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Después de dar un discurso de un minuto de duración frente a toda la escuela que se pasan entre mensajes y susurros presuntas teorías sobre tu vida, el sentimiento de bajar del estrado y sentirte un alumno común y corriente se siente agridulce. Después de que Phineas descendiera por los escalones, pasó a sentarse en una silla junto al mismo escenario junto al resto de personajes que subirían después de él, completamente aislado del resto de estudiantes. Junto a él estaba el presiente estudiantil, de último año, tecleando en su teléfono. Seguramente crispando los dientes esperando a que la ceremonia acabe de una vez.
¿Cómo será sentirse mayor, ser superior en ciertas maneras y saber que al final de todo podrás salir de esa ratonera al mundo real, donde o la presión es peor, o finalmente eres libre? Phineas tenía esa curiosidad. No pudo evitarlo, los chicos de su edad siempre eran curiosos. Aunque eso se le fuera en contra. Cuando colocó los ojos frente a la pantalla del muchacho, lo primero que vio fue su nombre en un mensaje.
Tragó saliva.
—Duro comienzo de año, ¿eh? —El muchacho volteó a verlo.
Phineas miró al frente, evitando el contacto visual. Ni siquiera parpadeó cuando escuchó, pero por todo el rojo pigmentado en todo su rostro lo delataba a kilómetros. Maldita será, estaba empezando a sentir las piernas de gelatina.
—Yo ya me voy de aquí, intacto, sin ningún rasguño — ¿Se estaba burlando? —. En realidad, tengo la mejor reputación que un chico de mi edad pudiera.
"Que imbécil" pensó. Sin embargo, no movió ni un solo músculo.
—Harás como que no me escuchas, será mejor que empieces a hacerlo o sino me iré al estrado y no volverás a verme la cara entre tus clases de primer año y mis formularios para la universidad. —Arrugó la nariz. Él tampoco lo veía directamente.
Trató de concentrarse en cualquier otra cosa. Miró al su lado, miró al techo, miró al suelo. Una cucaracha salía del rincón más sucio del auditorio. Caminaba de un lado a otro, probablemente buscando un lugar oscuro e imposible de encontrar para esconderse de los gigantes de allí afuera. Una forma en la que se pudiera esconder del mundo en el que, a la primera vista, cualquiera le pusiera el pie encima hasta aplastarla y sacarle todo el relleno. Hasta que lo hizo.
—Deja de ver tonterías —El muchacho siguió. Limpió la suela de su zapato con uno de los límites de la silla—. Siento lástima por los de tu clase. Débiles, simples, pero idiotas. No del todo malas personas, pero de las que son tan incrédulas que llegan a caes mal —Phineas se quedó sin aire—. Si no quieres ser el hazme reír de esta escuela será mejor que empieces a usar tu cerebro.
De acuerdo, Phineas empezaba a sentir que iba golpeando cada centímetro de ego y autoestima de le quedaban, sin contar la confianza en sí mismo que ya había perdido unas semanas atrás. Pero no podía levantarse y dejar la habitación así como así, simplemente siguió escuchando con la voz del director de fondo.
— ¿Tienes amigos? —Soltó— ¿Tienes alguien que todavía te respalde después de que fueras el homosexual de tu grado?
Pasó la lengua por los dientes. ¿Eran tan penoso responder a eso con un "no estoy muy seguro"? Seguramente lo era. Desvió la vista y la posó en el público. Al mar de sillas blancas con miles de estudiantes bien uniformados e impecables encima de ellas. Algunos jugaban con su cabello, otros disimulaban que no estaban texteando, otros mascaban goma de mascar y el resto simplemente luchaba con el sueño.
De todo ellos, solo conocía a un montón. Estaba Chriss, a quién conocía desde siempre, la chica con la que nunca creyó poder conectar, pero terminó convirtiéndose en su mejor amiga. Chriss era completamente diferente a Phineas, complemente revolucionaria, cambiante y rebelde, nada mansa. Phineas intentaba ir con el sistema y Chriss simplemente lo rompía. Era como si las piezas simplemente se complementaran, y aunque a veces todo lo que sucedía entre ellos no parecía tener lógica, para ambos tenía tanto pies como cabeza.
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Young and Lost: Love
Novela JuvenilNadie sabe por que Phineas, Criss y Joshep repentinamente rompieron su amistad el verano pasado, pero no hay que ser tonto notar lo incómodos que se ven y todos los problemas que hay entre ellos. Más cuándo un rumor muy personal sobre uno de los tre...