Capítulo 20

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SUNÍ

No sé cómo explicar lo que paso exactamente ayer, pero si les puedo decir que fue magnifico. En el sentido positivo claro. Bobby, después de la merienda, me trato como siempre me recordó que me trataría a futuro.

Hablamos de muchas cosas sin sentido desde el comienzo de la película hasta que terminamos hablando de lo sucedido. Hubo llantos, lamentos y miles de disculpas que al final terminaron con una pequeña sonrisa. Eso hasta despertar al día siguiente con fuertes golpes en eco.

— ¿Binnie?. Pero. ¡Ah!. ¡Han Bin!. —Gritó Bobby y me sobresalte, media asustada y media dormida— ¿Por qué tomaste un sartén?.

­— No encontré la olla. —Se encogió de hombros.

Mientras esos dos discutían, yo gruñí y golpee el pecho de Bobby para que cerrara la boca. Y así lo hizo. Bótese y mire todo a mí alrededor. Mire a Binnie y él me giño el ojo. Mire a Bobby y me sorprendió un poco verme acostada en el pecho de Bobby aun. Y joder. Como pude me levante enseguida para acomodarme bien el pequeño, pero ajustado, vestido de Yue.

— Debo admitir que me encanta este Drama. —Admitió Binnie y de la nada un cojín estallo en su cara.

— ¡Estás muerto!. —Amenazó y se levantó del sofá, pero Binnie me señaló con sus dedos índices antes lo agarraran por el cuello de la camisa. Bobby me miró confundido. — ¿Suní?.

— Debo irme, lo siento. —Dije y tome mis tacones y mi móvil del suelo para encaminar a la salida, pero el agarre de alguien me detuvo justo cuando iba a girar la perrilla de la puerta.

— Está bien, puedes quedarte. —Lo mire por un buen rato.

Dude en ese instante. Tenía entendido lo que me dijo anoche, pero... No puedo. Simplemente aun no puedo estar con ellos. Agache la cabeza y abrí la puerta después de zafarme de su agarre.

— Suní. —No le conteste y me fui trotando hasta cruzar el otro lado de la carretera descalza— ¡____!.

No supe en que momento tome el primer taxi y tampoco supe que mierda me hablaba el taxista. Suspire y me resbale un poco en el asiento trasero. Me coloque mis tacones como pude y le dije la dirección de mi paradero al taxista.

La mayoría de las preguntas que me hacia el señor apenas la contestaba. Estaba perdida en la pantalla de mi celular. Mirando cada llamada entrante de Bobby y Binnie. Suspire por millones de razones y mire por la ventanilla.

—Llegamos.

—Gracias. —Murmure y salí del taxi.

—Tenga un lindo día, señorita. —Dijo y le agradecí de nuevo después de pagarle.

El taxista partió y encamine hasta el departamento. Maldecí muchas veces por el dolor en mis pies. Para cuando el ascensor se detuvo, volví a chillar mientras caminaba hasta mi puerta. La toque un par de veces y eche a llorar cuando Yue se lanzó sobre mí.

— ¡Te llame por toda la santa noche mujer!. ¡¿Dónde has estado?!. ¡¿Sabes almenos cuánto me has preocupado?!. ¡¿Ah?!.

— Lo siento. —Musite y ella me alzo del mentón para mirarla a la cara.

— ¿Está llorando?. —Preguntó y ¡Pum! Se puso pálida de la preocupación— ¡¿Qué te paso?!.

—Mis...

—¿Mis, qué?.

— Mis pies... —Trague mis chillidos— Duelen.

— ¿Qué?. —Frunció el ceño.

— Mierda. ¡Duelen!. ¡Duelen demasiado!. ¡Bájate!.

Las horas en las que contaba con paciencia, pasaron como un relámpago. Yue, después de mi dramático expresar de dolor, me obligo a poner mis pies en agua caliente con sal. Después de ello me dio masajes y comencé a explicarle lo que paso anoche hasta la hora en que llegue.

Pocas veces le daba los detalles exactos y algunos tuve que obligarme a decirle todo con suma claridad. Sonreí cansada cunado murmuró que íbamos de compras después de descansar mis pies un rato sobre la mesa. Y así fue.

— ¿Estas lista?. —Le pregunte y ella asintió.

Tuve que ser obligada a ir con zapatilla de meter y para ello los convine con mis pantalones rasgados y una polera cualquiera. Yue me regaño, pero le recordé lo de mis pies y ella nomas hizo una mueca de disgusto.

Cuando llegamos al centro. Caminamos por esta a muchos shoppings pequeños, pero muy llenos de ropa. En las mayoría Yue salía con una o dos bolsas de llenas ropa. Yo apenas tenía cinco en total cuando nos detuvimos por unos cafés.

— Aquí tienes.

—Gracias. —Ella me sonrió.

Recuerdo que ella me hablo de su familia. Bueno, no mucho que digamos. Solo me dijo que tenían una empresa propia y que eran amantes de la moda al igual que ella.

— ¿Ya es hora de ir a casa?. —Murmure y ella me miro mal— ¿Qué?.

— Apenas comenzamos, Suní. Recuerda que debemos ir a la escuela la próxima semana y no dejaré que utilices esa ropa "varonil " otra vez.

— ¡Oye!. Con ella me siento cómoda. —Espete y sacudió su melena castaña en negación.

— Disculpen, pero no pueden... —Calló y miramos a aquel chico.

De pronto sentí mi boca seca de haberla abierto tanto por la sorpresa. Un mesero, un lindo clima y una Yue más perdida que Billy en el inframundo.

— ¿Chan Woo?. —El nombrado se sobo el cuello y desvió la mirada— No mames. ¿Esto es enserio?. —Él asintió de malagana y ahogue una exclamación.

Jamás pensé que él menor de todos llegaría a un nivel como este. Como explicarlo. ¡Es el hijo adoptivo de unos empresarios!.

— ¿Qué haces aquí? — Preguntó Yue y el chico la miro.

— ¿Qué más haría aquí?. —Espetó y antes de que Yue protestara yo me interpuse.

— Será mejor que me digas que haces aquí o llamó a la señora Kim. — Amenace y él, antes de quedarme viendo un buen rato, berrinchó— Jung Chan Woo. Exijo una explicación. —ME cruce de brazos y él miro a muchos lados— A-H-O-R-A.

— ¡Bien!. Te lo diré. —Sonreí victoriosa.

—Esto va a estar bueno. —Musitó Yue y la codee— ¿Qué?.

— Guarda silencio y disfruta de tu café. —Ceñí y ella rodo los ojos antes de beber de su café.

— Ahora. —Mire a Woo, quien se quitaba el mandil de mesero y se sentaba a mi lado— Cuéntame que haces aquí...—Señale el restaurante— y porque no estás en casa ahora mismo.

Transparent Dreams (ERASER)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora