Capítulo Doce

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POV: Zoella

¡Maldición!

¿Pueden creer que el pantalón que tenía pensado ponerme para la estúpida fiesta tiene el cierre dañado?

Luego de haber durado una media hora en mi celular revisando mis redes decidí tomar un baño, lavarme el pelo y todo eso que se hace en el baño.

Tenía pensado ponerme un pantalón ajustado color beige pero resulta que el cierre se rompió justo cundo intente cerrarlo.

Y no quiero usar vestidos por que, simplemente no me gustan mucho. —si tengo unos cuantos— pero no me gustan.

Aunque creo que usar alguno es mi única opción ya que los demás pantalones que tengo no están aptos para esta noche.

Voy a mi pequeño closet y busco uno de los vestidos—Que mi madre— insistió en que trajera.

Tengo tres opciones:

El primero era uno color negro, ajustado, con un poco de escote y no tan corto. Era sexy pero no vulgar.

El otro era un azul lila clarito, un poco suelto, de trinquetes, con solo un poquito de escote y tampoco era tan corto. Era inocente y a la vez sexy.

El último era de lentejuelas, muy corto, con mucho escote y la espalda descubierta. Era más vulgar que sexy y me pregunto en que estaba pensando cuando se me ocurrió comprar ese vestido.

Después de durar unos quince minutos pensando cual de todos ponerme llegue a la conclusión de que no quería provocar a nadie y que solo quería ser yo esta noche.

Así que al final opté por el azul lila clarito.

Luego de ponerme mis bragas y humectar mi piel me puse el vestido y vaya que si me quedaba bien

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Luego de ponerme mis bragas y humectar mi piel me puse el vestido y vaya que si me quedaba bien.

Luego me dispuse a solo humectar mi cara, ponerme rizador de pestañas natural, peinarme las cejas y un poco de gloss en los labios. Solo por si acaso me pongo a beber como loca no se me corra todo el maquillaje.

Es mejor disfrutar la noche sin preocupaciones, ¿No?

Ya en eso de las nueve escucho a Jimmy decir algo y a los segundos puedo escuchar como todo el silencio que había en la casa es reemplazado por música electrónica.

—Bueno, al menos no ha comenzado a llegar nadie.— digo murándome al espejo.

De verdad que si me quedaba muy bonito el vestido. No era para nada vulgar e iba a estar cómoda toda la noche.

Suelto la toalla que tenía en mi pelo y me ciento en la cama a secarlo. Luego de haberlo echo opto por dejarlo suelto.

Siento que algo me falta y al verme los pies observo que aun no tengo ningún calzado en ellos.

Tengo dos pares de tacones y para mi suerte ambos  son negros y no de colores chillantes. Optó por los de tacón medio y cuadrado.

Me los pongo y vuelvo a verme en el espejo.

No Te Enamores De Tu Niñera +18© ||Editando||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora