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*Narra Tn___*

*Llamada*

Yo: ¿Donde estay?- pregunté evidentemente enojada, mordiendo una de mis descuidadas uñas.

Pato: Aqui.- respondió simple. Que aweonao más grande.- Mira esa cara de enojada.- dijo con esa voz melosa, parecida a la que se usa con los perritos.

Yo: Eri un imbécil.- dije simple.- ¿Me podi decir donde mierda estay?- casi grité, ganándome una mirada asesina de una madre que llevaba a una niña de la mano. Solo rodé los ojos.

Pato: Mira hacia arriba.- colgó

*Fin Llamada*

Y cuando miré lo vi apoyado en la baranda del segundo piso, justo frente al cine, sosteniendo su teléfono con la mano izquierda y un vaso de algo que no podía ver bien en la derecha. Bufé y subí por las escaleras mecánicas.

Al llegar a su lado intentó saludar con un beso en la mejilla pero yo lo evité dando un paso hacia atrás y fulminándolo con la mirada. El solo rió y levanto las dos manos como diciendo "me rindo".

...

Pato: ¿Y que querías preguntarme?- soltó cuando nos sentamos en los sillones de una cafetería.

Yo: Necesito que me digai por que chucha estoy bajando tanto de peso.- dije sin rodeos.- Me pesé hoy y he perdido al menos 10 kilos.-

Pato: ¿Eso era?- preguntó con una sonrisa burlona a lo que yo respondí con un golpe en su nuca.- ¡Auch! ¿Y eso por que?-

Yo: Por burlarte de mi. Ahora respóndeme rápido antes de que se me acabe la paciencia.- dije molesta.

Pato: Es normal.- empezó.- Las cosas que tu haces requieren de energía y esa energía es mucho más de lo que estas acostumbrada a gastar, por lo que salen de aquí.- dijo pellizcando mi estómago a lo que yo respondí con un manotazo.

Yo: No me toqui.- suspiré- ¿Y que puedo hacer para evitarlo?- pregunté preocupada, tratando de no sonar tan necesitada de ayuda, sobre todo SU ayuda.

Pato: Mira: las vitaminas, minerales y todas esas cosas que se necesitan son muy complicadas de integrar a una dieta normal.- me miró en silencio y yo asentí para que continuara.- Por lo mismo les damos unas pastillas que las contienen, las cuales según veo para ti, por la estatura y peso sería una y media diaria, pero lamentablemente no puedo entregartela.- sonrió.

Maricón.

Yo: Necesito que me las des.- dije decidida.

Pato: Lo lamento, pero no puedo.- respondió desordenando su pelo negro, completa y absolutamente relajado.

Yo: Dámelas.- insistí empezando a enojarme, sintiendo el calor esparciéndose dentro de mi cuerpo.

Pato: Te estoy diciendo que no puedo.- suspiró para después mirarme y sonreír.- Pero podríamos acordar algo.- levanté una de mis cejas, confundida. Él se limitó a sacar de su bolsillo un pequeño envase con pastillas dentro, parecidas a los Tic Tac. Luego lo levantó por encima de su cabeza y me miró fijo.- Tendrías pastillas ilimitadas si aceptas venir con nosotros.- sonrió.

Que aweonao más grande.

Yo: Ni cagando.-

Tomé su brazo con furia, concentrando el calor en mi mano. El se quejó y soltó el envase el cual tomé con las dos manos, soltando mi agarre mientras el soplaba la quemadura que dejé en su brazo.

Yo: Gracias.- dije guardando el pequeño envase en mi bolso y caminando hacia la salida.- Nos vemos.- sonreí escuchando un "Maricona" de su parte.

Con Un Vecino Asi... (Jaime y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora