Capítulo 6 (Maxin)

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Después de acordar el cumpleaños de Lizzy y Ashley, no podía quitar esta sonrisa de mi rostro, estaba tan feliz de al menos salir de aquí aunque sea por unos instantes.

Un grito dirigido a Ashley se escuchó detrás de nosotras dejando ver a otra chica del convento.

Era divertido ver a mi hermana quejarse, no lo tenía claro desde un principio pero ahora se que no aguanta a casi nadie del convento.

Con Lizzy nos reímos ya que quien sabe porqué fue.

Lizzy: Bien, ya que Ashley se fue aprovechare en tomar una siesta— comentó mientras comenzaba a caminar por los pasillos—

Maxín: ¿Dormir? Es muy temprano para eso, andaaa que me aburro.—hice un pequeño puchero pero fui totalmente ignorada— ¡la edad te hace débil!, voy al patio. — me quede parada en el mismo lugar esperando a que cambiara de opinión y viniera conmigo pero...

Lizzy: ¡Que te vaya bien!... — exclamó a lo lejos—

Maxín: que barbaridad— terminé por rendirme y caminar por el sentido contrario volviendo al patio

•°•°•°•

Me quedé jugando con las hierbas, como siempre estaba sola, pero eso no evitaba que estuviera feliz, solo esperaba a que Ashley regresara, todo es más divertido si estamos las tres.

No estoy segura de cuánto tiempo llevo aquí pero comenzaba a oscurecer, espero ya esté en la habitación.

Me encamine hasta el cuarto y al llegar pude notar que la puerta estaba entreabierta

"Que extraño... Lizzy nunca dejaría la puerta abierta y mucho menos en este lugar, ¿se habrá ido?"

Voces comenzaron a escucharse desde adentro, al parecer Ashley ya había regresado y ahora se encontraba conversando con Lizzy.

"De qué estarán hablando" por el tono de seriedad que escuchaba de ambas estaban teniendo una conversación importante.

Me acerque a la puerta apegándome tratando de escuchar lo que querían ocultarme ¿quizás sea una sorpresa para mi?

Ashley: no entiendo porque mamá y papá nos hicieron esto ¿por qué no pensaron en nosotras?— "¡¿Que?! Que tienen que ver nuestros padres en todo esto".

Lizzy: no los culpes, crees que querían morir —

Sentí un golpe en mi pecho y un millón de emociones invadiéndome ahora mismo. Mis hermanas... ellas sabían lo que había sucedido con ellos y no quisieron decirme. Lo supe desde un principio pero preferí creerles e ignorar todo

Ashley: ¡se que no murieron porque sí, lo mataron por..!

"¡MALDICIÓN! "-Ingresé a la habitación abruptamente, la decepción y la ira ya no podía contenerla más.

Maxín: ¿de qué hablan? ¿Cómo que los mataron? ¿Quiénes fueron? — tenía varias preguntas por hacer.

Nosotras: nada...

Maxín: de nuevo me esconden las cosas—mis manos se colocaron en un puño— ¿por qué siempre me dejan de lado? ¡también soy su hermana!

Ashley: cálmate, no es eso..

Lizzy: eres muy chica y muy precipitada, ¿Qué harías si te decimos la verdad?—

"¿Que haría? No podía hacer nada, pero esta carga me mataba cada día desde que sucedió el incidente, pero a ustedes no les importa"

Maxín: saben que, no me digan nada estoy harta de sus excusas, no quiero volver a verlas— Salí corriendo de la habitación sin mirar hacia atrás.

Ashley: ¡espera, Maxín!

Fue lo último que escuché, no pude contener mis lágrimas por más tiempo, ya no me importaba nada, cómo es que pudieron ocultarme algo así, confíe en ellas ciegamente, soy una estúpida.

No tenía en claro mi rumbo, solo sé que vi la puerta del convento medio abierta sin nadie haciendo guardia, tomando sin dudar la oportunidad de salir.

Seguí corriendo, no quería ni siquiera mirar atrás, ahora si no tenía a nadie, estaba sola en medio de esta noche.

No quería que ninguna persona me encontrara, ni los guardias y mucho menos la policía.

Me adentre al bosque que apenas podía visualizar con la escasa luz de la luna.

Cuando era niña le temía a la oscuridad y ahora al parecer lo superé, o quizás... es porque ya no me importa que es lo que pase con mi vida, si llegara a morir aquí, volvería a encontrarme con mis padres de nuevo.

•°•°•°•°•

Perdí la noción del tiempo, mis piernas me dolían a horrores y ni hablar mis pies, no sabía cuánto tiempo había caminado, lo único que tenía en claro era que estaba lejos de todo y ahora mismo me rodeaban nada más ni nada menos que puros árboles.

Me senté en una roca soltando un gran suspiro de alivio. Al mirar mi muñeca note que algo faltaba

Maxín: Demonios, ¿Dónde está mi brazalete? Me falta uno...—

*Recuerdo que mis hermanas me habían dado un brazalete cada una por haber pasado mis exámenes, lo apreciaba mucho, pero ahora... creo que ya no es el caso.*

Me quite el último brazalete que Lizzy me había regalado dejándolo a un costado de la roca en la que estaba, ahora si, ya no tenía nada.

El clima se torno fresco, haciendo que me levantara para volver a caminar y nuevamente entrar en calor, aunque creo que ya no haría falta.

A unos metros pude visualizar... ¿una casa? No, una mansión hermosa y un arroyo cerca de ella.

Maxín: Es mi día de suerte, espero me den hospedaje y algo de comida al menos esta noche.

X: ¿Quién eres y qué haces aquí? — se escuchó una voz grave por atrás haciendo que tropezara y me cayera del susto. —

Maxín: L-lo siento — volteé dirigiendo mi vista hasta aquella persona pudiendo ver a un hombre alto de tes pálida y su cabello largo de color blanco como la nieve, a simple vista podía decir que es demasiado apuesto—

X: Te pregunte ¿Quién eres y qué haces aquí? —comenzó a acercarse poco a poco.

Maxín: M-mi nombre es Maxín y estoy perdida—trate de levantarme pero un dolor en mis rodillas hacía que tuviera más dificultad en hacerlo. -- usted vive aquí?...

La mirada de este chico puesta en mi era sumamente intimidante, su expresión era seria y el silencio incomodo.

X: Estás sangrando —apunto a mis rodillas notando como la sangre se deslizaba hasta llegar a mis pies.

Maxín: Demonios, que más me puede suceder—murmuro para mí misma— estoy bien —

X: Esa es mi casa, te llevaré para que puedas detener el sangrado— se acercó cargándome en sus brazos con el mínimo descaro, sorprendiéndome.

Maxín: ¡Bájame! ¡Puedo ir sola!—exclame "No quiero que un pervertido me lleve"—

X: No puedo hacer eso, seria un desperdicio que tu sangre siguiera derramándose en el camino— definitivamente estaba con un desquiciado

Maxín: ¡AYUDAAA!— Grité a todo pulmón mientras trataba de zafarse de aquel agarre que por lo visto era imposible.

"¿Será este mi fin? Se que dije que quería morir y reunirme con mis padres pero... ¡Dios! ¡No te lo tomes tan literal!"

Luna RojaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora