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Tsunade esperaba a las parejas un tanto impaciente, el tiempo límite del acuerdo se había acabado ¿donde estaban?

—Tsunade-sama, lo siento por la tardanza —la pelirrosa aparecía por la puerta junto a las demás parejas.

La Senju sólo pudo asentir ante lo dicho, no podía reclamarles nada— ¿Listos?

Muchos se encontraban nerviosos, otros emocionados como Naruto.

—Alguien llame a Shizune —necesitaba ayuda de su ex alumna y secretaria.

—Aquí estoy, Tsunade-sama —Shizune hablo entre la multitud de personas que se encontraban ahí. Había llegado hasta allí por mera curiosidad, puesto que había notado a todas las parejas de Konoha ir hacia la torre Hokage con sus hijos

—Bien —la rubia Hokage sonrió— Mandaremos a los hijos de los 12 de Konoha a el pasado.

Sakura habló cuando escucho aquello de su ex maestra— ¿12, Tsunade-sama? Somos 8, Kiba no tiene hijos, tampoco Shino y Rock Lee aún esta indeciso ante esta propuesta

Tsunade suspiró, todo lo dicho por su ex alumna era cierto.

—¡Tsunade sama!

Todos dirigieron sus miradas curiosas hacia la persona que había abierto la puerta de golpe.

Era Rock Lee.

—Yo acepto la propuesta —sonrió, en sus manos traía una mochila con las mudas de ropa de su hijo y todo lo necesario para su cuidado.

—Ahora son 10 —sonrió Tsunade.— Pueden despedirse de sus hijos.

Las parejas asintieron a lo dicho, y comenzaron a despedirse de sus hijos, aunque sabían perfectamente que estos aún no les entendían, pero al menos una despedida les tendrían un poco más calmados.

Sakura fue la primera en ir hacia su ex maestra y dejar a su hijo en sus brazos.

—Mi pequeño Daisuke es muy tranquilo—comenzó a hablar, sacando un peluche rojo: un tomate— Le gustan los tomates —rió divertida— Así que... si llora... y no saben que hacer, esto es la solución.

Le dificultó hablar y alejarse de su bebé, cerrando los ojos y soltando un suspiro se encaminó al lado de Sasuke, quien solo observaba la escena sin ser capaz de decir algo al respecto.

Aún no creía que habían aceptado algo tan descabellado, aunque de todos modos, de alguna manera u otra, la Senju se hubiese salido con la suya.

Y ellos eran las ratas de laboratorio.

Tsunade en su lugar asintió ante las palabras de la pelirrosa y dejó a el niño en una manta de color azul, el niño se quedó quieto ahí pasando sus ojos verdes jade por la habitación

Hinata estrecho a su hijo en sus brazos, temiendo dejarlo solo, avanzando hacia la Hokage— Boruto es muy inquieto —no quito su mirar perla del pequeño rubio, posicionandolo frente a la Senju— Solo deben pasearlo para calmarlo

Al igual que hizo Sakura la Uzumaki oji perla sacó un peluche de sapo, Boruto río estirando sus manos para tomarlo— Este es su peluche, lo quiere mucho.

La Senju tomó a el bebé rubio entre sus brazos y lo dejó en una manta naranja ante la atenta mirada de todos a su alrededor

—Inojin es tranquilo de igual manera —Ino se acercó luego de Hinata, tomando el valor suficiente y dejó a su hijo en brazos de Tsunade.

Tal como lo hizo con los dos anteriores, dejó al niño en una manta celeste, las prendas de los bebés estaban en cada lugar correspondiente.

—Oye, zanahoria —Suiguetsu le susurró a su esposa, observando la escena— ¿No crees que esto se parece a un círculo de sacrificio?

Misión padres Donde viven las historias. Descúbrelo ahora