Parte 25: ¡Te odio!

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Años después...




- Ánimo chicos sé que hoy lo haréis genial y cuando nos volvamos a ver tendré en casa a dos genins. Suerte. – Declaró la joven (...) intentando dar valor suficiente a ambos jóvenes, uno más que a otro porque Naruto estaba que se subía por las paredes.

Como todos los días depositó un beso en cada frente antes de que ambos se alejaran para entrar en la academia donde tendrían su examen para convertirse cada uno en genin.

Cabe destacar que a pesar de que la joven les había dado ánimos puede que ella estuviera igual de nerviosa que ellos dos o tanto, al menos como Naruto.

Se sentó en el solitario columpio observando cómo el lugar se quedaba vacío puesto que el examen duraría varias horas para examinar a todos los alumnos. Eso no supuso impedimento para que ella se quedara allí sentada esperándolos.

Los nervios eran grandes y sabía que no podría mantenerse quieta en casa con la incertidumbre. Al menos sabía que estando allí estaba un poco más cerca de los chicos para transmitirles sus buenas vibraciones.

Las horas comenzaron a pasar mientras ella permanecía sentada en aquel columpio hasta que comenzó a divisar a los primeros alumnos que salían de la academia ninja. Con algo de emoción saltó de su asiento y se puso de puntillas para poder divisar bien a la gente que allí había hasta que los encontró.

Ambos jóvenes venían hacia ella de manera lenta mientras por su parte con una gran sonrisa corría hacia ellos bastante emocionada por las noticias que le darían. Sin embargo, a medida que se iba acercando a ellos pudo divisar como Naruto no tenía ese entusiasmo que tanto lo caracterizaba y una sensación amarga empezaba a establecerse en la chica.

Al primero al que interceptó puesto que estaba más cerca de ella era el azabache.

- ¿Qué tal te fue Sasuke?

– Bien, soy gennin, pero... - Comentó dejando la frase en el aire mientras por el rabillo del ojo daba una fugaz mirada al chico rubio detrás de él.

– Entiendo. Enhorabuena Sasuke, hoy haré una cena especial por tu ingreso.

– No es necesario, no quiero incomodarlo.

– Aunque lo veas así él se alegra por ti.

– Intenté hablar con él...

- Yo me encargo pequeño, no te preocupes. Ve a celebrarlo y descansar, te lo mereces. En un rato iremos a casa, ¿esperarás allí?

El joven azabache asintió observando como la chica le sonreía acortando la distancia para darle un gran abrazo y un beso en su frente.

– No esperaba menos de uno de mis chicos.

Dicho esto, el azabache comenzó a caminar con la cabeza agachada para que nadie pudiera observar el tierno sonrojo en sus mejillas por tal muestra de afecto. Realmente no se acostumbraba a tener a alguien que le importara su bienestar, todavía no se había acostumbrado a esa sensación o puede ser que no quisiera acostumbrarse. Pero por mucho que lo intentara, aquella joven se metía cada vez más en su corazón ganándose el hueco que acompañaría a la gente que antes denominaba familia.

Por su parte, (...) se acercó a Naruto quién aun mantenía su cabeza gacha intentando controlar las lágrimas que se acumulaban en sus ojos. Posó una de sus manos en el hombro del chico.

– Todo irá bien Naruto, lo conseguirás. - Sentención la joven mientras aproximaba al rubio hacia su cuerpo para envolverlo con sus brazos dejando que ocultara su rostro en su pecho puesto que era más bajo que ella. – Te lo prometo. Me dedicaré a ayudarte más, te ayudaré y juntos lo conseguiremos. Serás un gran ninja, sigo diciéndolo.

La unión hace la fuerza - Mi decisiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora