Detrás de La Nada

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Hospital de cuidados intensivos San Matías

Informe de investigación clínico de: □□□□□□

Fecha: □/□□/□□

□□□□□□ fue encontrado inconsciente en su cuarto de baño con una gran herida en la cabeza. El suelo tenía restos de un producto de limpieza y parte del mármol de la bañera se había teñido de sangre por el impacto de un desafortunado resbalón.
Ese mismo día me dirigía a la casa del paciente ya que era amigo mío. Al ver que no respondía cuando llamé a su apartamento y ni siquiera a su teléfono personal, pedí ayuda al portero. Estaba muy preocupada y no era normal que no me contestase. Al entrar y buscarle, ambos nos horrorizamos. Inmediatamente llamé a una ambulancia y tuvo que ser ingresado para que se le operara por un accidente cerebrovascular.

La operación duró 13 horas y permaneció en coma durante 6 días.

Finalmente el paciente recuperó el sentido, pero no su memoria. No recordaba qué había pasado aquel día ni parte de su pasado por más que lo intentáramos.
Fue entonces cuando empezó uno de los trabajos más duros de toda mi carrera. Estuve con el paciente la mayor parte de mi tiempo realizando ejercicios de repetición. Pero no funcionaban. Tenía tics nerviosos y la mirada perdida hacia sus costados. Y de vez en cuando, tarareaba una canción que no comprendía.
Volví a su departamento para buscar objetos personales que ayudasen a refrescar su memoria. Después de revisar por varios sitios, acabé dando con su guitarra y un cuaderno de tapa dura de color blanco, situados debajo de su cama. Ambos objetos estaban llenos de polvo, como si hubiesen estado olvidados durante semanas.

Llevé dichos objetos a su habitación y finalmente pudimos avanzar. Mi amigo se aferró al instrumento como si un niño recuperase su juguete perdido.
Por otra parte, al recobrar su cuaderno, □□□□□□ empezó a rellenar las páginas sin cesar. Se tiraba horas escribiendo. Aunque no le veía ningún sentido... Trataban de historias provenientes de su imaginación que no sé qué pretendían. Aun así, seguía sin recordar nada.

Hasta que su amigo Sact contactó conmigo.


Le informé sobre la situación y pudimos organizar un encuentro por la mañana, ya que me encontraba sin opciones después de tanto esfuerzo. Ojala no lo hubiera hecho...

Sact entró en la habitación mientras □□□□□□ se encontraba sentado en su cama, con la mirada perdida como siempre. Le presentamos a su visita hablando muy lento, y cuando este oyó la voz de su amigo, estalló. Empezó a contorsionarse con espasmos sobre su cama, exclamando que su visita abandonase la habitación. Parecía que fuese consciente de su peligrosidad y le estuviese advirtiendo.Alarmados, acompañé a Sact fuera de la habitación mientras mis compañeros le sujetaban. Estaba fuera de sí y tuvimos que sedarle.


Contaba con que me diese más tiempo, pero la misma noche que fue a verle su amigo, agredió con su guitarra a varios empleados. Incluso al guardia de seguridad. Para peor, pudo escapar del centro. Cuando me contaron lo sucedido, estuvimos toda la noche buscándole.

Sin tener pista alguna de su paradero actual según transcurría la noche, consulté su cuaderno el cual estaba colocado en otra parte de la habitación. Después de las seis historias que había escrito, había anotado como llamadas de auxilio. Frases sueltas y descolocadas de los renglones poblaban las páginas. Alguien le estaba controlando y le obligaría a hacer algo que no quería. Nos estaba alertando de que iría a por él.

A primera hora de la mañana, □□□□□□ se presentó delante de la casa de Sact y esperó a que este saliese. Se escondió entre unos arbustos y contempló con total detenimiento que este estaba con su familia. Posando su mirada tras la ventana, agazapado y silencioso. Comprendió que no debería estar allí. Intentó irse, pero hizo demasiado ruido al salir de los arbustos, tanto que llamó la atención de Sact haciéndole salir de casa.

Sact me contó que intentaron dialogar, pero no pudo hacerle entrar en razón. Me aseguró que ese no era □□□□□□, como si otra personalidad se hubiese apoderado de él. A punto de que llegáramos, lamentablemente encontramos a los dos tendidos en el suelo. Sact había sido disparado con una herida leve en el brazo. Mientras que □□□□□□ se había disparado en la cabeza. Era demasiado tarde...


Tratamos a Sact sin problemas y más tarde al encontrarse recuperado, quedamos a solas para que me lo contara todo. Dedicamos un rato largo a recordar los buenos momentos que pasamos con □□□□□□. Le di el alta y le entregué el cuaderno, el único recuerdo que nos quedaba. Estaba sin acabar, así que le recomendé que le diese un final adecuado para nuestro amigo.

Así acabo este informe y uno de los casos más importantes de mi profesión.


Se despide Gabriela Dineolí, doctora especializada en Neurología.

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