Su mirada comenzó a apagarse y el peso de él era cada vez más molesto.
Giré la espada y él cayó a mi lado, haciendo un grave sonido al golpear el suelo.
Saqué la espada y poco a poco vi como volvía a ser humano.
Un humano sin vida.
Solté la espada y volteé a ver a la persona que se encontraba detrás de mí
Era Chris.
—Lo hiciste... – dijo, acercándose.
—Lo... maté...
—Debía morir. – me abrazó.
—Estoy bien... – murmuré, separándome. – Debo regresar
—Ellos te esperan. – me cargó, pero antes de que nos alejemos del lugar, hablé.
—Espera... – él me miró. – ¿Qué sucederá con Kyle...? Él... él...
—Nosotros nos encargaremos de eso. – murmuró, a lo que asentí y por fin, nos largamos de ese horrible lugar, dejando a Robbie en el suelo.El baile había terminado y la escuela se encontraba sola, Christopher me dejó en el suelo y me sonrió de lado.
—Ve por él. – murmuró y sin más, se alejó volando.
Corrí por toda la escuela oscura, pero nadie se encontraba en ella.
Quizá ellos se habían marchado.
Llegué al gimnasio y todo se encontraba tan oscuro, y a la vez, tan solitario, así que caminé hacia la puerta que daba a la pequeña pista de baile de las parejas, pero solo la luz de la luna alumbraba poco el lugar.
Suspiré y me recargué en el pequeño barandal que se encontraba adornado con múltiples flores.
La lluvia continuaba y yo, me encontraba sola en este lugar, en el cual debía estar con Alexander todo este tiempo.
Pero no todo en la vida debe ser como deseas.
Unos pasos me sacaron de mis pensamientos.
Yo deseaba que fuesen los de mi novio, el cual quisiera tener entre mis brazos en este instante.
—¿Qué esperas, preciosa? – dijo una voz masculina que amaba con locura.
Me giré y vi al hombre que quería en mi vida.
Alexander.
—A ti. – sonreí y corrí hacia él.
No dejé que reaccionara, tan solo le besé.
Así es...
Lo besé con tanto deseo e intensidad.
Le quería tanto y lo necesitaba.
Él correspondió mi beso que demostraba lo que sentía por él.
No me importaba aquella maldición de los caídos que podía acabar con mi vida.
Solo me importaba él y su tacto que me estremecía por completo.
Le necesitaba.
Al separarnos, juntamos nuestras frentes y sonreímos.
—Déjame decirte que fue una genialidad lo de tus plumas en mi antifaz...
—¿Cómo lo supiste?
—Eso no importa. – sonreí y acaricié su mejilla. – Lo importante es que te ayudaré a recuperar tus alas...
—¿Cómo lo harás?
—Encontraré la manera. – me separé y lo miré.En eso, las luces se encendieron, dejando con vida este precioso lugar y la voz de Ed Sheeran volvió a dar una perfecta melodía para los dos.
—Pero... ¿Cómo? – lo miré y él tan solo se encogió de hombros.
—Le pagué un tiempo extra al dj. – sonrió de lado. – Así que... ¿Me concedes esta pieza? – dijo Alexander, tendiéndome la mano.
—Por supuesto que sí. – sonreí y tomé su mano, lo que él aprovechó para hacerme girar.Con su mano me pegó a él y comenzamos a bailar al son de la hermosa música.
Nuestras frentes se juntaron y por primera vez en mi vida...
Me sentía enamorada.
Tan enamorada de este arcángel.
—Te quiero, Alexander. – dije, tan cerca de él.
—Te quiero, Arella. – dijo él, con su voz tan varonil.
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Y aquí termina esta gran novela llena de acontecimientos sobrenaturales, historia sobre ellos y amor en el aire.
Aquí termina el primer libro de la gran saga "Arcángel"
Arcángel: La Maldición de los Caídos I me ha tomado algo de tiempo terminarla en los tiempos de cuarentena, pero finalmente he logrado conseguir el gran final esperado.
La continuación se llamará:
"Arcángel: La Maldición de los Reinos II"
La cual sigue en proceso, por lo que me tomará un poco de tiempo el subirla, quizá 1 mes o menos, dependiendo de mi inspiración.
Pero sinceramente, yo pienso que serían semanas.
Gracias a todos por leer y los espero en la continuación.
Los/as amo <3
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[COMPLETA] ✓ ARCÁNGEL: La Maldición de los Caídos I [SAGA: ARCÁNGEL]
RomansPRIMER LIBRO DE LA SAGA "ARCÁNGEL". Para Arella Barnes su nueva vida la ha hecho salir de su rutina. Ángeles y Demonios la acechan al descubrir que es parte de la Maldición de los Caídos. Ella hará todo lo posible por sobrevivir ante tales cri...