Parte 24: Siempre

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Tras un par de horas (...) se había encargado de llevar a los pequeños al parque. Ella se sentó debajo de un árbol cobijada por su sombra mientras por su parte los chicos se reunían con Choji y Shikamaru.

Ella dibujó una sonrisa en sus labios al ver como Naruto presentaba al azabache a sus amigos y éstos lo aceptaban gustosos.

Parece que las cosas comenzaban a ir cómo ella quería, tenían que disfrutar de su infancia y haría todo lo posible porque eso ocurriese. Con esa bonita sensación al ver a los chicos felices apoyó su espalda en el tronco del árbol cerrando los ojos dejando que todo el ambiente la embriagase.

Pasaron 20 minutos cuando notó que alguien se había puesto a su lado un tanto temeroso. Ella abrió un ojo para comprobar de quién se trataba.

- ¿Te has cansado de jugar Sasuke? – Le preguntó mientras volvía a cerrar el ojo dándole así privacidad al pequeño para que actuara. Sabía al haberlo visto anteriormente que se sentía un poco cohibido e indeciso.

– Si, pero Naruto parece no terminar sus energías, así que me preguntaba si...

- Este sitio está libre, puedes sentarte para descansar mientras Naruto termina con sus energías. Créeme, es lo mejor, sino nadie lo podrá aguantar durante la noche.

Una pequeña carcajada se escuchó por parte de ella, mientras sentía como el joven se sentaba a su lado. Levantó su cabeza abriendo sus ojos para observar al rubio quién seguía disfrutando de su par de amigos.

- ¿Qué te han parecido sus amigos? – Comenzó a hablar ella captando la atención del azabache.

– Son agradables, al menos ellos no actúan como el resto de personas, ellos no me miran con... - Su voz se fue apagando mientras el nudo en su garganta volvía a aparecer, y es que hablar de aquellos acontecimientos era algo que lo ponía incómodo. No quería verse débil ante nadie, tenía que ser fuerte.

– Pena. – La voz de la joven lo sacó de sus pensamientos a la vez que se sorprendía al saber cómo terminaba la frase sin que él se lo dijera. Giró su cabeza ligeramente para observar una mirada llena de tristeza en la morena.

- ¿Cómo lo sabes? – Cuestionó bastante curioso, sabía que la mirada de (...) escondía algo más que tristeza por él, cómo si supiera lo que él estaba sintiendo.

– Lo comprendo. Verás Sasuke... yo... yo estuve en una situación parecida. Cuando era pequeña vivía en una villa donde se perfeccionaban a los mejores shinobis. Todos tenía un don excepcional, absolutamente todos.

- ¿Un kekkei genkai?

– Algo así. – Respondió (...) elevando su mirada intentando forjar una sonrisa en sus labios para luego continuar con su explicación. – Pero yo no lo presenté a la edad acordada y cuando eso no pasaba se dice que esa persona no posee el poder. Desde que se supo fui una marginada, una paria social por no tener el poder del clan. Como si fuera una extranjera a pesar de llevar su misma sangre, incluso mis padres me repudiaron. Por suerte tenía un hermano mayor que me protegía y me apoyaba, más eso no bastó.

- ¿No bastó? ¿Para qué?

– No querían a inútiles en el clan, así que estaban preparando todo para echarme.

-¿Echarte del clan? ¿Cómo iban a hacer eso? Eran tus padres

– Eso no significaba nada para ellos, en realidad significaba, pero todo era malo. Tener a una hija sin el don era como decirles que sus genes eran defectuosos que no sabían engendrar a grandes shinobis. Así que estaban dispuestos a exiliarme, sin embargo, algunos del clan dijeron que me había aprovechado de mi situación, ya que mis padres formaban parte del consejo de la aldea, para mantenerme allí un año más después de que descubrieran que no tenía el don. Lo cual, empezaron a movilizar a toda la aldea para que en vez de exiliarme me borraran del mapa definitivamente.

La unión hace la fuerza - Mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora