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Siete años.

Siete años tuve cuando entré al colegio.

Recordarlo es un poco agridulce, ¿sabes?

El colegio estaba tan lleno de decisiones y dificultades que a cualquiera le parecerían bárbaras, pero que niños de siete años debían afrontar.

Y llegamos al primer día de clases.

Llegué solo. Mi padre estaba en casa cuidando de Pahare y tuve que ir solo. Para que te ubiques, ella contaba con apenas cinco años.

Cuando llegué, me quedé asombrado con la gran cantidad de personas y edificios que había. Eran gigantes.

Estaba asustado, con algo de miedo y a la vez algo de expectación.

Mi padre era la mano derecha del dueño de todos estos edificios, incluida La Academia.

¿Empiezas a atar cabos?

Los profesores se presentaron ante nosotros. Lógicamente, eran ocho, para las ocho clases disponibles. Una de ellos se adelantó a los demás.

???: Buenos días a todos.

Era una chica. Alta, pelinegra, con traje negro y verde y gafas oscuras. En ese momento no nos quiso decir su nombre, al contrario de todos, fue más adelante.

Toxina: Por el momento, me conoceréis como Toxina. No os interesa saber mi nombre real.

Era borde. Muy borde.

Toxina: Este es vuestro primer año de clases. Estamos aquí para enseñaros, haceros aprender sobre la vida. Estaréis con vuestro mismo profesor cuatro años. Cada uno de los presentes aquí somos expertos sobre una materia concreta. Yo, aparte de ser experta en la biología, desarrollo y controlo productos de curación o consumibles.

Diana: Mi nombre es Diana, literalmente, además de mi nombre artístico. Manejo técnicas de puntería.

Diana era joven. Tenía pelo rosa y un casco de guerra, además de literalmente una diana en su camiseta.

Vanessa: Vanessa Hudge. Aura. Experta en construcción.

Aura siempre fue la que más odié. Trenzas castañas, gorra amarilla y una personalidad petulante.

Angela: Angela Ziegler, o Arcángel. Mi especialidad es haceros ver con perspectivas diferentes.

Angela tenía aspecto angelical, literalmente. Vestido blanco y alas de ángel.

Lógicamente, ellas eran las chicas.

Daniel: Me llamo Daniel, o Menace. Lo mejor son mis técnicas de combate.

Auténtico guerrero, Menace solía llevar una armadura dorada.

Oriol: Oriol Seth, o Desgastado. Lo mejor que enseño es la movilidad.

Desgastado siempre llevaba su traje y su máscara.

Brendan: Brendan Wachelor. Mejor llamadme Cupido Oscuro. Tengo un gran desempeño con los objetos normales.

Cupido Oscuro era sombrío, pero buena persona.

Alan: Hola, soy Superador, no os importa mi nombre real, solo os diré que es Alan. Experto en vehículos.

Superador tampoco me caía bien. Menos mal que no fue mi tutor.

Toxina: Presentaciones hechas, pasemos a lo que importa. Cada profesor dirá un nombre alternativamente hasta que las clases estén completas.

Me seleccionó Arcángel.

Angela: Lassen Reynolds. Conmigo.

De inmediato me alegré, parecía divertida. Envidié un poco no haber tenido a Diana, creía que ella sería mejor.

Solo diré que esa clase pronto tuvo que buscar profesor sustituto.

La seguimos mis compañeros y yo. Realmente, no me fijé mucho en mis compañeros, lo único que me importaba era caerles bien en ese momento, independientemente de quiénes fueran. De niños todos éramos así, ¿no?

Entramos por uno de los edificios más pequeños. Un gran recibidor se alzaba hacia nosotros. Columnas de mármol y decoraciones de estilos románicos llenaban ese edificio.

Subimos por unas escaleras hasta llegar a un tercer piso. Allí, al fondo del pasillo, estaba nuestro aula. Demasiado grande comparada con el resto del edificio.

Treinta sillas para treinta que formábamos esa clase.

Estaban dispuestas individualmente, ni dos, ni tres, ni siquiera de cuatro. Una.

Por alguna razón, fui asignado a la primera fila. Para nada me emocionaba la idea de tener que estar en primera fila.

Me sentía asustado, con miedo de lo que podía pasar. La poca emoción que sentí se transformó en nervios incontrolables, a la hora de la verdad toda la preparación nunca sirve.

Angela: Hola a todos, chavales. Ya oísteis mi nombre, Angela Ziegler, o también Arcángel. También sabréis que mi especialidad es la perspectiva. Todo tiene diferentes puntos de vista. Una mala situación puede ser vista de diferentes modos, incluso alguno de esos modos puede ser bueno. Todas las puertas pueden no poderse abrir de algunas maneras, pero sí abrirse con otras. Todo ello es lo principal que aprenderéis conmigo.

Dio un vistazo rápido a todos nosotros.

Angela: Igual, sois pequeños todavía, así que supongo que no puedo esperar demasiado de vosotros. Por el momento, os exigiré poco. Pero, por ser el primer día, ¿examen sorpresa?

Quejidos salieron de la boca de algunos compañeros. Yo solo callé impasible.

Angela: Oh, vamos, si os quejáis ya el curso os comerá. Será oral, no os preocupéis. ¿Por qué no empiezas tú? Levántate, anda.

No tuvo otra persona a la que apuntar que no fuera yo.

Angela: ¿Como te llamas?

Lassen: L-Lassen... L-Lassen Reynolds...

Angela: No seas tímido, Lassen.

???: No sabe ni hablar.

Las risas que causaron ese comentario solo pudieron desanimarme.

Angela: Lassen, pongamos que estás en esta situación. Por tu cumpleaños no te han dado nada que te ha gustado. A la vez, es el cumpleaños en amigo tuyo, al que le regalan justo lo que quería. ¿Como te sentirías?

Al oír esa pregunta, solo respiré hondo y contesté.

Lassen: Pues... me daría un poquito de rabia no tener nada yo, pero sobre todo me alegraría por mi amigo. Él sería feliz y eso me haría feliz.

Recuerdo que se me quedó mirando.

Angela: Bonita respuesta, Lassen. Bonita respuesta. Puedes sentarte. Ahora levántate tú. ¿Cómo te llamas?

Señaló a una compañera. De mi edad también.

Tenía una cara infantil con una sonrisa inocente y el pelo negro recogido en dos largas trenzas cayéndole por los hombros.

Todavía recuerdo el extraño acento con el que camuflaba su voz, aunque lo perdió con el tiempo, cambiando la voz tímida por una animada.

(Acento español para los latinos e inglés para los españoles xd)

Julia: Me... me llamo Julia.

Angela: De acuerdo Julia. Has tenido un accidente con el coche y se te ha roto.

Julia: Pero... yo estoy viva. Y mis papis también. Así que eso es bueno.

Angela: No está mal. Siguiente.

Esa clase fue corta, Angela solo aprendió nuestras maneras de ver la vida.

Te recomiendo que memorices a Julia, pues... será demasiado importante aquí.

Lo que ocurrió al día siguiente, sí que fue algo que recordé por siempre. Y nunca se me olvidará.

Fortnite 0: Historia de una leyenda doradaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora