"El Rey Midas"
Midas era el rey de una gran ciudad. Allí vivía, junto a su hija y su gata. Lo que él más apreciaba en el mundo era el oro. Esas preciosas riquezas le mantenían feliz, contento, vivaz, incluso nadaba en sus monedas de oro para sentirse mejor.
Un día, el dios Dionisio y uno de sus ayudantes pasaron por allí. El ayudante se perdió y Midas le acogió en su palacio. Cuando el dios se dio cuenta volvió. Agradecido con Midas, le ofreció poder adquirir un deseo, lo que quisiera.
"Deseo que todo lo que toque se convierta en oro"
"¿Estás seguro?"
Para Midas el oro era la felicidad, así que asintió. Según las indicaciones del dios, al día siguiente adquirió esa habilidad.
Se levantó y tocó su mesilla, convirtiéndose en oro. Alegre, siguió, tocando todo lo que pudo. El día avanzó y llegó la hora de comer: pero Midas no tenía previsto que, cuando tocó el muslo de pollo, se convirtió en oro y no podía comerlo. Trató de beber de su copa de vino y casi se atragantó con su oro líquido.
Midas estaba desolado. ¿No podía comer? Tan mal estaba que su hija y su gata se acercaron a reconfortarle, pero cuando le tocaron, ambas se convirtieron en frías estatuas de oro.
Harto, Midas le pidió a Dionisio que le retirara esa habilidad. A cambio, el dios solo le pidió que se deshiciera de todo el oro de su reino, a lo que el rey accedió sin tapujos. Solo debía ir al río más cercano, bañar sus manos en él y luego rociar todo lo que quería devolver a la normalidad.
Así lo hizo. Midas, de nuevo feliz, pudo devolver a la vida a su hija y a su gata. Regaló su palacio, todo su oro y los objetos dorados. Se fue a vivir a una cabaña en el bosque, con lo que aprendió que era la verdadera felicidad: disfrutar con todos aquellos que te quieren y de lo que te gusta.
Tuve que leer el relato varias veces antes de comprenderlo por completo.
El Rey Midas tuvo la habilidad de convertir todo lo que tocaba en oro porque la pidió él y porque era lo que le hacía feliz.
Compartíamos esa habilidad del oro. Pero a mí no me hacía feliz tenerla.
En ese momento, la historia me impactó mucho. ¿Cómo podría alguien ser capaz de cambiar su auténtica familia por oro?
Cerré la página donde saqué el relato para volver a tener libre el ordenador. Angela nos había dejado deberes, escribir una redacción pequeñita sobre qué queríamos ser de mayores.
¿Conoces cuando, en las películas, alguien tiene una idea excelente y se le ilumina una bombilla en la cabeza?
Ahora imagina esa bombilla en mi cabeza.
Tuve una gran idea. Volví a la página anterior y bajé al salón con Pahare.
Lassen: Pahare, ¿quieres que te cuente una historia?
Pasaron los días hasta que Angela nos pidió que la entregáramos esas redacciones. Estaban hechas a ordenador pero con una peculiaridad, necesitaban un pseudónimo. Eran anónimas ya que nadie podía saber de quién era.
Angela: ...y por estas razones me gustaría ser mecánica. Es un trabajo muy divertido y me encantaría crear un búho de metal que vuele. Firmado, Ohmie. No sé quién eres, Ohmie, pero me ha gustado tu reacción. Es justo lo que pedía. ¡Gran trabajo!
Supongo que sabes de quién es.
Angela: Ahora... esta misma, venga. Nuestro escritor anónimo decide empezar así. ¿Qué quiero ser de mayor?
¿Qué quiero ser de mayor?
Aunque suene raro, no me gustaría tener una profesión normal. Tampoco lo tengo muy decidido. Solo tengo decidido que quiero lograr con lo que haga: quiero trabajar a hacer que la gente se sienta mejor. Quiero ayudarles con sus sueños, darles un hogar y un sitio donde puedan descansar, ya sea física o emocionalmente. Eso es muy difícil de alcanzar y lo sé, pero he tenido una buena idea. ¿Y si creo una empresa que se dedique a ayudar a la gente? Hecha por gente para gente. ¿O a lo mejor estoy soñando demasiado a lo grande? Sea lo que sea, ese es mi objetivo. Independientemente de qué sea, solo quiero que ayude a los que lo necesiten.Angela: Hecho por... Midas. Pues... no sé qué decir. Midas, es muy muy bonita. Me ha impactado mucho. No sé, no sé quién eres. Pero seas quien seas seguro tienes un corazón enorme.
Sonreí para mis adentros.
La historia del Rey Midas me hizo replantearme muchas cosas. Pensé en lo que podía llegar a hacer con ese poder. ¿Alguna vez me ganaría la codicia como le pasó a aquel rey? ¿Era más importante la felicidad material o emocional? No sabía diferenciarlas hasta que llegó esa historia a mi vida.
Puedo decir que supuso mi primer antes y después en mi historia. Fue mi primera gran reflexión y lo que me hizo tomar las decisiones que vinieran de camino.
Que a Angela le gustara mi trabajo era muy buena señal. Sabía que estaba yendo por buen trecho. Por destacar alguna más... algunos compañeros de mi clase usaron pseudónimos casi más peculiares.
El que estaba seguro que pertenecía a Christian era Dartagnan. Dartagnan siempre fue el pequeño aprendiz de los tres mosqueteros, y por alguna razón lo asociaba a él.
Julie usó el apodo de Ohmie. No sabía muy bien por qué, pero más tarde me enteré de que era el nombre que pensaba ponerle a su búho robot.
Por último, Ryan. Si piensas en nombres de un fortachón, bruto, que solo piensa en usar la fuerza... ¿que se te viene a la mente? Mejor, te lo plantearé de otra forma. ¿Recuerdas a Brutus?
Holi, estoy de vuelta C:
Siento bastante lo AFK que he estado, no aseguro que pueda volver a subir la semana que viene, pero estoy viviendo una etapa personal muy complicada y, aunque suene egoísta, Wattpad no es mi prioridad ahora mismo.
Por supuesto amo escribir y lo seguiré haciendo, esto no es ni un adiós ni un hasta luego, sino un hasta pronto. Confío en que nos podamos ver el viernes :)
¡Saludos!~Dippy
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Fortnite 0: Historia de una leyenda dorada
Fanfic"Todos piensan que el oro sí que da la felicidad, pues, ¿a quién no le gustaría vivir rodeado de riquezas? Pero... ¿y si esas riquezas fueran tu mayor enemigo? ¿Y si lo único a lo que te llevan esas riquezas es a tu fin? Nadie te puede explicar esto...