Capítulo Uno

6.5K 349 225
                                    

POV: Zoella

Desperté por la alarma de mi teléfono, quite la sabana que estorbaba en mi cara y me restregué los ojos para poder acostumbrarme a la luz del día.

—Nuevo trabajo, ahí voy.

Me acurruqué más a las sábanas, la verdad no tenía ganas de trabajar y menos como niñera. Pero todo sea para ayudar a mamá, quien trabaja arduamente como ama de casa.

Me levanté con toda la pereza del mundo, arrastrando mis pies en el frío suelo, entro a mi cuarto de baño a darme una ducha rápida.

Luego de quince minutos, salgo del baño. Abro mi armario; nunca he sido de esas chicas que se preocupan por cómo se ven, así que solo decido ser yo misma, opto por unos Jeans un tanto apretados, una polera suelta que me llega hasta la cintura, mis vans negros y el típico maquillaje sencillo, mascarilla de pestañas y un poquito de Gloss en los labios. Sobre mi cabello, debo confesar que no me gusta peinarlo, así que sólo lo cepillo y lo dejo suelto.

Después de terminar en la habitación, me dirijo a la cocina para preparar unos huevos revueltos como desayuno, vierto un poco de jugo de naranja en un vaso, como lo más rápido que puedo, ya qué cuando ví la hora por última vez eran las seis y media de la mañana. Y acorde estar en la casa de los señores Lavayolet a las siete en punto.

Al ver que ya son las seis y cincuenta, salgo corriendo de la casa y pido un taxi.

Cuando esté llega, me subo y le doy la dirección de
donde tiene que ir. Miro la hora en mi celular y los nervios aumentan al ver que ya van a dar las siente.

—Señor, si me disculpa, tengo un compromiso de trabajo y necesito ser puntual. Será posible que pueda ir más rápido.— le pido al conductor, en verdad necesito llegar a tiempo, no quiero dar una mala impresión.

—Señorita, esto es lo más rápido que puedo ir, si quiere más rápido, puede bajarse y tomar otro taxi.— gruño por lo bajo.

Pero que humor el de este señor, parece que su esposa no le quiso dar anoche.

***

Después de aproximadamente quince minutos, el taxi llega a donde le pedí. Bajo sin darle las gracias.

No iba a ser gentil con alguien que fue tan grosero conmigo.

—Con que está es la famosa mansión Lavayolet.—digo al estar frente a la gran casa.

Me quedo mirando la fachada de la casa.

Era de color grisáceo. En realidad la parte exterior era muy lujosa, arbustos perfectamente podados, la puerta principal contaba con un diseño que no entendí muy bien, pero que se veía elegante, la casa cuenta con dos pisos.

Miro la hora en mi teléfono una vez más, son las siete con diez minutos.

¡Maldita sea, llegue tarde!

Cuando estaba por tocar el timbre, los señores Lavayolet abren la puerta, al parecer ya estaban por irse.

—Buenos días, señores Lavayolet, lamento mucho la tardanza, es que el taxi venía muy lento.— me disculpo.

No Te Enamores De Tu Niñera +18© ||Editando||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora