Sentí miedo siguiendo a Angela por los pasillos.
Todos mis compañeros se habían ido ya del patio hacia sus casas.
El patio conectaba directamente a nuestro edificio. Subimos las plantas y llegamos a nuestro gran aula. Recuerdo que temblaba.
Angela: Genial, Lassen, estamos solos. Tengo que hablar contigo algunas cosas, aunque seas pequeño.
Era pequeño, pero tenía la madurez de alguien de veinte años.
Cada uno de nosotros, Los Siete, tenemos algo sobrenatural. Algo que nos hace diferentes, muy diferentes. ¿A mí?
Mi inteligencia. Siempre ha sido así.
Lassen: ¿Qué pasa, profe?
Angela: En primer lugar... he estado observando que algunos de tus compañeros te insultan o hieren, incluso marginan. Estoy completamente en contra el acoso, ¿puedes decirme quienes son esos compañeros?
Miré tristemente su sonrisa, la cual se había apagado por primera vez desde que la conocí. Después, miré hacia el suelo.
Lassen: Todos.
Angela: Esto es muy serio, Lassen. ¿Todos?
Lassen: Todos... algunos se quedan callados, pero todos me dejan solo.
Asintió.
Angela: Dudo mucho que realmente todos tus compañeros sean malos. Que la mayoría te perjudique no me sorprende, pero... seguro que tres o cuatro desearían estar contigo o ser como tú.
Lassen: Ojalá así fuera.
Angela: Esto se debe a la presión de grupo. Si todos tus compañeros te insultan, ellos se verían obligados a seguirles. Están en minoría y temen que se metan con ellos.
Lassen: Profe, yo no tengo la culpa de eso. ¿O sí?
Angela: ¡Claro que no! Todas las personas tenemos defectos, pero es importante aprender de ellos, aceptarlos y convivir sabiendo que siempre vas a ser así. No puedes burlarte de los defectos de nadie.
Lassen: Pues todos se burlan de los míos.
Angela: Lassen, lo que tú crees que son defectos son virtudes. ¿Que seas un niño tan inteligente es un defecto? ¡Claro que no! No sé de nadie que a tu edad fuera tan ingenioso. Lo noté desde ese primer día, con tu perspectiva. Nada de lo que ellos se rían es un defecto. Ellos tienen cosas peores que tú.
Lassen: ¿Entonces por qué se ríen de mí?
Angela: Compensan sus inseguridades haciéndote sentir mal a ti.
Recuperó su tierna sonrisa.
Angela: ¿Podrías decirme más sobre ellos?
Lassen: Ryan y Christian son los que más se meten conmigo... los demás les siguen.
Angela: Ryan y Christian... el golpe en la clase de antes te lo dio Ryan, ¿verdad?
Asentí.
Angela: ¿Por qué no me lo dijiste?
Lassen: Tenía miedo de que... de que me dejaran solo o me llamaran chivato...
Angela: Denunciar una agresión no es de ser chivato. Guárdate eso siempre. También te quiero preguntar... acerca del golpe de Ryan. ¿Cómo lo hiciste?
Lassen: ¿Qué?
Angela: Convertiste ese balón en oro. ¿Crees que no me di cuenta?
Lassen: Lo siento profe, no era mi-
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Fortnite 0: Historia de una leyenda dorada
Fanfiction"Todos piensan que el oro sí que da la felicidad, pues, ¿a quién no le gustaría vivir rodeado de riquezas? Pero... ¿y si esas riquezas fueran tu mayor enemigo? ¿Y si lo único a lo que te llevan esas riquezas es a tu fin? Nadie te puede explicar esto...