No Te Enamores De Tu Niñera +18© ||Editando||

Capítulo Seis

POV: Dave

Luego de la charla que tuve con Zoella en su habitación,—y de dejarla con la boca abierta y con la palabra en la boca— me fui a la mía para cambiarme ya que uno de mis amigos me habían invitado al bar para pasar el rato.

Ahora me encuentro en mi auto dirigiéndome al bar en el que quedamos Jimmy y yo en vernos.

Una vez ahí, aparco el auto en uno de los estacionamientos para luego dirigirme al bar.

—¡Dave!

Escucho la voz de Jimmy proveniente de la barra del lugar.

Le asiento con la barbilla antes de estar a su lado, luego cuando estamos uno al lado del otro nos saludamos chocando los puños.

—¿Que onda hermano?, has estado distante estos días, ¿Tu niñera no te deja salir de casa o que?

Si supiera que yo soy el que no ha querido salir de casa, solo por quedarme molestando a Zoella y observarla como duerme por las noches.

Sí, ya se que parezco un acosador en serie pero es que solo verla dormir me excita.

—Que gracioso eres, Jimmy, si no he salido de casa es por que no he estado de humor.— le miento.

Es que se como Jimmy reaccionaría al ver a Zoella, como querría follarsela de una vez por todas, no permitiré eso, de ninguna manera.

Zoella es mía, por lo tanto yo soy quien tiene que hacerla mía.

—Bueno, por lo menos no es tu niñera que te lo ha impedido.

Alzó una ceja.

—Tengo veinte años, Jimmy, puedo hacer lo que se me venga en gana, una viejita no puede impedirme nada por más niñera mía que sea.

Falso.

Si Zoella me pidiera que me quede a su lado y que no salga a ningún lugar, lo haría, le cumpliría cada uno de sus deseos.

—Buen punto.— veo cómo me da una sonrisa burlona.— ¿Quieres algo de tomar?

—Una botella de vodka estaría bien.— le paso mi tarjeta, se que el podría comprárme la botella pero no quiero ser abusivo.

—Quieres empezar con algo fuerte, ah, ese es mi Dave.

Le lanzó un beso en broma, el lo recibe y suelto una risotada al ver que hace el ademán de dejar caer el beso sobre su entrepierna.

—Nunca cambiarás, Jimmy.

—Nunca cambiare, Dave, no se que te sorprende.

Niego con la cabeza y veo como el bartender se dirige hacia mi.

—Su botella.

—Gracias.

La destapó y me la llevo directamente a la boca, dejando que el primer trago queme mi garganta.

—Esto está demaciado fuerte, solo duro una semana sin tomar y mi garganta no soporta ni un trago.

—No seas ñoño, con dos tragos más te acostumbrarás de nuevo.

—Bueno, es cierto, pero tenias que dejarme actuar, estupido.

—Salud.— Jimmy choca su botella con la mía de repente.

—¿Por que brindamos?

—Por que sí, solo por que sí, querido amigo.

La voz de Jimmy empieza a escucharse ebria, me pregunto cuánto tendria bebiendo antes de que llegara.