C-
Chriss tenía que estar demasiado aburrida (o celosa) para estar haciendo lo que estaba haciendo. En realidad, ni siquiera lo había pensado bien, sabía que si lo hacía perdería todo el respeto que se tenía por sí misma.
—Vamos, vamos...
Su teléfono parpadeaba mientras daba clicks alrededor de toda la pantalla tratando de llegar a un punto: Zoey. Sin embargo, no podía encontrar nada. Esa chica era un fantasma, una sombre, una Don Nadie. No había nada en redes por donde pudiera averiguar algo sobre ella. Frustrante.
Su primer día de escuela no había sido como lo había pensado, nada estaba saliendo como Chriss creyó que saldría. Las cosas estaban un poco desordenadas, más con personas como Zoey entrometiéndose. Chriss estaba convencida de que podría regresar todo a su lugar, era cuestión de tiempo.
Tiempo. Esperaba que fuera lo más pronto posible.
"Hey, deberías venir a las rampas, estamos pasándola bien. Te apartaré tu skate :)" Su teléfono indicó de pronto. Le dio click con ilusión, esperando que fuera quien le hubiera mandado el mensaje fuera quien ella quería que fuera. No, estaba tan errada.
—Joshep... —Fue un suspiro, uno con mucha desilusión.
Bueno, por lo menos era un avance ¿verdad? Iría recuperándolos de uno en uno. O eso esperaba.
Se levantó de golpe, tomó una de las chaquetas que tenía colgadas junto a su armario y se colocó un par de botas. Ir a las rampas después de tanto sería algo refrescante. La mayoría de su historia había ocurrido en ese lugar, tantos recuerdos y anécdotas, lo mejor que podían hacer era volver allí para recordar lo que tenían. Hacer que vuelva a ser suyo. Sería divertido. Chriss recordaba la última vez que había ido por allí, había sido poco antes de que acabara el verano, pero estaba sola en ese entonces, sin ninguno de sus amigos. Ahora los tendría de vuelta allí, o eso esperaba.
Volteó a ver a la puerta, era intimidante. Cruzarla era como si traspasar la línea de fuego, varias cicatrices y rastros de guerra alrededor de todo el campo, esa era la casa de Chriss. La única persona con la que vivía era la persona con la que menos quería coexistir en ese momento. Por mucho que le gustara discutir y desafiar a su madre, toda la rabia que habían guardado la una a la otra desde el último verano solo era desgastador.
"¿Vendrás? :(" La pantalla de su móvil volvió a brillar. Chriss amarró su cabello en una coleta y avanzó hacia la línea de fuego. Lo crucial era no hacer ni un solo ruido, actuar con discreción, desapercibida. Si la descubrían, el enemigo atacaría sin dudarlo.
Se deslizó por el pasillo, la mayoría estaba a oscuras. Las ventanas iban de arriba abajo, era como un castillo de mármol, la frialdad era lo que su madre más adoraba en el mundo. La luz de la luna ayudaba a iluminarle el suelo, sino fuera por ella ya habría tenido una sesión más que íntima con el jarrón del corredor.
A pesar de que escaparse de casa era la actividad más recurrente de Chriss, desde la última vez que la descubrieron la seguridad de su casa se había reforzado más.
— ¿Debo de ponerte un rastreador en el trasero para que dejes de escabullirte? —Fue como si una orquesta de pronto cantara en todo el salón principal, y la voz de la madre de Chriss se hizo sonar.
—Mierda. —Susurró.
—Mierda, mierda, mierda —La imitó con su super oído y super fastidioso tono de voz—. Es lo único que sabes decir.
Chris gruñó.
—Sí, mamá —Le siguió el juego—. Vete a la mierda.
— ¡HEY!
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Young and Lost: Love
Teen FictionNadie sabe por que Phineas, Criss y Joshep repentinamente rompieron su amistad el verano pasado, pero no hay que ser tonto notar lo incómodos que se ven y todos los problemas que hay entre ellos. Más cuándo un rumor muy personal sobre uno de los tre...