Capítulo 20: "Cuando el amor y la amistad se cruzan"

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So, ¿esto es una Bluse?preguntó Carolina a Damien, el guía tetra lingue que le enseñaba Marsella, con él se daba el gusto de hablar en inglés, en español y en alemán y el joven traductor, le respondía igual.

Damián le agradaba, era rubio con ojos mieles y de piel bronceada, se había graduado hacía dos años del colegio y hablaba 4 idiomas incluyendo su natal francés, era entusiasta y divertido, gracias a él estaba teniendo una gran mañana, mientras recorría las calles de Marsella.

yes, it's una bluse, maybe no es su stile but ist schön.le respondió Damien.

Pues ich kaufe esta blusa. ambos sonrieron y Damien habló en francés con el vendedor, tras cruzar un par de palabras, ella tenía otra bolsa con la que cargar en su recorrido.

Almorzaron en un pequeño restaurante en una de las concurridas calles de la ciudad francesa. Y a las 4 cuando las puertas del estadio fueron abiertas, Carolina entró acompañada de Damien y se ubicó en la zona señalada para ellas, el joven francés estaba que no se lo creía, cuando la alemana le dijo que por la tarde habrían de ir a ver entrenar a su novio, él no le creyó, es que no era nada oficial, no aun, carolina usaba una camisa azul con la bandera de Inglaterra, unos lindos converse blancos y un jean desgastados, vista de cerca la joven que estaba allí no era más que una joven del común, una chicuela más, nadie sospecharía nunca que la linda castaña de ojos azules, era en realidad una profesora, con un casi título de magister en literatura Universal y en general una mujer muy bien preparada.

Lukas estaba entrenando con todo el equipo y no había notado aun la presencia de Carolina en el estadio, pero Daniel sí que lo había hecho, llevaba observándola técnicamente desde que llegó y aunque sonará extraño y egoísta, no quería que Lukas la viera, le gustaba verla en silencio e imaginar que la mujer que estaba allí, estaba a acompañándolo a él, apoyándolo a él, por una fracción de segundo deseo ser él quien iba por la botella de champagne en aquel restaurante y ser a él a quien ella le pusiera el reto de las 3 veces y no Lukas, deseo ser él quien hoy la presentara, como su novia.

Pero a veces no conseguimos todo lo que deseamos, a veces la vida nos arrebata de las manos a las personas como esa mujer, pero a veces y solo a veces el juego puede cambiar a nuestro favor y entonces los papeles entre vencedores y vencidos cambian radicalmente.

Damián le agradaba, por eso estaba ahora al lado de Carolina, extasiado y disfrutando como ella del entrenamiento del equipo, era un fan, pero a decir verdad ¿Quién no lo era?, había leído temprano por la mañana, que a Lukas le habían hecho una propuesta informal, uno de los grandes equipos españoles -o al menos eso decían los medios- , lo que aún no se sabía era la respuesta del Alemán, aunque si mal no recordaba Damián, alguna vez, había escuchado decir a Lukas, que en algún momento quería ir a jugar al equipo español, así que un fichaje se veía muy posible, aunque supuso que Carolina lo sabría, y él enserio quería saber, pero una de las cosas que había aprendido en su trabajo era la discreción y por eso no pregunto nada, se quedó con la duda de saber, la respuesta del Alemán. Hizo bien, pues ella no lo sabía, no aun.

Por su parte Carolina contemplaba extasiada a su novio se veía feliz mientras practicaba con el resto del equipo, era algo muy emociónate, ahora que era su novia, las cosas iban a cambiar, sabía que cuando la prensa se enterara de su relación, serían la comidilla de los medios y aunque eso era algo realmente molesto, en cierta parte era algo apropiado, ahora ellos estaban juntos y estaban en disposición de contárselos a todo el mundo.

En el estadio estaban las esposas, novias y compañeras sentimentales de todos los jugadores, esa era una estrategia implementada por el técnico, traerles a la familia era una motivación para los muchachos al estar concentrados tantos día en el hotel, sin poder ver a sus mujeres, a veces los desconcentraba, por eso Ricardo -el coach- había decidió que un día antes de cualquier partido importante citaría a las mujeres de su jugadores, para una charla reconfortante y a la vez motivadora.

Fútbol en taconesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora