Pretty Boy ✧ Muke

Epilogo ✧ Bloom

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"Take a trip into my garden
I've got so much to show ya
The fountains and the waters
Are begging just to know ya
[...]
I bloom just for you"

Bloom – Troye Sivan

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Pequeñas risas salían de sus labios mientras sus manos se encontraban en el volante de su auto y por el rabillo del ojo veía al chico de su lado luchando por el cuello de su camisa. Michael realmente las odiaba.

Había pasado un buen rato desde que fue a la casa del teñido a recogerlo, momento en el que la madre de este insistió en tomar demasiadas fotos de ambos en trajes. Hasta había una en especial que la madre de Michael prometió enviarle, en el que él aparecía dándole un ramo de flores, y en su caso, tenía un ramo de rosas, que hizo que las mejillas de este tomaran ese hermoso color rosado que tanto le gustaba.

Tuvieron que hacer una parada rápida de vuelta a su casa para que pudiera dejar el colorido ramo de flores que Michael le dio, encontrándose con su madre y padre, quienes no hicieron algún comentario al ver al chico de ahora cabello negro, tomando su mano mientras subían a su habitación para dejar el arreglo florar. Su madre le dijo que se divierta antes de salir de nuevo de la casa, mientras que su padre le dijo que avisara si llegaría a dormir. No era lo que esperó, pero sabía que era un avance. Especialmente, si tenía en cuenta que la última cena familia en la que Michael estuvo presente casi rompió uno de caros jarrones de su padre.

Ahora, con casi veinte minutos de retraso, ambos se encontraban de nuevo en las pistas de camino hacia la escuela, mientras Michael seguía luchando con la (según él) tonta corbata que su madre lo obligó a usar. Realmente, creía que él se veía bien, pero pudo confirmar que se veía mucho mejor al verlo con los primeros botones de su camisa negra sin abotonar, dejando a la vista más de su pálida piel con pequeñas marcas moradas en ella debido a sus dientes.

Michael tiró la corbata en el asiento trasero de su auto, para finalmente soltar un suspiro de alivio y descargarse contra el asiento del copiloto de su auto. Sonrió al verlo más cómodo.

—¿Realmente tenemos que ir? —insistió él, por tercera vez. Soltó una corta risa, para luego asentir.

—Es el baile de graduación, no podemos perdérnoslo —respondió, dando la vuelta por el camino que iba hacia la escuela. Michael soltó un pequeño bufido, para nada feliz con la idea. En su caso, tampoco era como lo estuviera completamente.

Fue tierno que Michael haya aparecido en la puerta de su casa semanas atrás con un ramo de flores y un cartel sostenido por sus dos amigos con la pregunta "¿Serías mi pareja de graduación?", pero en el fondo, sabía que ninguno de ellos realmente disfrutarían pasar tiempo con personas con las que no se llevaban del todo bien.

Luego de la fiesta de Ashton, hace aproximadamente cuatro meses, Tyler no volvió a meterse en su camino. Es más, estaba seguro que ni siquiera se atrevía a hacer contacto visual consigo luego de tomar una semana antes de volver a clase con el rostro completamente morado y con pequeñas heridas en este. Todos sabían quien era el culpable de eso, pero nadie hizo algún comentario al respecto. Quizá, por evitar problemas. O, más bien, por el simple hecho de saber que podrían acabar de la misma manera.

No podría decir que todo se volvió perfecto luego de eso. Las cosas mejoraron, pero todavía había algunas personas que les daban esas miradas de disgusto o desaprobación al verlo caminar por los pasillos. Todavía escuchaba unos cuantos murmuros cuando entraba a algún salón con una nueva prenda llamativa o con brillo sobre sus parpados. Pero, realmente, nada de eso ya le importaba demasiado. No cuando Michael siempre estaba esperándolo para tomar su mano y hacerlo sentir como el chico más hermoso de ese lugar. O, como él decía, la flor más hermosa de su desierto.