-¿Manu?-
-¿Tn___? ¿Que chucha haci aca?- preguntó el Pato con el ceño fruncido. -No podi estar aca.-
-Déjame.- le pedí. -Lo conozco.-
-¿Lo conoces? ¿De donde?-
-Es el pololo de un amigo.- respondí simple. -Me voy a quedar con el.- dije decidida.
-No.- lo miré con mala cara.
-Puedes esperar a que despierte y se altere cuando cache que esta rodeado por personas que no conoce o dejar que me quede con el y que yo le explique qué está pasando.- argumenté alargando la "o". El me miró un par de segundos y rodó los ojos.
-Va a despertar en unos minutos. Te voy a dejar aquí con el.- sonreí agradecida. -Pero tu te haces cargo de cualquier daño.-
-A la orden mi capitán.-
Pato se limitó a fruncir el ceño y retirarse, ordenando que cerraran la puerta de seguridad.
Esperé unos 20 minutos a que el Manu despertara y el sueño me estaba ganando. Además tenía un hambre de mierda por que, para variar, había comido casi nada. Me paré del suelo de cerámica y me acerque al Manu. Lo miré, analizándolo y recordando los buenos tiempos con todos los cabros. Cuanto daría por volver y que todo fuera como era antes. Estaba concentrada en mis recuerdos cuando siento una pequeña brisa en mi rostro. Me acerqué a revisar la ventana pero estaba perfectamente cerrada y unos segundos después la pequeña brisa se hizo más fuerte.
-¿TN___? ¿Q-que haces aquí? ¿Don-donde estoy?- preguntó el Manu con cara asustada mientras la brisa bajaba y subía de intensidad.
-Manu, necesito que te calmes.-
-¿¡QUE ME CALME!? TN___ ¿DONDE ESTOY?- gritó para que lo escuchara, ya que el viento silbaba e impedía que hablaramos sin gritar.
-TE VAN A AYUDAR ACA, NO TE PREOCUPES, YO CONFÍO EN ELLOS. TE VAN A ENSEÑAR COMO CONTROLARLO.-
Me miró fijamente por un rato y se le llenaron los ojos de lágrimas. No se porque, pero se me aguaron los ojos también y me acerque a él para abrazarlo, al mismo tiempo en que la brisa bajaba de intensidad a una inofensiva, la cual lo único que lograba era desordenar mi pelo.
-Llevo tanto tiempo escondiendo esto.- comentó sollozando.
-Lo sé.- Le respondí, acariciando su espalda.
*Narra Jaime*
-¡QUE EMPIECE EL WEBEO!- grité a todo pulmón mientras tomaba del pequeño vaso y el alcohol quemaba mi garganta. Era la primera vez que salía desde el accidente, pero no la primera vez que me curaba. Esa noche me había dado cuenta de que ya no servía llorar más y que, aunque lo deseara con todo mi ser, ella no volvería. Lo único que sabía era que el alcohol nunca me abandonaría. Iba por mi tercer vaso cuando suena mi teléfono.
-Aló- grité, saliendo de el carrete al cual me había colado para escuchar tranquilamente.
-Jaime, reunión. Ahora. Donde el Edgar. - escuché la voz del Nico y cortó. Corrí a la casa del Edgar, ya que quedaba cerca y toqué. El tema de las reuniones era un tema importante para nosotros tres, y últimamente la Cata y la Vale. La usábamos cuando necesitabamos darnos una noticia buena, mala o queríamos la opinión de todos. Por lo general eran temas urgentes, y últimamente tuvimos hartas gracias al accidente.
La reja se abrió y entré rápidamente, abriendo la puerta principal y corriendo hasta el living. El panorama no se veía bien. La Cata estaba llorando, al igual que el Edgar y la Vale y el Nico los estaban consolando.
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Con Un Vecino Asi... (Jaime y tu)
Fanfiction-Siendo una joven que suele... Como decirlo... Acostarse con muchos hombres nunca pensé en sentir lo que siento por mi nuevo vecino... ¿Odio, amor o una calentura pasajera? No lo se. Pero el tiene algo que me atrae y voy a averiguar que es.-
