Esa noche casi no durmió. En el vuelo de regreso a casa no había hecho otra cosa si no pensar y pensar en lo que Lukas le había dicho. Entre más días pensaban, más seguro y entusiasmado se veía a Lukas con Carolina. Él lo sabía. Habían convivido juntos por más de 20 años y nunca antes lo había visto actuar como ahora.
Y por alguna extraña razón eso lo confundía. No era como si Carolina le gustara, pero cuando escuchaba a Lukas diciendo o haciendo ese tipo de cosas un sentimiento extraño se instalaba en su corazón. La cabeza le iba a estallar. Daniel chateaba a diario con Carolina, estaban en los mejores términos, él sabía de la situación de la tía de Manuel y sabía que a ella le dolía muchísimo lo que estaban pasando. Él se estaba comportando como un buen amigo escuchándola y consolándola como era debido, e incluso la había invitado a tomar un café cuando volviera a Berlín. Ella había aceptado, pero él continuaba confundido.
Entre ellos estaba creciendo una amistad y Dios sabía si eso era lo que él quería, todo en cuanto a Carolina lo confundía.
Cerró los ojos cuando vio que eran las 7:30 a.m., si quería no era necesario que se moviera de su sitio, no tendría entrenamiento, no tenía ningún otro compromiso. Ese era un día como pocos en su vida, era un día de él y para él, nadie lo molestaría o lo presionaría de algún modo, ese día podía dedicarse a holgazanear todo el día y todo estaría bien.
Pero estaba inquieto. Él sabía que ese era el día de la cita entre Carolina Y Lukas, y estaba medio esperando que Lukas lo llamara a decirle que la salida se había cancelado, medio esperando porque le contara que todo fue bien. Pero eso estaba lejos de pasar, ellos saldrían a las 8:00 p.m. y apenas eran las 7:31 a.m., apretó sus ojos cerrados y gruñó frustrado.
Ese iba a ser un largo, muy largo día.
***
Lukas había estado nervioso y ansioso todo el día, había revoloteado por su casa como lo hace cualquier colibrí. Había hecho ejercicios en su gimnasio personal, había salido a correr, había cocinado algo, había nadado y ahora estaba tratando de leer un bendito libro, porque se le ocurrió que hacerlo sería una buena manera de matar el tiempo hasta que llegara la gran hora; ya tenía la dirección de la Casa de Carolina, ya había escogido su atuendo a usar e incluso había llamado 2 veces a confirmar las reservas en el restaurante. Pero seguía nervioso.
Miro el reloj, ya eran las 4:30 p.m, en 4 horas Aproximadamente tendrían que estar disfrutando de su cena. Había salido a un par de citas antes con Roxana, pero en ese entonces ya ellos eran novios, en cambio con Carolina no era así. Las cosas habían sido tan distintas con ambas. Por eso estaba más nervioso aun.
Se desperezó y fue a su cocina por un vaso de agua. Cuando volvió la voz de Eminem cantando Not Afraid, le indicaba que tenía una nueva llamada.
—Acabo de comprar una Currywurst y Fritten con Cebollas en el Bier's Friedrichstraße ¿quieres que te lleve un poco? —preguntó la voz de Daniel, su amigo del alma.
—No, sinceramente no. —dijo muy convencido.
Al otro lado se escuchó un jadeo de impresión. —¿M-Me acabas de rechazar, de decir que no: a la COMIDA?
Rodo los ojos divertido—Sip.
—¿Luk, Dios que tienes, que te pasa, Carolina te canceló? —preguntó Daniel preocupado al otro lado. —Tranquilo amigo voy para allá y comprare cervezas, así olvidaremos las penas...
Lukas lo interrumpió. —Hey detente, no es necesario que te vengas, Carolina no cancelo, estoy bien, solo no tengo hambre ahora, eso es todo. —afirmo sonriendo.
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Fútbol en tacones
RomanceHay historias que nacieron para no concluir bien. Quizás es parte del pago que el Karma exige para ver cumplida todas sus rarezas. Bienvenidos a esta historia, donde conocerán a 3 hombres maravillosamente humanos, llenos de defectos y virtudes...