𝑰𝑵𝑬𝑭𝑨𝑩𝑳𝑬 [𝑺𝒕𝒓𝒂𝒚 𝒌𝒊𝒅𝒔]

ᴠᴇʀᴅᴀᴅ

🚨Advertencia🚨

Este capítulo toca temas que pueden ser sensibles para algunas personas.

27 de Julio

—¿Qué quieren hacer ahora? —nos pregunta Chris.

—Me dio hambre, ¿vamos a comer? —propongo dejando el celular de lado y consentrandome en ellos.

—¿Y? —Chris los mira.

Me quedo confundida por un momento. Tal vez solo no quiere ir a comer.

—Estoy cansado, creo que paso de lo que quieran hacer —dice Hannie bostezando.

—Yo iré a comer con una amiga, lo siento. Fx.

Una amiga.

—¿Entonces solo vamos a casa? Bc.

Todos estuvieron de acuerdo. Comenzaron a caminar en silencio. Se sentia incomodo, raro. Ninguno hablaba con ninguno, algo muy raro en ellos. Solo se limitaban a mirar hacia adelante con el rostro inexpresivo.

—¿Cómo fue tu día? —le digo a Seungmin que camina a mi lado.

Él me mira agachando un poco la cabeza por la altura. Podia ver el desinterés en su mirada. Me examina y me ignora.

Me sentí mal. ¿Por qué me ignoraria?

Caminé un poco mas lento para ir a la altura de Innie. Tal vez el sabría que sucede con Seungmin.

—Innie—lo llamo —, ¿que le sucede a Seungmin?

Y otra vez no recibo respuesta. Esta vez ni siquiera me mira, es más, su rostro mostraba completa molestia. Me sentí peor.

Jugué con mis dedos. Se sentía como tres puñaladas en el corazón. La fuerte presión aumenta cuando llamo a Felix con nerviosismo. Él sonríe, cosa que me alivia, pero, al momento de mirarme, cambia su expresión a una total de disgusto. Me dolió aún peor. Las ganas de llorar se presentaron en ese mismo instante.

Comine rápido hacia Chris, mi lugar seguro. Lo tomé del brazo y él se detiene al sentir mi tacto. Los chicos nos pasan por el lado, ni siquiera me miran, solo avanzan.

—¿Qué sucede? —en cuanto digo la primera palabra las lagrimas comienzan a salir.

—Oh, Alice —Chris me abraza con fuerza. Siento que me hago pequeña con su abrazo.

Él acaricia mi cabello mientras intenta consolarme, pero imposible, era inconsolable.

Mi cuerpo se agita y me alejo un poco de él.

—Mira —me toma del rostro y me mira a los ojos con una sonrisa que, en vez de tranquilizarme, me inquieta más —. Vete.

Frunzo el seño.

—Vete, Alice.

—No te entiendo.

—¿Qué haces aquí?

—¿Aquí dónde?

—Aquí —mira a su alrededor.

El olor a medicina me llega en ese momento. Observé mi alrededor. Es un hospital, pero no recuerdo cómo llegué aquí o que hago aquí.

—Vete.

Vuelve a repetir.

—No se por qué estoy en el hospital.

—No, tonta —se ríe —, ¿qué haces en Corea? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué viniste aquí?

—Vine a estudiar.