El sonido de los tacones negros resonaron en el frío suelo produciendo un eco que la dejo sorprendida, pues, los corredores y los salones principales siempre estaban llenos de estudiantes. Un suspiro escapó de sus labios al observar la hora en su reloj, dirigiéndose luego hacia las escaleras que llevaban a los casilleros, contando en voz baja los peldaños, la aguda voz que se escuchó por todo el corredor la saco de su ensoñación.
—¡Geum Jan Di, del segundo grado, tiene la tarjeta roja de los F4!—.
Hee Sook cerró los ojos y respiro profundamente, pronto el bullicio se hizo presente, los estudiantes que le habían escuchado festejaban y hablaban al mismo tiempo, burlándose, apresuró su paso hasta llegar al final de las escaleras, llamando la atención de los más cercanos que abrían paso para que pudiera pasar.
— ¡Es Lee Hee Sook, ha regresado!
¡Es tan perfecta!
¿Por qué no viene con los F4?
Su piel es aún más reluciente—.Los murmullos a sus espaldas no se hicieron esperar, ignorando a todos, se acercó a la joven de cabello corto que estaba de espaldas y sostenía la tarjeta de un elevado color rojizo entre sus dedos, confundida.
— ¿Qué significa está tarjeta?—. Las risas inundaron nuevamente el ambiente, la heredera de Lee dió la vuelta.
— ¿No tienen algo más importante que hacer? ¡Vayan a sus clases, AHORA!—. La voz elevada hizo que en menos de diez segundos nadie estuviese cerca de ellas. Sonrió a la estudiante y recogió del suelo la tarjeta ahora maltratada—. Respondiendo a tu pregunta, la tarjeta significa que los F4 siguen siendo unos inmaduros que se aprovechan del poder que tienen dentro de la escuela, llevaré está tarjeta a un mejor destino-.
—¿Tú...?—.
— Lee Hee Sook, ¿Geum Jan Di, cierto?—.
— Un gusto—. Geum observo la sonrisa en el rostro de su compañera, está siendo correspondida por escasos segundos—. No quiero que tengas problemas con ellos, no los conoces y pueden ser... Tontos—.
— Ellos no me harán nada—. La tranquilizó cuando comenzaban a caminar, una a lado de la otra—. Además, mi día de reincorporación sería aburrido sin un poco de acción—.
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— Cállense los dos ya—. Ordenó Jun Pyo, obligando que las risas de So y Song se perdieran en el aire—. Ella aparecerá en cualquier momento. ¡Ahora!—. Alardeó, con la vista en dirección a las escaleras, comenzando una cuenta regresiva de cinco segundos, chasqueando los dedos. Su sonrisa desvaneciéndose al instante, las risillas burlonas de los otros dos llegando a sus oídos—. Se me olvidaba, tal vez debe limpiarse antes de venirse a disculpar. Debí pensarlo—.
Nuevamente, con una sonrisa renovada comenzó la cuenta regresiva de los cinco segundos—. Dos... uno—. Frustrado, tomó su celular comenzando a teclear algún número y llevándose este al oído, quejándose.
Pronto, el sonido de unos pasos acercándose llenaron el silencioso ambiente, bajando los escalones, uno a uno, cautelosa.
—Es Sook—. Murmuró él mafioso, acomodándose mejor en el lugar que había tomado, el alfarero no se hizo esperar en copiar su acción, ambos simulando estar leyendo una revista de moda.
— ¿Tú qué haces aquí?—. Preguntó el rizado, rodando los ojos y cruzándose de brazos, bufando.
— Vine a entregarte esto— Respondió, lanzando la tarjeta hacia él—. No puedo creer que sigan con esa tontería, ¿No creen qué están lo suficientemente grandes para intimidar a los demás?—.
— No es tu asunto, ni siquiera la conoces, no te metas, Hee Sook—. Gu hablaba, aunque la joven había dejado de escucharlo, cuando, al voltear hacia la pantalla, la imagen congelada de Jan Di cubierta de huevos y harina visualizo.
— Eres tan predecible—. Detuvo sus pasos cuando estuvo detrás del heredero de Shinhwa, y sin dejar esperar un segundo más, vacío sobre el joven el recipiente de harina que entre sus manos traía, pasando este desapercibido para todos los demás.
Las risas de Woo Bin y Yi Jeong no se hicieron esperar al ver a su amigo cubierto de harina, aunque, pronto cesaron cuando una orgullosa Lee repartió entre los dos lo que quedaba en el recipiente—. Deberían ir a limpiarse antes de salir de aquí—.
— ¡ENANA SALVAJE!—. El grito del rizado y las quejas del alfarero y el mafioso llegaron hasta sus oídos aún cuando había terminado de subir los peldaños, una amplia sonrisa en sus labios.
— ¡Hee Sook! ¿Te encuentras bien?—. El choque con un rígido cuerpo la hizo detenerse, llevándose las manos al rostro de inmediato.
— Lo siento, iba distraída—. El cálido y al mismo tiempo frío toque en sus hombros la hicieron descubrir su rostro—. ¡Ji Hoo!—.
— ¿Estás segura? Ese fue un buen golpe en la nariz—. El joven siguió examinando su rostro, al comprobar que todo estaba en orden soltó sus hombros y tomo nuevamente su postura rígida—. ¿Qué haces aquí? Hace diez minutos que todos han partido—.
— Debería preguntarte lo mismo—. La insistente mirada del "príncipe Yoon" como solía llamarlo, hizo que le dijera todo lo que minutos atrás había sucedido con el resto de los F4—. Deben estar limpiando sus costosos trajes—. Su sonrisa fue desvaneciéndose cuando Ji Hoo le daba una mirada acusadora, bajo la vista y contempló el brillo de sus tacones, la risa del joven inundó el ambiente, Lee relajo los hombros inmediatamente.
— Entonces, deberíamos irnos antes de que te encuentren y cobren venganza—. Rodeó sus hombros, ambos se apresuraron a la salida de Shinwha, entre risas salieron del colegio, el sol había caído y ambos podían disfrutar de la compañía del otro.
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Donde mi amor te encuentre || Yoon Ji Hoo (ACTUALIZACIONES LENTAS)
Любовные романы[...] Basado: Boys over flowers/Los chicos son mejores que las flores. Hee Sook, nacida en el seno de las reconocidas y millonarias familias Lee y Bak, fundadores de los restaurantes Lee considerados los mejores de Corea, y las empresas Bak, asocia...