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Jackson me tendió un vaso con agua y lo bebí completo, sin dudar

—¿Quién podría ser su señor? – dijo Jackson de pie, frente a mí.
—Alguien que debió tener contacto directo con ella. – respondió Simon.
—¿Qué es él vasallaje? – dije, mirándolos.
—Es una relación que existe entre un vasallo y su señor – dijo Simon y yo lo miré sin entender nada.
—El vasallo jura fidelidad a su señor. – dijo Jackson. – Y se compromete a cumplir determinadas acciones.
—¿Quiere decir que... tengo un señor?
—Exacto. – dijo Jackson.

Mi reacción fue recargarme en mi asiento tratando de comprender esta situación.

Estaba siendo controlada por alguien que... no quería tenerme viva y eso era realmente malo.

Mis pensamientos fueron interrumpidos al ver como Alexander entraba corriendo.

Me puse de pie y ambos nos abrazamos sin pensarlo.

—Lamento lo que sucedió – dije, en sus brazos.
—No es tu culpa, preciosa. – murmuró, dándome un beso en la frente.
—Pero el golpe... – me interrumpió.
—Lo importante es lo que sucede ahora. – se separó y tomó mi rostro con sus manos. – ¿Qué ha pasado? – mira a los ángeles.
—Se trata de un vasallaje. – dijo Jackson, tomando un vaso y vertiendo ese líquido en él. – Pero este es peor.
—¿De qué hablas?
—Su señor quiere asesinarla. – dijo Simon y Alexander me miró.
—¿Con quién has convivido?
—Yo... – miro al suelo. – Con mucha gente.
—Pero... – se acerca Jackson. – ¿Alguien sobrenatural?
—Ustedes... Kyle... Roy... Clarke... Christopher... los quince ángeles. – lo miro. – Azael... – se miran entre ellos.
—¿Quiere decir qué Azael lo hizo? – dijo Jackson.
—No es posible. – dijo Alexander. – Es va en contra de las normas.
—Así como exiliar a su hijo e intentar enviarlo al infierno. – respondió Jackson.
—Él tiene razón. – dijo Simon, acercándose. – Tu padre no es inocente.
—Sé que ha cometido errores. – dijo Alexander. – Pero esto es caer muy bajo.
—¿Qué hay de los quince ángeles? – dije y me miraron. – ¿Los conoces bien?
—Desde que era pequeño. – dijo Jackson.
—Ellos no son los villanos. – dijo Simon, tomando un vaso.
—¿Y Roy? – dijo Jackson.
—¿Qué pasa con él? – respondió Alexander.
—Nadie sabe nada de él. – dijo Simon. – Yo sigo sin conocerlo.
—Él me ha ayudado. – dijo Alexander. – Me abrió las puertas de su casa y me ayudó a sobrevivir.
—Él no es malo. – dije. – Así que... debe ser otra persona.

En eso la puerta se abrió y Gabriella entró.

—Gracias a Dios te encuentro. – dijo ella y me abrazó. – Uy, espera... ¿se puede decir eso? – suspira. – En fin, como sea, estaba preocupada...
—¿Cómo supiste que estaba aquí?
—El profesor... o mejor dicho Roy. – se separa. – Es complicado esto... pero él me dijo que estarías aquí. – mira a los demás. – Genial, junta de ángeles. – mira a Simon. – Yo a ti no te conozco.
—Se llama Simon. – dije y ella asintió comprendiendo. – Él es un ángel que también me protegerá.
—Eso es increíble. – dijo ella. – Estuve pensando en la cosa de demonios.
—¿La cosa? – dijo Jackson.
—El ataque o... lo que sea. – respondió mi amiga. – Y tengo una teoría.
—Compártela con nosotros. – dijo Simon.
—El portal se abrió desde el reino, ¿Cierto? – los chicos asintieron. – Bien ¿Quién ha ido al reino?
—Muchos ángeles y arcángeles. – dijo Simon.
—¿Esto de qué sirve? – dijo Jackson.
—Me refiero a... últimamente. – dijo Gabriella esperando la respuesta correcta.

La verdad, era una muy buena pregunta ya que el portal fue abierto desde ese preciso reino.

Por lo que el impostor debía pertenecer a ese lugar, lo que me recordaba a la visión que tuve sobre Alexander, sobre lo que sucedió esa noche, sobre su exilio.

Azael abrió el portal, pero para eso, muchos debieron ver lo que sucedió, debieron ver el encantamiento que utilizó para abrirlo.

Y el único que fue recientemente, fue nuestro querido amigo tan egocéntrico y novio de mi querida amiga, Gabriella

—Espera... – dije y me miraron. – ¿Dices que hay posibilidades de que... el ultimo ángel que fue al reino... es el culpable de esto?
—Véanlo de esta manera... – dijo ella. – Todo empeoró al pasar los días, justo cuando uno de nuestro grupo tuvo que regresar al reino.
—Lo cual es estúpido – dijo Jackson.
—Así es. – dijo Gabriella. – Es decir... ¿No se supone que el ángel debe quedarse con su humano? – caminó por el salón. – O sea... ese es su deber como ángel guardián.
—Es cierto. – dijo Simon. – Que chica tan lista.
—¡Gracias! – dijo ella sonriendo. – Ese chico me agrada.
—Quiere decir que estaba en lo cierto. – dije y me miraron. – Yo sabía desde un principio que algo iba mal con él... es decir... él apareció justo cuando el demonio me quiso matar aquella noche.
—Y ahora desapareció justo cuando las cosas iban mal. – dijo Gabriella mirándome. – Esto es emocionante. – la miramos. – Mi vida nunca habría sido así, si no fuese por ustedes.
—Concentrémonos en el tema. – dijo Jackson. – Este traidor ha estado con nosotros, lo que quiere decir que sabe todos nuestros planes.
—Hemos quedado expuestos. – dijo Alexander. – Arella está en peligro.
—No si la cuidamos. – dijo Simon.
—Chicos... o ángeles. – dijo Gabriella. – Como sea... el punto es que no debemos ser tan obvios.
—¿A qué te refieres? – dijo Jackson.
—Él no debe saber que nosotros sabemos. – respondió mi amiga. – Debemos actuar con naturalidad.
—Ya estamos tan expuestos. – dijo Alexander.
—No... – me miraron. – Gabriella tiene razón, debemos ser cautelosos.
—Arella... – dijo Alexander, pero lo interrumpí.
—Kyle no debe saber que hemos descubierto su plan. – dije. – Él no debe saber nada.


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[COMPLETA] ✓ ARCÁNGEL: La Maldición de los Caídos I [SAGA: ARCÁNGEL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora