[...] Basado: Boys over flowers/Los chicos son mejores que las flores.
Hee Sook, nacida en el seno de las reconocidas y millonarias familias Lee y Bak, fundadores de los restaurantes Lee considerados los mejores de Corea, y las empresas Bak, asocia...
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Los chocolates, flores y golosinas adornadas con lazos y moños rojos inundaban las calles de Corea, el día estaba lleno de parejas tomadas de la mano y los puestos así como los locales ofrecían diversos regalos para aquellas personas especiales y los restaurantes Lee no se habían quedado fuera del evento, los manteles y fundas de las sillas ahora se adecuaban al rojo como color sobresaliente y los pétalos de flores aromatizaban el ambiente.
No habían tenido descanso alguno, las reservaciones se habían agotado y algunos desafortunados que no habían alcanzado una hacían su pedido para llevar a casa. Los meseros y meseras iban y venían y en la cocina los chefs se movían lo más rápido que podían.
— Los últimos clientes se han ido, de inmediato nos encargaremos de recoger y dejar todo perfecto para mañana, señorita Lee—. Informó una joven rubia, sacudiendo un poco su delantal, sonrió cansada e hizo una reverencia hacia la castaña.
— Fue un día cansado, ¿Por qué no vas a tu cita? Aún no acaba el día y puedes festejarlo—. Pudo notar el rubor en las mejillas pálidas de la rubia quien bajo la mirada, nerviosa, Sook negó con la cabeza tratando de ocultar su sonrisa, había visto la caja de chocolates que llevaba la mesera desde que había comenzado la jornada laboral, siendo la única mesera mujer del restaurante sabía que debía ser importante para ella la persona que recibiría el obsequio.
— Pero... Señorita, mi turno termina hasta que las puertas del restaurante se cierren—. Tartamudeo nerviosamente.
— Los chocolates pueden derretirse, ¿Sabías? Nos veremos mañana, señorita Park—. Movió la mano derecha de un lado a otro caminando en dirección a la cocina para ayudar a que el trabajo fuese más fluido.
Todos se habían movido rápidamente y luego de media hora el restaurante cerraba sus puertas despidiendo a sus trabajadores cuando el reloj marcaba las 9:45 pm.
— Hasta mañana, descanse—. Un joven mesero fue el último en despedirse de ella, con una reverencia y una sencilla sonrisa que fue correspondida por ella.
Un suspiro salió de sus labios y admiro la espesura del cielo que se alzaba oscuro ya sobre ella, las parejas seguían transitando por las calles viéndose la noche más alegre que otras, llena de amor, obsequios, sonrisas y corazones llenos de cálidos sentimientos, aferró la caja blanca con sus manos, el moño se había movido de su lugar y al tratar de arreglarlo sus propios movimientos la abrieron un poco, pues, las bolsas que llevaban las cajillas de regalos estorbaban en su labor y hacían ruido llamando la atención de algunas personas.
— ¿Señorita Lee? ¿Necesita ayuda?—. La masculina voz resonó en sus oídos junto a un ligero temblor recorrer ligeramente su cuerpo. Se dió la vuelta encontrando a Yoon Ji Hoo recargado en su motocicleta con una encantadora sonrisa.
