[...] Basado: Boys over flowers/Los chicos son mejores que las flores.
Hee Sook, nacida en el seno de las reconocidas y millonarias familias Lee y Bak, fundadores de los restaurantes Lee considerados los mejores de Corea, y las empresas Bak, asocia...
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— ¿Y bien? ¿Se lo haz dicho?—. La castaña levanto la mirada hacia el mayor, negando con la cabeza volviendo la vista al cuaderno entre sus manos—. Sook...—.
— Decir te amo... es difícil, Woo Bin, sobre todo porque mi corazón se estremece ante la sola respuesta que puede recibir, a veces, pienso que todos esos momentos vividos solo debería guardarlos y recordarlos, ¿Qué pasa si su corazón no puede...?—. Sus palabras fueron abruptamente cortadas cuando Song tomo la barbilla de la joven tirando suavemente de ella hacia arriba.
— Tic, Tac, Tic, Tac—. Los chasquidos de su lengua intentaban simular lo que era un reloj avanzando.
— ¿Qué haces?—. Confundida, Hee Sook arrugó la nariz.
— Recuerda que; vale la pena arriesgarse si es por amor—. Woo Bin extendió un folder hacia la joven Lee—. He conseguido arreglarlo, el compromiso que nuestros padres acordaron, está cancelado, ahora, no seas una cobarde—.
La menor trago saliva, intento formular una oración coherente, pero, lo único que logró hacer fue enredar sus delgados brazos alrededor del mafioso, su corazón latía perezosamente, como si un peso que lo aplastaba lo hubiese liberado ya, dejándole un dolor punzante.
Ella nunca vería las dos dolorosas lágrimas cristalinas que se deslizaron por las frías mejillas del mayor y él nunca sabría que ella sintió su corazón quebrarse.
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— Hey, tú—. Song lanzo hacia el recién llegado el balón de basquetbol, el rizado la tomo entre sus manos sorprendido por no ver al alcalde por ningún lado, sino, a su antiguo grupo, los F4.
— ¿Has estado bien?—.
— Ha pasado mucho tiempo—.
Las voces de Yi Jeong y Ji Hoo no se hicieron esperar, haciendo reaccionar a Jun Pyo segundos después.
— ¿Qué quieren?—. Cuestionó, dándole un pase al alfarero con el balón.
— Queríamos ver al ocupado heredero del grupo Shinhwa. Teníamos que venir—. Respondió Yi Jeong con una genuina sonrisa, volviendo a lanzar el balón contra el.
