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Hace 16 años.

—Los reto a entrar. – dijo Kyle, sosteniendo su espada a su costado.
—Es arriesgado. – dijo Jackson, mirándolos.
—Lo arriesgado es lo mejor. – sonrió Alexander.
—Yo no participaré en esto. – retrocedió Jackson. – Tu padre nos encontrará y amenazará con despojarnos de nuestras alas. – dijo tocando sus brillantes alas.
—Él regresa en un par de días. – dijo Alexander. – Jamás sabrá sobre esto.
—¿Qué dices sobre hacer llorar a la mortal? – dijo Kyle.
—Me parece perfecto. – respondió Alexander. – Lo haré yo.
—¿Por qué tu?
—Porque soy el príncipe y mis alas. – toca sus oscuras alas. – Son aún más tenebrosas que mi padre.
—Está bien... – dijo Kyle, rendido. – Yo vigilaré.

Alexander asintió y entró a la habitación.

Tan solo se encontraba una pequeña cuna de oro y no había nada más que un bebé en ella.

Una niña.

La pequeña Arella yacía dormida en ese pequeño lugar hecho especialmente para ella.

Alexander se acercó aún más, con su espada en sus manos, las cuales estaban temblorosas al pensar en dicho mortal que había llegado hace meses.

El príncipe tomó la cobija de la bebé y la dejó al descubierto.

La reacción de ella fue abrir sus grandes ojos con tranquilidad, lo que hizo que Alexander soltara su gran espada al suelo, haciendo un estruendo en la habitación.

Sus miradas estaban conectadas, no podían despegarlas; como si de magia se tratase, Alexander quedó cautivado.

Su única reacción fue caer de rodillas al suelo y pensar en esos bellos ojos de la bebé.

No entendía lo que sucedía.

Él había leído sobre esto, sobre la conexión entre dos criaturas, pero jamás entre arcángel y mortal.

Él sabía perfectamente que estaba prohibido que un ángel y un humano estuviesen juntos, porque podrían crear una abominación, como las historias que contaba el rey Azael.

Pero nadie jamás le dijo sobre un arcángel y un humano.

Alexander no entendía, pero algo así aprendió esa noche.

Se había enamorado.

Oficialmente, estaba enamorado de Arella y debía protegerla hasta la muerte.

Alexander la amaba.

Actualidad.

—Es... hermoso. – dije, retirando mis manos de su espalda. – ¿Eso es lo que en verdad sucedió?
—Si, Arella. – dijo Alexander, posicionando sus manos en mis caderas.
—Eres increíble, Alexander. – dije, acariciando su cabello.
—Tú lo eres aún más, Arella. – sonrió, mirándome.
—Sé que no me besarás... – tragué saliva. – ¿Puedo saber el por qué?
—La maldición podría matarte. – recarga su cabeza en mi pecho. – Y yo no quiero que mueras...
—Está bien... – lo abracé. – Esperaré si es necesario, hasta que la maldición termine.
—Es un infierno...
—¿De qué hablas? – él se separa.
—El no besarte. – acaricia con un dedo mi labio. – El besar esos carnosos labios que tanto me fascinan...
—Créeme que también es difícil para mí el no besarte... el no comerte a besos en estos momentos – él rio. – Pero creo que es bueno...
—¿Bueno? – me mira confundido.
—Si... – me bajo de sus piernas y me recargo en mis almohadas – Porque cuando suceda ese momento... será tan real y con mayor sentimiento que ha estado reprimido en nuestros corazones.
—Arella...
—¿Si?
—Solo tú sabes cautivarme de forma tan perfecta...

Sentí mis mejillas enrojecerse.

—Me gustas, Alexander...
—A mi igual, Arella. – tomó mi mano. – Te amo...

Se acostó a mi lado y me abrazó

—¿Sabes? – miro sus manos en mi estómago – Es la primera vez que estoy de esta manera con alguien...
—Lo sé. – me abrazó aún más. – Te conozco, Arella... sé perfectamente como eres...
—Y es por eso que confío plenamente en ti...

En eso mi celular vibró y Alexander me lo pasó.

Era un mensaje de Gabriella.

Se trataba sobre el baile, el cual sería en unas semanas y yo aún no conseguía vestido y lo más importante, pareja para tal acontecimiento.

Estas últimas semanas estuvimos ocupados con toda la información sobre los demonios, sobre Robbie.

Lo evitábamos en la escuela y yo dormía cada noche con Alexander, el cual me protegía.

Jackson y Clarke se quedaban en el cuarto de invitados y Christopher debía regresar a su pueblo, como todo rey debe hacer.

Roy ha estado viajando en busca de información sobre los demonios que nos acechaban y Kyle ha regresado al reino de Azael ya que seguía trabajando para él, a pesar de estar de nuestro lado, él era ángel guardián de Gabriella, con la cual ha comenzado una relación, o lo más parecido a eso, es decir, ellos han estado más cerca de lo habitual.

Aunque puede que todo se tratase del deber que tiene Kyle, es decir, el ser su guardián.

Pero con los preparativos del baile, se han distanciado un poco, aunque ambos tengan sentimientos el uno por el otro.

—¿Qué sucede? – pregunta Alexander, interrumpiendo mis pensamientos.
—El baile será con antifaces. – suspiré y dejé el celular a un lado.

No tenía vestido, antifaz, ni pareja.

Todo parecía estar yendo mal en mi vida.

—Yo puedo solucionar eso. – dijo Alexander.
—¿Qué cosa?
—Todo. – me giro y lo miro. – Tan solo debes pedírmelo.
—No entiendo... – sonreí, nerviosa.

La verdad, si entendía lo que decía, pero deseaba que lo dijese.

Y al parecer leyó mis pensamientos, que lo hicieron reír un poco y acariciar mi mejilla...

—El baile, tonta. – dijo provocando una sonrisa en mí. – Las chicas invitan.
—Es cierto... – me mordí el labio. – ¿Irías al baile conmigo?
—Claro que sí, mi preciosa Arella. – acarició mis labios. – Iría hasta al infierno por ti.
—No lo digas ni de broma. – toqué su rostro. – Recuerda que vi lo que casi sucedía... no puedo perderte...
—Jamás me perderás. – dijo, besando mi frente y abrazándome.
—Eso espero...
—Pero... – hace una pausa y carraspea su garganta. – Si llego a ir al infierno... quiero que continúes con tu vida...
—No... – negué con la cabeza. – Iría a buscarte...
—Arella...
—Iría al infierno por ti, Alexander.
—Sería peligroso...
—Por ti... haría lo que fuese necesario...


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Feliz año!!!<3

Espero y se la pasen de lo mejor en este nuevo año con nuevas posibilidades de lograr grandes cosas en la vida<3

Siempre recuerden que los sueños se cumplen cuando menos te lo esperas.

Gracias por leer<3

Los/as amo<3

[COMPLETA] ✓ ARCÁNGEL: La Maldición de los Caídos I [SAGA: ARCÁNGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora