Parte 26: Aprobado

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Por otra parte, tras una impresionante demostración del potencial que guardaba Naruto en su interior Iruka derramaba lágrimas entregándole su propia banda ninja.

– Enhorabuena Naruto, ya eres gennin.

El joven tomó la banda a la vez que las lágrimas empapaban sus mejillas. Tras esperar unos minutos un par de anbus llegaron para poder llevar a Iruka al hospital mientras que Naruto se reunió con el Hokage en su despacho.

- ¿Sabes lo que acabas de hacer Naruto? Has robado un rollo prohibido y lo dejaste a merced de cualquiera. También lo leíste y aprendiste el jutsu que había en él, jutsu que solo se concede a aquellos que tienen un rango superior siendo shinobis. Y tú, que ni siquiera pasaste el examen de gennin ya tienes ese jutsu.

– Lo lamento, no era mi intención, no sabía...

La voz del rubio se fue apagando observando como su mayor tenía una mirada llena de terror dirigida a algo que se encontraba detrás del pequeño.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral mientras escuchaba esa voz.

– Uzumaki, Naruto.

Reconocería esa voz en cualquiera parte y mucho más con aquel tono que ponía los pelos de punta puesto que, no era muchas veces donde podías encontrarla enfadada.

Lentamente se fue girando para observar a la peli negra quién mantenía sus ojos cerrados, pero bien sabía que estaba enfadada. Sus ojos se abrieron mostrando la frialdad en ellos.

– (...)... y-yo de verdad...

- Vete fuera. Y más te vale que no te escaquees porque si no sabes que será peor si lo haces.

El rubio asintió bastante temeroso y a paso lento se fue hacia la puerta intentando mantener una distancia prudencial con respecto a la chica.

Una vez la puerta se cerró dejando a ambos en aquella estancia completamente solos la joven mostró una expresión de seguridad.

– Acataré sus órdenes Hokage-sama. Seré yo quien asuma las consecuencias de los actos de Naruto. Aquel que sea el castigo lo aceptaré sin miramientos.

Ante la determinación de la joven el Hokage se quedó pensativo intentando saber qué podía hacer al respecto.

Era cierto que el niño había cometido algo que podía considerarse un delito, más había sido bajo la influencia de un mayor que lo había cometido. Eso no era tan grave ¿no?

– Tienes mucho encima (...)-chan, ambos jóvenes te sacan bastante tiempo, aunque no lo creas estoy al tanto de todo. Los ayudas a entrenar lo básico, y más ahora que Naruto había suspendido. Sé qué haces misiones por la noche para que ellos no se percaten de tu ausencia. Los educas, les das todo lo que necesitan, no puedo imponerte más trabajo, sería injusto.

– Injusto o no es algo que yo decidí hace tiempo Hokage-sama. Esos niños son mi responsabilidad, si no impones un castigo por lo cometido por Naruto la gente podría quejarse por su actuar al respecto Hokage-sama. Si me impone un castigo, aunque sepan que Naruto no lo paga usted podrá justificarse con que yo, como tutora suya, soy la responsable y seré quién cumpla el castigo.

– Siempre pensando en los demás, ¿no es así (...)-chan?

– Me necesitan. Desde el primer momento juré protegerlos y darles lo mejor.

– Quitarle un castigo a Naruto no es darle lo mejor.

– Hacerle ver que estoy para él en las buenas y en las malas es bueno. Le enseño a que puede confiar en mí. La próxima vez se lo pensará dos veces antes de cometer una locura y puede que venga a mi en busca de consejo antes de cometerla. Además... no crea que el hecho de que yo acepte el castigo que usted imponga Hokage-sama lo va a librar del castigo que yo le daré. - Ante esa confesión de nuevo el silencio se hizo en el despacho, silencio que fue roto por el mayor tras un suspiro.

La unión hace la fuerza - Mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora