La Nada

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Blanco. Fue lo primero que vi al abrir los ojos. ¿Me he muerto? ¿Me han matado? No lo recuerdo.

Tirado en el suelo y boca abajo como algo olvidado, en un sitio o lugar extremadamente espacioso. Me levanté lentamente, asimilando la información directa y situación tan incómoda en la que me encontraba. Eché un vistazo a mi cuerpo. Estaba intacto. Ropa limpia y la misma con la que estaba en aquel momento. ¿Qué momento? No me acuerdo de nada. Es curioso, ni siquiera me duele la cabeza de tanto intentar recordar.

Para peor, estoy solo. En la nada máxima. Estoy nervioso, pero no sudo. Doy unos cuantos pasos y el sonido de mi calzado retumba, dando a entender que el sonido que emitía se reflejaba, como si me encontrara en una habitación gigante. Pero por mucho que avance no hay diferencia. De ningún lado a ningún otro lado.
¿Es todo esto un mensaje? Quiero decir, ¿y si me lo merezco? Por no creer toda mi vida en nada. Demasiado directo y sin elementos subliminales de por medio.
Seguro que este lugar me esperaba con ansias. Aun así sigo solitario... Apostaría lo que fuera a que no soy el único ser humano sin creencias. Pero claro, no tengo nada que apostar.
Debería recordar lo que he hecho, si estoy condenado a esperar en la eternidad. No puedo quedarme de brazos cruzados, tengo que descubrir qué sucede.

De repente el suelo empezó a temblar. Me aparté a un lado, ya que una pequeña plataforma, o más bien, un cubo sobresalió del suelo. ¿Qué es esto? ¿Para sentarme? Sólo falta que aparezca un cartel diciendo "Espere aquí". No intento ser gracioso, sino encontrar alguna razón tanto por la que estoy aquí, al igual que el motivo del cubo, al aparecer. Además, ¿es posible sentarme? ¿No será una trampa? Una cosa está clara, alguien quiere que lo utilice, de eso no hay duda. Antes prefiero examinarlo. A simple vista debe medir unos 20 centímetros por cada lado. Al golpearlo, sonaba hueco. Intenté empujarlo, pero estaba como pegado. No estaba unido al suelo, pero aún así no podía moverlo.
No tenía nada más que comprobar... "Me sentaré encima", pensé. Al menos ya no tengo que estar de pie hasta quién sabe cuánto tiempo. Podría ser peor. Es sólo un simple cubo que me ayuda. Ahora que lo pienso, es irónico. Si aquí no hay nada, ¿cómo puede permitirse este lugar una cosa así? Pienso como si supiera exactamente sobre este lugar, La Nada. Por lo visto no soy nadie para juzgar un lugar así... Por algo estoy aquí.

Pasa un tiempo sin pensamientos. Empiezo a sentirme aburrido. Estoy necesitado de entablar una conversación. He descubierto que no me han suprimido mis necesidades naturales... ¿Y si me da hambre? ¿Me comería una parte de mi cuerpo? ¿Existirá el dolor aquí? Demasiadas preguntas sin contestar. Ahora empezaba a agobiarme como antes. Me agarro los pelos de la cabeza y me la agito para despertar de esta pesadilla. Pero nada cambia. Ya no lo soporto. ¡Olvídate del cubo! Hay que salir de aquí.
Me levanté y salí corriendo disparado, hacia adelante. O al menos hacia donde creía que iba avanzando. Me olvidé del cansancio. Sentía como si mi fuerza renaciese. Echo la mirada atrás y pierdo de vista el cubo. Ya no lo distingo. Se complementa con el blanco puro del lugar. Me detengo a los cinco minutos, luego de la decisión impulsiva que tomé. Me canso y conservo la costumbre de respirar hondo de tanto esfuerzo, pero en realidad no sirve de nada. No noto nuevo oxigeno entrando en mí.

Seamos directos. Está claro que así no voy a conseguir nada. Con todo este tiempo, relacionándome con el entorno, ya debería tener alguna idea de lo que va esto. Si yo no veo el motivo por el que estoy aquí, es que alguien sí. Alguien listo. Que se ha tomado muchas molestias para crear un lugar así. Blanco puro. Sin pistas. Críptico. Ni siquiera consideraba al cubo como una pista. No era nada... Nada en absoluto. Al igual que este maldito lugar. Y ahora siento rabia, ira, desesperación. Giro sobre mi propio eje. Respiro profundamente. Me siento exhausto. Siento que se me contrae el corazón. La Nada aún me permite ser humano. Me mareo, pierdo el equilibrio. Me agacho y termino sentado en el suelo. De tanto blanco ya no distingo si estoy perdiendo la vista... O si veo manchas. Paso de seguir averiguando cosas. No puedo más. Espero que sea mi verdadero fin. Cierro los ojos y pierdo el conocimiento...

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