe a su lápiz labial, rosáceo casi transparente. Definitivamente amaba sentir ese sabor mientras acariciaba su suave y sedosa melena rubia con una mano mientras la otra estaba ocupada tratando de tocar la mayor cantidad de piel posible, lo cual no era ningún desafío con el corto vestido rosa que traia esta noche. Estaba hipnotizado por aquella mujer absorto del mundo y de mi alrededor, a pesar de la fuerte música y la gran cantidad de personas que nos rodeaban, yo solo podía consentrarme en esos labios rosados sabor a fresa. El beso duro más de lo que pensaba y hubiera durado más pero un golpe en mi costilla derecha me obligo a separarme de sus labios para soltar un grito no muy varonil por el dolor, me di la vuelta buscando a mi atacante.
-Consiganse un cuarto par de pervertidos-La peliroja tuvo que gritar para hacerse oir entre la música.
-¡Y tu un novio!-Grite un poco molesto por el golpe que me dio. Marissa lanzo una vivida carcajada mientras se despegaba un poco de mi cuerpo para poder hablar.
-Si, solo porque tú no tengas uno no significa que tengas que venir a molestarnos a nosotros-agrego la rubia. Ariel hizo un puchero y se sentó al lado de Marissa en la mesada de la cocina donde estábamos y apoyo su cabeza en el hombro de mi novia.
-Pero se supone que vinimos juntos, los tres-habló mirándome directo a los ojos-y por más patético que suene, extraño cuando salíamos los tres como amigos, ya saben, antes de que empezaran a follar dejándome sola en cada fiesta esquivando borrachos y pervertidos.
Marissa reía mientras besaba la cabeza de nuestra amiga-tienes razón...- Marissa pareció detenerse a pensar para luego seguir hablando-hoy solo somos tres amigos que salieron a divertirse-me miro con una chispa de diversión en su mirada mientras hablaba-sin novios ni besos ni... Esto!-lo último lo dijo mientras me empujaba con las piernas.
-Esperen no me gusta esta idea-dije haciendo un puchero
-A mi si!-Ariel grito emocionada-ahora vamos a bailar mis tres mosqueteros, y recuerden que los mosqueteros no follaban o al menos no en la versión oficial-Marissa salto de la mesa gritando en lo que parecía ser un aullido y Ariel copio sus movimientos. Ambas me arrastraron hasta la pista de baile y empezaron a bailar obligándome a unirme al baile. Cada vez que me quería acercar a mi novia Ariel se interponia en el medio y me sacaba la lengua. Los tres moviamos nuestros cuerpos al ritmo de la música o al menos las chicas lo hacían, yo solo me movía.
Ariel bailaba cuando un cuerpo se estrello con ella y ambos cayeron al suelo,el chico que chocó con mi amiga intento pararse nuevamente pero perdió el equilibrio y volvió a caer, tenía en labio partido y la mirada perdida bajo los efectos del alcohol seguramente. Yo lo conocía, era de la escuela hemos conversado un poco por nuestra amiga en común. No dude y fui a su rescate levantandolo del piso y sosteniendolo para que no se caiga.
-No vuelvas a tocarme marica-El agresor del chico gritó-¿¡Me oíste!?
-Que mierda te hace pensar que quiero tocarte o siquiera acercarme a ti-El pelinegro soltó mi agarre mientras contestaba a las amenazas del otro chico-Podre ser gay pero tengo buen gusto- Escupio las palabras con agresividad-Y mis gustos no incluyen idiotas con complejo de macho y una verga más corta que su capacidad de razonar y pensar. Así que no, jamás siquiera intentare tocar ese diminuto pene que tienes ahí debajo-Grito acelerando el ritmo y el tono de su habla cada vez más y más.