𝑰𝑵𝑬𝑭𝑨𝑩𝑳𝑬 [𝑺𝒕𝒓𝒂𝒚 𝒌𝒊𝒅𝒔]

𝑽𝒊𝒂𝒋𝒆

9 de agosto 

Dejé las maletas listas a un lado y por fin me senté en el sofá. Odio hacer las maletas, es agotador y me da demasiada pereza.

Cerré de a poco los ojos y relajé el cuerpo para poder dormir un poco. No empaque mucha ropa, solo lo necesario sino luego me cobran el peso extra y no señores, hay que ahorrar, este departamento no es nada barato. 

Lo bueno es que con mis ahorros pude alquilar por más o menos un año, más o menos porque fueron 10 meses. Por suerte el dinero se está haciendo un problema cada vez más chico y estoy muy feliz por ello, espero las cosas sigan igual de bien.

—¡OYE, ALICE! 

Me incorporo de golpe llevandome un susto gracias al gran portaso que dio.

—¿Este o este? Hj.

Hyunjin se para frente de mi mostrandome dos shots que son exactamente iguales.

—Coño, casi se me sale el alma, Hyunjin.

—A mi no me insultes jovencita. Ahora dime —vuelve a insistir con los shots. 

—El de la derecha. 

—Mmm, creo que tal vez el de la izquierda me sirva más. Gracias, Alice. Hj.

—A tus servicios —digo con sarcasmo y volviendome a acostar en el sofá.

—Pedimos hamburguesas, vente en unos minutos así cenas. Hj.

—¡Vale! 

Vuelvo a cerrar los ojos y suelto un largo suspiro.

—Perra no te duermas. 

Lo miro y está en una pose de diva.

—¿A quien le dices perra, perra? —lo desafío.

—A ti, perra. Hj.

—A ver, ven dimelo aquí. 

Y el muy cobarde comienza a correr y gritar dramáticamente. Lo persigo y cruzamos el pasillo del edificio a las corridas, pero antes de siquiera poder tocarlo nos interrumpe la voz de un hombre.

—Disculpe, señorita. 

Me doy la vuelta y veo al que parece ser el repartidor en la entrada. Ay joder, nos vio correr de casa en casa.

—Hola —hago una reverencia —. Digame cuento es.

Me apresuro en sacar mi billetera.

—Permiso, enanito —la mano de Minho me quita del camino sin hacer esfuerzo —. Aquí tiene señor, quedese con el cambio. 

Él toma la comida y el señor se va por donde vino. Vio la puerta de mi departamento abierta así que decidió no cerrar ninguna. 

—¿Por qué quieres quitarme siempre la comida? Lm.

—Porque así sabe más rica.

Se ríe por lo bajo y deja las bolsas en la mesita al lado del sofá. 

—Muy mala opción tuya en venir, Hyunjin te tendrá de esclava hasta escojer el outfit perfecto. Lm.

Sufro por fuera, pero en realidad lo disfruto.

—Le haces un favor al pobre Jeongin, ya no será más un pobre esclavo. Lm.

—¡YA ESTÁ LA COMIDA! —entra Chris gritando exageradamente fuerte. 

Dios, agradezco que solo seamos nosotros en este piso porque luego nadie nos soportaría.

De a poco van llegando los 8 y nos sentamos alrededor.